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Marcopolo surca nuevas rutas

El mayor fabricante de carrocerías de autobuses de Brasil exporta un tercio de su producción

Marcopolo nació bajo el nombre de Nicola en 1949
Marcopolo nació bajo el nombre de Nicola en 1949

Todo comenzó con la visión emprendedora de un joven en la década de los cuarenta del pasado siglo. A los 22 años, el brasileño Paulo Bellini, nieto de inmigrantes italianos, se dio cuenta de que no había suficientes fábricas de autobuses y decidió apostar por el sector. La vía encontrada por Bellini para comenzar su negocio fue la de asociarse con tres vecinos, los Nicola, dueños de un taller que arreglaba y pintaba cabinas de camión, en Caxias do Sul, en el sur de Brasil.

En aquella época, Bellini ni se imaginaba el tamaño del paso que acababa de dar. Hoy, más de seis décadas después, su empresa, Marcopolo, es el principal fabricante de autobuses de Brasil, —puesto que ocupa desde hace más de 20 años—, con alrededor de un 42% de cuota de mercado. Además, se encuentra entre las mayores del mundo, con una producción anual 23.000 unidades. Dispone de productos para diferentes segmentos: autobuses turísticos, escolares, interurbanos, especiales, autobuses ambulancia, e incluso algunos habilitados para funcionar como biblioteca móvil.

Si en los comienzos la empresa tardaba unos 90 días en terminar cada estructura, en aquella época compuesta por una carrocería de madera y un chasis (armazón de acero) de camión, hoy, Marcopolo, con más de 20.000 empleados, produce 70 unidades cada jornada. En Brasil, la empresa cuenta con cuatro fábricas. Dos en la ciudad de Caxias do Sul, en Río Grande do Sul; una en Xerém, en Río de Janeiro; y otra en São Mateus, en el Estado de Espíritu Santo.

VISIÓN COSMOPOLITA

En el mercado internacional, la empresa es la única con sucursales y presencia en todos los continentes. Cuenta con plantas en Argentina, Colombia, México, Egipto, Sudáfrica, China, Australia e India; tiene una delegación comercial en Rusia y una participación minoritaria en New Flyer, el principal fabricante de autobuses urbanos del mercado norteamericano.

La internacionalización, iniciada en los noventa, es la apuesta de Marcopolo para superar la caída de la demanda del mercado brasileño. A pesar de que los resultados del fabricante siguen siendo positivos, en 2014 la empresa redujo entre un 15% y un 20% su producción. El beneficio neto ascendió a 3,4 millones de reales (972.000 euros), un 7,1% por debajo de los 3,6 millones de 2013. La desfavorable coyuntura económica ha afectado a la empresa, que ha decidido reducir costes. Desde octubre del año pasado ha despedido a cerca de 600 trabajadores y, durante los meses de junio, julio y agosto las fábricas cerrarán los viernes. También se han suspendido las nuevas contrataciones.

Según el presidente de la compañía, José Rubens de la Rosa, el año pasado el sector de autobuses brasileño tuvo que afrontar grandes desafíos. En el segmento urbano la congelación de las tarifas de las principales ciudades brasileñas, especialmente tras las manifestaciones de junio de 2003, tuvo como reflejo una menor renovación de la flota, según De la Rosa, que cree que las perspectivas de este año son mejores.

"Una de nuestras ventajas es que tenemos productos personalizados para cada mercado", dice el director de operaciones

“Las recientes subidas de tarifas, practicadas en más de 80 ciudades en los últimos seis meses, junto con mayores exigencias por parte de algunos municipios, tales como la implementación de sistemas de aire acondicionado y la limitación de la edad de la flota, pueden representar una reanudación de los pedidos urbanos”, considera.

Para afrontar el momento más desfavorable, una de las principales estrategias de la empresa fue la de fortalecer su presencia en los mercados de América Latina y África, así como abrir otros en países de Oriente Próximo. La empresa espera un mejor comportamiento en 2015, tanto en Australia como en México, donde hay expectativas de mejora. Ese esfuerzo se ha visto recompensado en los últimos meses: Marcopolo ha conseguido aumentar su participación en las exportaciones de la industria brasileña. Las ventas en el exterior suponen el 33% del negocio total. “Con la devaluación del tipo de cambio [frente al dólar] en Brasil, nuestro producto se ha hecho más competitivo. Estamos haciendo esfuerzos para enviar más equipos al extranjero para aprovechar esta devaluación. Hemos mejorado mucho las exportaciones en los últimos meses, lo que debe dar como resultado un año más favorable”, explica el director de Operaciones Internacionales, Rubén Bisi.

Para Bisi, otro diferencial competitivo de Marcopolo es su flexibilidad de producción. “Tenemos productos específicos para cada mercado, personalizados. Producimos diferentes modelos para diferentes marcas de chasis. También trabajamos con plazos muy cortos de entrega”, explica.

La mayor personalización de los autobuses comenzó después de un viaje de Bellini a Japón para conocer las operaciones de las principales empresas fabricantes de automóviles. A su regreso, introdujo el sistema de producción de Toyota, que se centra en la valoración y el perfeccionamiento de los empleados para la producción a gran escala de autobuses “personalizados”. Tal como comenta el propio Bellini, en la actualidad presidente emérito de la empresa, a partir de entonces “comenzó una gran sastrería, donde el chasis es el pantalón y la carrocería, la chaqueta”.

En 2000, por ejemplo, para un cliente de Oriente Próximo la empresa fue la primera en producir autobuses descapotables que se utilizaron en las peregrinaciones a las ciudades de la Meca y Medina. Este proyecto, junto con otros, como las más de 1.000 unidades para los proyectos Transmilenio, en Colombia, y la Transantiago, en Chile, con entregas en plazos cortísimos, convirtieron a la empresa en la principal referencia mundial en la producción de altos volúmenes, personalizados y con entrega rápida.

Bisi cree que, a pesar de la tormenta que viven los mercados, el sector de autobuses tiende a crecer a largo plazo. “Cada vez más será necesario disminuir la concentración de coches en las grandes ciudades. Y Marcopolo tiene soluciones de todo tipo para la modalidad urbana”, explica.

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