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¿Es posible que el banco me llegue a pagar por mi hipoteca?

Con tipos de interés al 0% o negativos puede que el prestamista pague al prestatario

eduardo estrada

Analizar un escenario de tipos de interés cercanos al 0% e incluso negativos hubiera sido un ejercicio de economía-ficción hace muy poco. Hoy es una realidad: puede que sea el prestamista quien pague al prestatario un tipo de interés, es decir, lo contrario al sentido común. Si bien es algo complicado de entender, esta situación tiene varias explicaciones económicas.

¿Por qué hay tipos de interés negativos?

La culpa de que haya tipos de interés negativos en el mercado la tiene el QE o Quantitative Easing del Banco Central Europeo, programa ambicioso de compra de deuda soberana y privada, política monetaria heterodoxa que pretende combatir la deflación que está experimentando la Zona Euro —la idea es que el Banco Central Europeo compre cada mes unos 50.000 millones de activos de deuda pública y 10.000 millones de deuda privada—. Esta inyección de liquidez a los bancos tiene como objetivo que presten más dinero a la economía real y, por efecto del crecimiento de la demanda y la inversión, suban los precios.

Sin embargo y como efecto colateral, inunda los mercados de dinero que se incorporan a los mercados financieros. Eso implica que suban los precios de determinados activos al aumentar su demanda en los mercados y, por tanto, caiga su rentabilidad —como pasa con la deuda pública—.

Que el interés real sea positivo. Si un inversor quiere comprar letras del tesoro a tres meses y acude a la última subasta —o la compra en el mercado secundario— obtiene una rentabilidad del -0,029%. Es decir, paga por dejarle dinero al Estado español. Este inversor puede hacer esta inversión si considera que a tres meses seguiremos en un escenario deflacionista —en febrero la inflación de la Zona Euro se situó en el -0,3%—, siendo el interés real positivo, ya que se corresponde al interés nominal menos la inflación. Si la inflación a tres meses fuera, por ejemplo, del -0,03%, resulta que el inversor, en términos reales, ganaría dinero.

Interés real = -0,029% - (-0,03%) = +0,001%

La seguridad del agente al que le dejamos el dinero. En el caso de la deuda pública, determinados operadores —fondos de inversión y de pensiones— están obligados a tener parte de sus inversiones en productos con elevada seguridad, con lo que esta inversión tendría sentido.

Jugar con las divisas de cada inversión. El cambio de divisa también puede suponer ganancias, según la moneda con la que calcule sus activos el inversor.

¿Qué productos con tipos negativos hay en España?

Los tipos de interés negativos han saltado recientemente a los medios de comunicación a raíz de la noticia de que Bankinter remuneraba a algunos hipotecados con préstamos en francos suizos. También las últimas emisiones del Tesoro Público han dejado dinero a tipos negativos. Sin embargo, los tipos de interés reales negativos son habituales en determinados productos financieros en nuestro país. 

Los depósitos a plazo fijo, cuya cuenta corriente tiene comisiones, son un ejemplo, ya que puede que la comisión de mantenimiento se coma el interés obtenido si la imposición a plazo es de poca cuantía. Por esta razón es importante contratar cuentas corrientes y productos sin comisiones bancarias. Otro producto son los seguros de ahorro. Carlos Lluch, experto en iAhorro.com y director técnico de Lluch&Juelich correduría, explica que es posible contratar estas pólizas con la idea de obtener un determinado interés y acabar pagando a la aseguradora por nuestro dinero. 

