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Argentina reduce el impuesto a la renta ante la presión sindical

Después de la huelga de transportes de abril y ante las amenazas de nuevos paros, el ministro de Economía anunció un recorte tributario

Alejandro Rebossio
Axel Kicillof, ministro de Economía de Argentina, el 29 de abril.
Axel Kicillof, ministro de Economía de Argentina, el 29 de abril. M. Altaffer (AP)

El ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, ha anunciado este lunes, cuando faltan tres meses para las elecciones primarias de las presidenciales, una reducción del impuesto a la renta. En el pasado mes de abril, los sindicatos del transporte habían paralizado al país con una huelga de 24 horas y hasta hace unos días amenazaban con nuevos paros. El recorte resuelto por el Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner busca descomprimir la tensión con los líderes sindicales, tanto los oficialistas como los opositores, en medio de una negociación salarial entre patrones y trabajadores que se extiende más de lo normal. Precisamente, uno de los motivos de la dilatación de la discusión sobre las nóminas radicaba en cómo el impuesto a la renta podía acabar absorbiendo parte de los aumentos.

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El ministro Kicillof explicó que aquellos trabajadores que ganen entre 1.600 y 2.800 dólares mensuales comenzarán a percibir un salario después de impuestos entre un 3% y un 6% mayor que hasta ahora, dada la reducción de la carga tributaria. El Gobierno de Fernández ha adoptado esta y otras medidas para reactivar la estancada economía. Y de hecho en los últimos meses el consumo está repuntando. Lo que empeoran son las exportaciones, sobre todo ante el abaratamiento de las materias primas, como la soja, principal cultivo de Argentina, y frente a la recesión de Brasil, mayor comprador de las manufacturas argentinas enviadas al extranjero.

En los últimos días tres de los principales sindicatos amenazaron con nuevas huelgas: el metalúrgico, el de chóferes de autobuses y el de bancarios, negocio del que participan Santander y BBVA. El de los metalúrgicos, que encabeza el kirchnerista Antonio Caló, enfoca la tensión contra la patronal. De hecho, Caló apoya la candidatura presidencial del gobernador de la provincia de Buenos Aires, el kirchnerista moderado Daniel Scioli. El jefe de los chóferes de autobús, Roberto Fernández, se ha alejado este año del kirchnerismo, ha encabezado una huelga y se reunió la semana pasada con el candidato presidencial conservador, Mauricio Macri, alcalde de Buenos Aires. “Lo veo más peronista que muchos peronistas”, lo eligió Fernández, que criticaba sobre todo al Gobierno central por la falta de actualización por inflación del impuesto a la renta. Era el mismo reproche de los bancarios. Se trataba de un cuestionamiento lógico en un país que, según las agencias provinciales de estadísticas, sufre una inflación del 27,5% anual.

El ministro Kicillof calcula que los salarios netos subirán entre un 3% y un 6%

El ministro de Economía argentino minimizó el impacto del impuesto a la renta al señalar que solo lo abona el 11,3% de los empleados del país. También negó que su Gobierno abogue por un aumento salarial máximo del 25% en las discusiones de cada sindicato con la patronal de su sector. Los camioneros, dirigidos por el peronista opositor Hugo Moyano, pedían un 33% antes del recorte tributario. Ahora el escenario puede cambiar.

La pelea por el impuesto a la renta y el salario y el impulso gubernamental al consumo se despliegan en plena campaña electoral. En agosto próximo todos los partidos políticos y todos los ciudadanos deberán participar de las primarias presidenciales. Entonces se definirá qué candidato llevará el kirchnerismo y qué opositor se posicionará como su principal rival. Scioli, el menos kirchnerista de los cinco candidatos presidenciales de su fuerza política, camina a paso firme hacia la victoria en sus primarias. La consultora Fara lo ubica con un 26% de intención de voto entre todo el electorado argentino para los comicios de agosto. El diputado peronista opositor Sergio Massa y el conservador Macri empatan con un 22%.

Massa, que perdió la primera posición de hace unos meses y ahora pelea por evitar el tercer puesto, enfrentará en primarias a José Manuel de la Sota, gobernador de Córdoba, la segunda provincia más poblada de Argentina, tras la de Buenos Aires. Macri, que se ha fortalecido con las recientes victorias en las primarias locales de la ciudad autónoma de Buenos Aires y la provincia de Santa Fe (la tercera en población), competirá en agosto con candidatos de las centristas Unión Cívica Radical (UCR) y Coalición Cívica. No hay dudas por ahora de que en las generales de octubre Scioli se batirá a duelo con Macri y Massa. Y en ese contexto la situación económica pesará.

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