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La Policía requisa barcos, joyas y oro de la familia Espírito Santo

El registro llega un mes después de la incautación de la capilla particular, casas y fincas de los investigados por fraude y blanqueo de dinero

La Unidad de Combate a la Corrupción volvió hoy miércoles a la casa del Espírito Santo. Si hace un mes confiscó tierras y edificios, entre ellos la capilla familiar, ahora es el turno de barcos, coches, joyas, oro y dinero contante y sonante. Todo fue inventariado o requisado para hacer frente a posibles indemnizaciones a las víctimas de la quiebra del Banco Espírito Santo, que en julio cumplirá un año.

En junio del pasado año, el Banco Espírito Santo se ufanaba de haber conseguido una ampliación de capital y de salir de la crisis sin haber solicitado un euro al erario público. Un total de 1.042 millones de euros con una demanda superior del 79%. “El mayor éxito desde la privatización en 1992”, proclamó su mandamás Ricardo Salgado. Hoy miércoles, el patrón de la familia Espírito Santo acompañaba sumisamente a los policías en la búsqueda de objetos valiosos por las habitaciones de su casa de Cascais.

La visita de la policía judicial se extendió también a los domicilios de Amílcar Morais Pires, director general del BES, y al primo de Salgado, José Manuel Espírito Santo, todo ello por orden del juez Carlos Alexandre. La intervención duró más de seis horas y llegó a detalles de colocar a cero el cuentakilómetros de cada coche inventariado.

El ministerio fiscal ha reconocido las búsquedas en el llamado “universo Espírito Santo”, lo que quiere decir que afecta al BES y a las empresas y holding familiares como el GES, una promiscuidad entre empresas familiares y banco que acabó con su quiebra en julio, tras presentar 3.600 millones de pérdidas en el primer semestre de 2014.

La investigación del Ministerio es por presuntos delitos de blanqueo de capitales y fraude, aunque de momento ningún miembro de la familia Espírito Santo ha sido imputado oficialmente. Todos han sido destituidos de sus cargos en bancos y empresas, tienen cuentas y bienes confiscados, pero viven en sus domicilios portugueses (no pueden salir al extranjero).

Según el Ministerio Fiscal, las órdenes de búsquedas han sido cinco y el motivo es evitar “la disipación de bienes”, algo que ya habrían podido hacer los investigados en los 12 meses desde la caída del BES. En estos momentos hay 29 investigaciones abiertas relacionadas con el Espírito Santo.

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