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En relación a una inversión de 10.000 euros en un seguro de ahorro, Lluch describe lo que puede pasar. En primer lugar, el cliente paga una prima de 10.000 euros, pensando que este es el importe que invierte. Sin embargo, lo que realmente se invierte son las "provisiones matemáticas de balance", es decir lo que queda de la prima tras restar los gastos de administración, de comercialización —publicidad, comisiones y posibles regalos— y los costes de coberturas adicionales de fallecimiento, incapacidad, etcétera... Llegados a este punto, si el “interés técnico” es suficientemente alto, los gastos se compensan y el ahorrador obtiene una rentabilidad efectiva positiva, que siempre será menor al interés que la aseguradora le ha comunicado. Por otro lado, con unos intereses técnicos bajos —por ejemplo del 1%—, apenas queda recorrido para absorber los gastos, por lo que es muy probable que se den rentabilidades negativas finales y no se consiga el objetivo de trasladar dinero actual al futuro manteniendo poder adquisitivo.

“La alternativa no es otra que ir asumiendo dos situaciones necesarias", dice Lluch. El experto propone que el ahorrador confíe solo en especialistas o será víctima fácil. "Asimismo debe evitar a toda costa cualquier gasto superfluo que esté soportando sin saberlo —publicidad, "regalos" de captación y coberturas tontas que generan grandes beneficios para el asegurador pero que lastran la rentabilidad—", añade. Por otro lado, el profesional del asesoramiento no puede retribuirse vía comisiones opacas, sino a través de honorarios a cambio del diseño del programa de previsión/ahorro que no afecte la rentabilidad del mismo. 

¿Sería posible que los bancos nos pagaran por las hipotecas?

Ya hemos visto como algunos clientes han recibido pagos en sus cuentas por tener una deuda en francos suizos con el banco. Hay que decir, sin embargo, que ahora deben más dinero a la entidad que cuando contrataron la hipoteca —en su equivalente en euros—, con lo que en realidad no han ganado con la arriesgada decisión de contratar el préstamo hipotecario en otra divisa.

¿Puede pasar lo mismo con los préstamos hipotecarios en euros? Francisco Rosales de Salamanca Rodríguez, notario y experto independiente de iAhorro.com, contesta que, desde un punto de vista jurídico, es "discutible" que un banco pague al cliente si el referencial más el diferencial arroja un interés negativo. "Hacer que el banco pague interés sería desnaturalizar el contrato", continua. "Al igual que no hay límites en el contrato de compraventa en cuanto a la libertad de fijar el precio, un precio de cero hace que la compraventa sea una donación", ejemplifica, y añade que "tampoco hay límites en el interés del préstamo, pero si dicho interés fuera negativo, no estaríamos ante un préstamo sino ante un depósito retribuido. Estamos hablando de un tema de rabiosa actualidad y no puedo anticipar lo que dirá el Tribunal Supremo”.

Los tipos de interés reales negativos son habituales en determinados productos financieros en España

Para Fernando Zunzunegui, profesor de Derecho del Mercado Financiero en la Universidad Carlos III de Madrid, sí es posible que un banco pague a sus clientes: “El cálculo del interés variable con un diferencial sobre el Euríbor puede determinar y está determinando que el banco tenga que pagar una suma al cliente”.

El diferencial más bajo de la historia que se haya publicitado fue un 0,17%, en la Hipoteca Rompedora de Deutsche Bank en 2009. Si el Euríbor a un año cotizara por debajo del -0,17% —algo que de momento no parece probable—, a estos hipotecados les correspondería cobrar de Deutsche Bank. Si el Euríbor más el diferencial diera un tipo de interés negativo, para Zunzunegui la entidad prestamista no podría negarse a pagar al cliente: “Sería un incumplimiento del contrato [si no lo hiciera]. En caso de intereses negativos, el banco debe asumir el riesgo de bajadas de los tipos de interés de acuerdo con el diferencial pactado". El abogado explica que un contrato a interés variable es un producto complejo que comprende un préstamo y una cláusula de fijación de intereses a través de un diferencial. "No es lícito amputar del contrato la fórmula diferencial cuando la evolución del mercado determina la obligación de pagar intereses negativos a los clientes, como pretende el Banco de España para justificar que las entidades no tengan que pagarlos”, zanja.

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