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España pide que la UE facilite las fusiones bancarias continentales

El documento de Moncloa reclama que se elimien "barreras nacionales" para crear un sistema financiero europeo

Claudi Pérez
Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno
Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobiernoeuropa press

Completar la unión bancaria es imprescindible para dar un salto adelante en Europa. España quiere más: el Gobierno reclama que la UE acabe con las barreras que dificultan las fusiones transfronterizas en el sector bancario. Bruselas ha dado a entender que bendecirá la creación de grandes conglomerados de telecos. Y Madrid quiere el mismo guion para la banca: allanar el terreno para que sus entidades compitan en Alemania, y que los bancos alemanes den hipotecas en España, según el documento que fija la aportación española al debate sobre el futuro de la Unión.

El documento, adelantado el miércoles por EL PAÍS, reclama un cambio de mandato para el BCE que tenga en cuenta no solo la inflación media sino las variaciones en cada país, para evitar rebajas de los tipos de interés como las de hace 10 años, que hincharon las burbujas española e irlandesa. Pide restablecer los criterios de convergencia (una especie de Maastricht II) sobre inflación, costes laborales y balanza comercial para evitar que la acumulación de desequilibrios haga saltar por los aires el euro. Y demanda pasos solícitos hacia la unión fiscal, con un presupuesto común para la eurozona con capacidad para endeudarse —el embrión de un Tesoro común— e incluso con instrumentos de mutualización de deuda, los denominados eurobonos que son una especie de anatema en Alemania. Pero la propuesta española pone también el acento en el gran causante de la crisis: el sector financiero. España quiere que la Unión “elimine las barreras nacionales” que impiden un verdadero sistema bancario europeo.

La nueva Comisión de Jean-Claude Juncker ha sugerido que puede haber algo parecido en el sector de las telecomunicaciones, muy atomizado. Pero España defiende que esa misma atomización ha agravado la crisis por el lado bancario. “Los bancos alemanes financiaron la burbuja crediticia española a través de instrumentos de deuda, pero la resolución de la crisis hubiera sido muy diferente si las entidades alemanas hubieran dado directamente hipotecas en España en lugar de comprar deuda”, según fuentes de Moncloa.

El documento es contundente: “15 años después de la introducción del euro, el sector bancario minorista continúa dominado por la banca nacional en la mayoría de países”. Es muy común encontrar bancos de la eurozona que tienen más filiales fuera de la UE que en otros países europeos. “La unión bancaria ayudará a eliminar barreras, pero hay áreas donde medidas de liberalización adicional podrían fomentar las inversiones transfronterizas”, dice el texto, que culpa a las supervisiones y regulaciones nacionales de esos males.

Desconfianza institucional

El sector, empachado de deuda, apenas está sacando la cabeza de la crisis, pero los beneficios vuelven a aparecer y empiezan a verse operaciones. De momento, las instituciones europeas ven con cierta desconfianza esas fusiones: la compra de Lloyds por parte del Sabadell, por ejemplo, no ha gustado, según fuentes del sector, que argumentan que la banca española podría beneficiarse de las ayudas estatales.

La eurozona tenía y tiene un sistema financiero fragmentado: “Los deudores se concentran en la banca de ciertos países, y los acreedores en otros”, según el documento español. El texto ofrece propuestas para apuntalar la unión bancaria: un esquema de garantía de depósitos común, y un bazuca europeo suficientemente dotado para que sea posible cerrar bancos. Italia, Francia y Alemania proponen algo parecido.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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