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Rajoy aprovecha la mejora económica para lanzar guiños electorales

El Gobierno aprueba, junto con la rebaja del IRPF, una batería de ayudas económicas para favorecer a determinados colectivos

Alejandro Bolaños
El ministro de Hacienda, Cristobál Montoro (derecha), junto a la vicepresidenta Soraya Saénz Santamaría y al ministro de EconomíaLuis de Guindos
El ministro de Hacienda, Cristobál Montoro (derecha), junto a la vicepresidenta Soraya Saénz Santamaría y al ministro de EconomíaLuis de GuindosFernando Alvarado (EFE)

El Ejecutivo de Mariano Rajoy dio ayer el primer paso para adelantar el proyecto de Presupuestos para 2016 y permitir así su aprobación antes de convocar elecciones el próximo otoño. La mejora en las previsiones, propias y ajenas, sirvió a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para atribuir a las reformas del Gobierno "que la economía española se encuentra en expansión". Con la cita electoral en el horizonte, el Consejo de Ministros sumó al anunciado adelanto de la rebaja en el IRPF un abanico de medidas de muy distinto calado pero que tienen garantizado un buen recibimiento, como bajar la factura de la luz un 2%, evitar el embargo de ayudas públicas a colectivos golpeados por la crisis o nuevas exenciones fiscales.

Apenas un par de horas y un puñado de kilómetros separaron el final del Consejo de Ministros y el inicio de la Conferencia Política del PP en Madrid. Los límites entre la acción del Gobierno y las necesidades del partido se solaparon en los mensajes con los que se glosó la presentación del nuevo cuadro macroeconómico y el techo de gasto para 2016, los dos pilares a partir de los que el Ejecutivo elaborará contra el reloj las cuentas públicas del próximo ejercicio.

Tras la reunión del Ejecutivo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, reivindicó las últimas estimaciones del FMI o la OCDE — “España encabeza la mejora económica y del mercado de trabajo entre los países desarrollados”— y la vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría, exhibió las previsiones de esos organismos internacionales como el mejor logotipo del PP a la entrada de la Conferencia Política.

Además del techo de gasto, de las previsiones económicas y de la anunciada rebaja del IRPF, el Gobierno desplegó un amplio abanico de medidas que encajan en lo que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, bautizó como “la política de devolución de esfuerzos a la sociedad en la que el Gobierno se va a empeñar en el último tramo de la legislatura”.

La medida de impacto más general es la rebaja de la factura de la luz. En una nota, el Ministerio de Industria indicó que “con cargo al superávit de la tarifa eléctrica de 2015” se recortarán los costes repercutidos por las actividades reguladas cerca de un 4%. Eso se traducirá en una caída del 2,2% en la factura de la luz (1,5 euros al mes para un consumidor medio) que se aplicará “entre agosto y diciembre”.

El Ejecutivo también aprobó ayer medidas en favor de colectivos con los que ha tenido conflictos, ya sean las personas que optan por el autoconsumo eléctrico (se les rebajan cargas administrativas y de gestión), los ganaderos del sector lácteo (se les permite el pago escalonado de tasas) o los mineros del carbón (se facilita su prejubilación a los 52 años).

En la nutrida referencia del Consejo de Ministros, también hubo sitio para un reparto de 60 millones entre comunidades autónomas para financiar medidas contra la pobreza o en favor de los gitanos, para evitar que se embarguen las ayudas públicas a colectivos en riesgo de exclusión o para exenciones fiscales de todo tipo, desde las que también benefician a esas ayudas a las que facilitan el uso de vehículos de empresa con un bajo nivel de emisiones contaminantes.

La presentación del cuadro macroeconómico que sustentará los Presupuestos no aportó grandes novedades. Las previsiones que presentó Guindos confirmaron la mejora en las estimaciones de crecimiento (el aumento del PIB pasaría del 2,9% al 3,3% en 2015, y del 2,9% al 3% en 2016, como adelantó Rajoy), algo más optimistas que las elaboradas por el FMI, el Banco de España o los analistas privados.

El ministro de Economía atribuyó la revisión al alza del pronóstico de crecimiento “a la mejora del sector exterior” y admitió que mantiene una previsión “casi idéntica” a la de abril en la creación de empleo, algo que atribuyó a la “prudencia”. “Los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre serán especialmente buenos”, aseguró. Economía prevé que se generen 602.000 puestos de trabajo este año —lo que permitiría situar el nivel de empleo por encima de como comenzó la legislatura— y que el desempleo se reduzca en 590.000 personas, de modo que la tasa de paro (ahora en el 23%) promedie el 22,1% este año y se quede en el 19,8% en 2016.

El techo del gasto no financiero, que sirve de referencia para las cuentas públicas de 2016, se quedó en 123.354 millones, un 4,4% menos que este año. Pero aquí pesa el descenso sobre lo presupuestado en 2015 de la carga de intereses o del gasto en prestaciones por desempleo. “La idea es que no crezca la presión fiscal y que devolvamos a los contribuyentes el exceso de recaudación, que alimenta a su vez el crecimiento y el empleo”, mantuvo Montoro, quien indicó que hay “austeridad, pero no recortes”. El ministro volvió a dejar la puerta abierta a devolver la paga extra que se suprimió a empleados públicos en 2012 —ya se reintegró el 25% en enero— y también días libres (moscosos y canosos). “Como ya dije, hay que mejorar la retribución de los funcionarios”, dijo. Una afirmación que apunta a nuevos guiños electorales.

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