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Un euro barato cambia el mapa exportador

La depreciación de la moneda única redobla el interés de las empresas españolas por vender sus productos en el exterior. Crece el atractivo de los mercados anglosajones

Thiago Ferrer Morini
Contenedores en el puerto de Valencia.
Contenedores en el puerto de Valencia. CARLES FRANCESC

El Banco Central Europeo ha tenido que abrir todas las compuertas, pero, para alegría de los exportadores europeos, por fin el euro ha rendido su fortaleza y ha empezado a perder posiciones ante sus rivales internacionales. Desde principios de año, la moneda única se ha depreciado más de un 7% frente al dólar estadounidense y la libra esterlina. De las monedas de los diez mayores destinos de las exportaciones españolas fuera de la eurozona, solo dos (la lira turca y el dinar argelino) han perdido valor frente al euro.

Esto no solo ha contribuido a una aceleración del crecimiento económico de los Diecinueve, sino que además ha redoblado el interés exportador de las empresas españolas, y no solo fuera de la eurozona. “Los productos fabricados en España se vuelven más competitivos en Alemania o en Francia”, explica María Jesús Fernández, analista de Funcas, “no si los comparamos con los productos locales, sino porque son más competitivos con respecto a productos similares procedentes de terceros países”.

No es la única ventaja. “En China, ahora mismo, los tipos de interés rondan el 5%”, explica Sixto Rodrigo, director del segmento de empresas de Deutsche Bank. “Los tipos más bajos, como los que hay en Europa ahora mismo, no solo permiten a las empresas españolas financiar sus líneas a un coste más bajo que las locales, también permiten ofrecer crédito a sus clientes allí”.

La depreciación, no obstante, no es la única variable que debe considerar un exportador. “Hay tres factores a tener en cuenta”, enumera José Luis Martínez, de Citi España. “Primero, el tipo de cambio. Segundo, el dinamismo importador del país comprador. Y tercero, su apertura comercial”. En esta nueva situación, inversores y analistas procuran establecer cuáles son los mercados con mayor potencial para los exportadores.

Los analistas advierten: no hay que entusiasmarse excesivamente por unos resultados que, además, tardarán en hacerse ver. “La ventana de oportunidad que se abre no ha de eclipsar la complejidad inherente a algunos mercados”, dice Antonio Hernández, socio de Estrategia Energética e Internacional de KPMG. “A no ser que tenga cierta magnitud, una depreciación no suele tener demasiado efecto en las exportaciones”, considera María Jesús Fernández, “porque los exportadores suelen preferir aprovechar la ocasión y aumentar sus márgenes. Pero creo que ahora sí puede tener consecuencias en el PIB”.

Los analistas advierten: no hay que entusiasmarse excesivamente por unos resultados que, además, tardarán en hacerse ver

“No se va a notar de forma inmediata”, matiza Enrique Díaz-Álvarez, director de Riesgos de Ebury. “No solo es pronto, sino que además hay muchas empresas que se habían cubierto ante las fluctuaciones de la moneda”. Hay voces más optimistas: “Sí, todavía es pronto para saberlo, pero nos está yendo muy bien”, defiende Almudena Semur, del IEE.

¿Qué empresas tienen un mayor potencial para crecer fuera? “Tenemos un gran camino por recorrer en el sector servicios”, considera Semur. “Es una vía que está ganando velocidad. Aun así, solo un 20% de las empresas españolas de servicios exportan. Y las que tienen un mayor potencial son las empresas medianas, de más de 50 empleados, con personal cualificado y con idiomas, en sectores como el diseño de videojuegos, I+D y publicidad”.

Deutsche Bank defiende que en Europa hay dos grandes líneas de posibilidades de negocio fuera de la eurozona. Por un lado, están Suecia y Noruega, países con gran poder adquisitivo y un crecimiento económico razonable (por encima del 2%). Por el otro, la entidad germana apunta hacia los mayores países de Europa del Este, Polonia y Rumania. El PIB polaco tiene previsto crecer por encima del 3% ya en 2015, mientras que Rumania deberá esperar a 2016 para superar esa barrera.

El otro gran mercado tradicional de las empresas españolas, las Américas, también gana interés entre los exportadores tras la depreciación. “Aunque la caída del euro ha sido generalizada, su mayor descenso se ha producido frente a las monedas anglosajonas”, considera el analista de Citi. “Y estoy pensando en especial en el dólar estadounidense”. Estados Unidos es el mayor comprador de productos españoles fuera de Europa, según el Instituto Nacional de Estadística. Deutsche Bank prevé que el país norteamericano crezca un 3,4% este año y un 3,1% el siguiente.

Por otro lado, América Latina tiene previsto crecer menos por el frenazo en el precio de las materias primas y el fin del ciclo económico. Sin embargo, hay economías de la región, como Colombia, Chile y —en menor medida— Perú, que siguen manteniendo su interés a pesar de que su ritmo de expansión se ha reducido. “Es cierto que los países están perdiendo dinamismo con respecto a ejercicios anteriores”, explica Fernández, “pero sin duda el efecto favorable de la mayor competitividad de los productos españoles permitirá atenuar los efectos de ese frenazo”. Pero atención: “Los países de Latinoamérica también han experimentado una depreciación de sus monedas frente al dólar”, explica Hernández, de KPMG, “por lo que el efecto se ve relativamente neutralizado”.

“Si combinamos la ganancia de competitividad a través del tipo de cambio que se está produciendo y las previsiones de crecimiento de los distintos países”, explica Andrés Pereda, responsable de comunicación del ICEX, “los mercados más prometedores para aprovechar la devaluación del euro son EE UU, Australia, Corea del Sur, China, India, Indonesia, México o Marruecos, que son, precisamente, países en los que estamos desarrollando programas de fomento a la exportación”.

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