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El Tribunal Europeo da la razón al BCE sobre la compra de deuda

El Tribunal de Luxemburgo considera que los Tratados "autorizan al BCE" a adoptar el programa de compra de bonos

Claudi Pérez
El presidente del Banco Central Europera, Mario Draghi, es una reunión del comité del banco.
El presidente del Banco Central Europera, Mario Draghi, es una reunión del comité del banco.EMMANUEL DUNAND (AFP)

Enésimo revés para Alemania en su batalla legal contra las medidas extraordinarias del Banco Central Europeo (BCE). El whatever it takes ("haré todo lo necesario") de Mario Draghi es perfectamente compatible con el derecho de la Unión Europea, a pesar de los recursos del Tribunal Constitucional alemán. El Tribunal de Justicia de la UE ha anunciado este martes que el programa diseñado por el BCE para acabar con la crisis del euro –con ataques especulativos sobre la deuda soberana, especialmente de los países periféricos, por las dudas sobre la integridad de la moneda única—no viola las leyes comunitarias.

Draghi anunció el 6 de septiembre de 2012 la puesta en marcha de un programa de compra de deuda pública en los mercados secundarios (OMT, por sus siglas en inglés) que nunca ha llegado a utilizarse pero que aun así bastó para espantar a los inversores que apostaban contra los bonos europeos. El anuncio bastó, por sí solo, para que los especuladores corrieran como conejos: rebajó las primas de riesgos excesivas por los temores de estallido de la eurozona.

El Constitucional alemán, tratándose de erigir en una especia de Constitucional europeo, alega que ese programa excedía los límites del mandato del BCE y viola la prohibición de ofrecer financiación monetaria a los Estados miembros, algo expresamente prohibido por los Tratados. Y atenta también, por tanto, contra las leyes alemanas. En su sentencia dictada este martes, el Tribunal de Justicia responde que los Tratados "autorizan al BCE" a adoptar el programa de compra de bonos. Ese programa OMT "pertenece al ámbito de la política monetaria": las primas de riesgo excesivas, apunta el tribunal, impedían la transmisión de la política monetaria del Eurobanco.

La capacidad del BCE para influir en la estabilidad de precios, defiende el tribunal, depende en gran medida de la transmisión a los diferentes sectores de la economía de los impulsos lanzados por el BCE. En medio de la crisis del euro, la política monetaria empezó a perder tracción, y la entidad que preside Mario Draghi ideó la OMT para recuperar las riendas y garantizar la estabilidad de la zona euro.

El BCE ideó un programa para que el país que pidiera el manguerazo del BCE tuviera que pedit un programa de ajuste con exigentes condiciones: con ese diseño, el tribunal considera que el programa de compras de bonos tampoco viola el principio de proporcionalidad: las condiciones económicas lo exigían y los requisitos establecidos limitaban el denominado riesgo moral, según la corte europea, a pesar de los recursos alemanes. "La prohibición de ofrecer financiación monetaria a los Estados miembros" no implica que el banco central "pueda adoptar un programa de esas características". Eso sí, con ciertos límites, según la sentencia, y adoptando garantías suficientes para conciliar su intervención con la prohibición de financiación monetaria.

Según el Tribunal, las características del plan ideado por Draghi impiden que la OMT sea capaz de neutralizar en los socios del euro la aplicación de una política presupuestaria restrictiva cuando sea necesario. El BCE ha dado "la bienvenida" a la sentencia, contra la que no cabe recurso. A pesar del Constitucional deKarlsruhe y del establishment alemán, que se mostró radicalmente en contra de ese programa, el Tribunal da la razón al BCE, que se sirvió de esa idea para acabar con la fase más aguda de la crisis del euro sin gastar un solo euro.

El veredicto es una victoria importante para Draghi ante la hostilidad que ha mostrado Berlín en cada una de las medidas extraordinarias para luchar contra la crisis, incluido el programa de compras de activos públicos y privados que puso en marcha en marzo para luchar contra los riesgos de deflación. Esa victoria, además, puede tener efectos sobre la crisis griega: Draghi reclamó ayer un acuerdo político entre Grecia a los acreedores, y sugirió que incluso si eso no ocurre el BCE estará listo para actuar si llega la temida suspensión de pagos, para neutralizar los efectos secundarios sobre el mercado de deuda y sobre la estabilidad financiera de la zona euro.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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