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La zona euro crece el 0,4% hasta marzo pese al parón de Alemania

La economía española se mantiene en cabeza y la germana reduce el ritmo a la mitad

Luis Doncel
La canciller alemana, Angela Merkel, hoy en Berlín.
La canciller alemana, Angela Merkel, hoy en Berlín.Michael Sohn (AP)

La economía de la zona euro avanza a la mayor velocidad de los últimos cuatro años. El PIB de los 19 países que comparten moneda creció entre enero y marzo de este año un 0,4%, una décima más que en el trimestre anterior. Tiraron del carro economías como la española o la francesa. Sorprendió en cambio negativamente la ralentización del crecimiento en Alemania, que ha pasado de avanzar a un ritmo del 0,7% al 0,3%. La potencia germana se ve lastrada por un frenazo en su tradicional punto fuerte: las exportaciones.

El parón de Alemania ha decepcionado a los analistas, que esperaban un avance dos décimas superior. Se trata tan solo de los datos de un trimestre, pero la fotografía hecha pública el miércoles por la agencia europea Eurostat sorprende porque supone un vuelco en la imagen de hace tres meses. Entonces, Francia experimentó un crecimiento cero. Y ahora se coloca en la parte alta de la tabla, con un alza del 0,6%. Es el mayor avance de su Producto Interior Bruto (PIB) en los dos últimos años.

Como ya ocurrió en la segunda mitad de 2014, la economía española vuelve a estar entre las más fuertes. Este trimestre solo ha sido superada en la eurozona por Chipre con un avance del 0,9%, que supone un repunte de dos décimas respecto a los tres últimos meses del año anterior.

“Las cifras de Francia y España que acabamos de conocer suponen una buena señal. Sugieren que poco a poco nos vamos recuperando de la gran crisis europea”, señala Guntram Wolff, del think-tank con sede en Bruselas Bruegel. Avala esta tesis el hecho de que la eurozona haya superado en este trimestre el ritmo de otras grandes economías, como EE UU (+0,1%) o Reino Unido (+0,3%). Hacía más de tres años que esto no ocurría.

Todo el continente se ve impulsado por un triple efecto beneficioso: los bajos precios del petróleo, la caída en la cotización del euro y los bajos tipos de interés fomentados por la política monetaria del BCE. Pese a que este triple cóctel también impulsa a Alemania, la gran potencia económica de la UE ha dado en este trimestre muestras de agotamientos. El principal motivo de esta ralentización hay que buscarlo en el tradicional motor de su economía: el comercio exterior, perjudicado por las dificultades de terceros países, como Rusia, Brasil o China.

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“Al principio de 2015 aumentaron las exportaciones de bienes y servicios respecto a los últimos meses del año anterior. Pero las importaciones aumentaron con mucha más fuerza”, aseguró en un comunicado la Agencia Federal de Estadística. “Alemania tiene unos vínculos comerciales muy fuertes con el este de Europa y Rusia. Y las dificultades en algunos países por la guerra en Ucrania le pasa factura”, explica por teléfono Clemens Fuest, presidente del Centro para la Investigación Económica de Europa.

El motor del crecimiento de la economía alemana procede ahora de la demanda interna, tanto de las familias como del Estado. “La debilidad del comercio internacional está afectando a la industria alemana. Si los consumidores también empiezan ahora a reducir su consumo, el crecimiento económico global se verá afectado rápidamente”, señaló a la agencia Reuters Thomas Gitzel, economista jefe de VP Bank.

“La ralentización alemana ha ocurrido antes de lo que esperábamos. Refleja la debilidad de la demanda externa procedente de EE UU y de algunas partes de Asia”, aseguran en una nota los analistas de Barclays. La sorpresa negativa de este primer trimestre lleva a los economistas de este banco a rebajar su previsión de crecimiento para este año a un 1,5%.

Pero otros expertos insisten en no sobreinterpretar los datos conocidos este miércoles, que pueden responder a fenómenos pasajeros. “El Gobierno alemán fue bastante conservador en su pronóstico de crecimiento del 1,8% para este año y el próximo. Habrá que ver cómo evolucionan los próximos meses, pero en principio no creo que haya que cambiar estas previsiones”, dice Fuest. El analista de Bruegel comparte esta opinión. “Es cierto que la evolución de Alemania en este periodo ha decepcionado, y que eso es malo tanto para sí misma como para toda la zona euro. Pero los factores externos han sido determinantes”, asegura Wolff.

Frente a las peticiones de aumentar el gasto público que le llegan de diversos sectores, el Gobierno de Angela Merkel admite la necesidad de invertir más, pero siempre respetando la sacrosanta regla del déficit cero. Berlín insiste también en la importancia de avanzar hacia fórmulas en las que convivan la iniciativa privada y la pública. “Alemania tiene que hacer más para impulsar sus fuentes de crecimiento internas. Una de las vías sería a través de un incremento en la inversión pública, algo que ayudaría también a sus socios de la zona euros”, responde el analista de Bruegel.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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