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La Reserva Federal opta por la cautela y aplaza el alza de tipos

La reunión de septiembre se perfila como la más probable en un escenario con dos subidas en 2015

Sede de la Reserva Federal en Washington
Sede de la Reserva Federal en WashingtonKAREN BLEIER (AFP)

La reunión de la Reserva Federal resultó no ser el punto de inflexión que se esperaba a comienzos de año, cuando se marcó en el calendario el 17 de junio como el día en el que iba a decidir el primer alza de tipos de interés en nueve años en Estados Unidos. El precio del dinero seguirá estancado en el 0% hasta tener "evidencias decisivas" del lado del crecimiento, el empleo y la inflación. Ahí lleva seis años y medio, desde diciembre de 2008. Y ahí se quedará hasta como pronto septiembre, que se ve ahora como el más probable para dar este paso simbólico.

Hace ya semanas que se decía que la posibilidad de que esta cita de dos días culminara con una alza de tipos era remota. Wall Street no le daba una sola opción. La reunión sirvió, por tanto, para analizar el estado de la economía, tras la contracción sufrida en el arranque del año, y debatir sobre el momento para empezar a restringir la política monetaria, algo que 15 de los 17 miembros de la Fed espera suceda este 2015.

El banco central de EE UU considera que lo más prudente es esperar y pide al mercado que cuando llegue el primer alza "no se exagere". Es como si en Washington siguieran sobrevolando ocho décadas después los fantasmas de la Gran Depresión. El temor es que un alza prematura de tipos provoque una recaída. Además de evitar errores, este margen permite preparar el terreno para poder salir del punto muerto y empezar a subir con cuidado de marcha.

Yellen insiste en que se encarecerá el precio del dinero cuando estén convencidos. Los últimos datos de empleo y de ventas en el comercio indican que la economía repuntó en el segundo trimestre, aunque la producción industrial y las nuevas construcciones de vivienda se contrajeron. Se necesita, por tanto, más evidencias de que la actividad económica y el mercado laboral aguantarán el alza.

En su análisis de la coyuntura, la nota final indica que la expansión avanza a un ritmo que califica de “moderado”. La proyección es de un crecimiento del 1,9% este 2015, medio punto menos de lo que se dijo, y que repunte al 2,6% en 2016. En cuanto al empleo, la previsión es que el paro ronde el 5,2% este año y baje dos décimas el próximo. La inflación, que está cerca del 0%, no se acercará al objetivo del 2% hasta comienzos de 2017.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial aconsejaron en días pasados a la Reserva Federal que se abstenga de subir tipos hasta bien entrado el año que viene. Por un lado, dicen que es necesario ver que el crecimiento se consolida. Por otro, la política actual sería una garantía contra el riesgo de deflación. Además, temen que un alza prematura acelere la apreciación del dólar.

Reunión a reunión

Yellen evita decir que el alza de tipos en EE UU será inminente y la proyección es más suave de lo esperado. Tampoco es un secreto en Wall Street de la intención es hacerlo en un futuro próximo. La opción de que eso suceda en septiembre era del 55% antes de la reunión. Podría pasar incluso en julio, si se atiene al hecho de que se insiste en que el alza se decidirá “reunión a reunión”.

Pero se considera improbable que suceda el mes próximo, porque se necesitan datos fiables del crecimiento en el segundo trimestre. Las otras opciones para este año serían octubre o como tarde en diciembre. De estos cuatro encuentros, septiembre y diciembre incluyen rueda de prensa. La expectativa es que los tipos estén en el 0,625% al cerrar el año, lo que implica dos subidas de un cuarto de punto. Es lo que esperan 10 de los 17 miembros.

"Se está prestando demasiada antención al primer movimiento, lo importante es el proceso", indicó. El alza de tipos será, de hecho, más lenta. Al empezar, podría hacer una pausa en octubre y proceder a la segunda subida en diciembre. A medio plazo, la encuesta de los miembros indica que el precio del dinero estará por debajo del 1,7% en 2016, rondará al 3% en 2017 y tocará el 3,5% en el largo plazo. El punto de equilibrio sería, por tanto, inferior incluso en un escenario de pleno empleo en 2016.

No es solo que la economía de EE UU se esté recuperando con lentitud y a trompicones. Pesan también los riesgos son externos, por el lento crecimiento de la economía global y las tensiones que siguen emanando de Europa por la crisis en Grecia. La Reserva Federal, de hecho, no podía permitirse el lujo de dar sorpresas en esta última reunión sin acuerdo entre Bruselas y Atenas.

Larga vida a la laxitud

El deseo de Janet Yellen es claro. La presidenta de la Reserva Federal quiere cerrar el año con al menos dos subidas de tipos. En 2016, serían cuatro alzas más. Pero en este momento, la palomas siguen volando en el seno de la Fed y los halcones tampoco tienen el coraje de forzar que se empiece a cerrar el grifo de los estímulos convencionales. A este ritmo, la estrategia de la laxitud extrema durará siete años completos.

Dar con el momento adecuado es complejo. Pero el proceso de normalización de la política monetaria en EE UU debe hacer a la vez que la Fed libera todos los activos de deuda que acumuló durante la pasada crisis y que se aproxima a los 4,5 billones de dólares. Eso podría acabar inundando el mercado de bonos. Todo un reto si se recuerda que su balance no llegaba al billón antes de abrir la espita. "Aún no estamos ahí", concluyó.

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