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Tribuna
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Incitación al crimen

Entre los años 2008 y 2011 el diferencial de precios de vivienda entre barrios ricos y pobres de Madrid pasó del doble en 2006 a cuatro veces en 2013

Últimamente se percibe una auténtica ansiedad en la prensa, tanto general como económica, y en no pocos analistas del sector, por la recuperación no tanto del sector de la construcción como de los precios de vivienda, entrelazando ambos en un relato confuso ("no hay nueva construcción sin incrementos de precios") y con las esperanzas de recuperación (macro) económica, hasta el punto que la más mínima subida de precios o es celebrada con euforia como el inicio de un "nuevo ciclo."

Y así estamos. Mercaderes, banqueros, promotores, especialistas del sector (y el banco malo), guardianes de las ruinas del boom, se han conjurado para sacar de entre los cascotes algunas cenizas que permitan resucitar el ave fénix del sector, percibiendo síntomas, demandando "políticas", recurriendo a los buitres, recreando el consumidor y hasta reclamando el derecho a endeudarnos (sic).

Y en esta forzada ansiedad los medios están jugando un notable papel. Un artículo publicado en 2013 en el Social Europe Journal sobre la burbuja irlandesa, tan cercana en muchos aspectos a la nuestra, analizaba el impacto que los medios habían tenido en el apuntalamiento de la burbuja inmobiliaria sosteniendo que "los medios irlandeses fueron casi sin excepción animadores (cheerleaders) del boom del mercado inmobiliario, amortiguando su entusiasmo solo después de que los precios comenzaran a declinar a finales de 2007 y 2008.". No fue diferente en nuestro país y cabe preguntarse si esta euforia forzada en la actualidad ante el menor indicio no resulta una irresponsable añoranza, similar a la que reflejaba una viñeta de El Roto en la que un desolado ciudadano acodado en la barra de un bar clamaba:"¡que me devuelvan la burbuja!"

Así que en este clima, los datos, siempre tan agregados para que entendamos lo justo, son utilizados solo para animarnos de los efectos "positivos" de esta recuperación. No cabe duda de que una cierta recuperación del sector de la construcción/obras públicas tras el hundimiento, podría tener efectos beneficiosos, pero ¿por qué la euforia se traslada al incremento de los precios de vivienda? ¿Por qué uno de los factores más desestabilizadores de la reciente burbuja (y de efectos de mayor injusticia y creación de desigualdad) se celebra como un buen indicador al margen incluso de la producción del sector (que incluye obras púbicas, nueva construcción rehabilitación, etcétera)?

Veamos. Podríamos celebrar una recuperación de la rehabilitación de viviendas (y otros activos inmobiliarios como factorías) , pero no, prensa y especialistas al alimón nos hacen dirigir los ojos de nuevo hacia los precios, a mirar su permanente incremento como el indicador clave de la recuperación del sector y de nuestra maltrecha economía.

¿Qué diferencia este nuestro "sector de preferencia" que en vez de alegrarnos por los datos de producción y empleo nos alegrarnos (¿) de que suban los precios? Nadie consideraría una buena señal (salvo en situaciones de deflación) que los precios de las mercancías subieran, sino todo lo contrario.

Pero, volviendo a la idea inicial, la forma en que se nos ofrecen los datos apenas proporciona pistas de lo que está ocurriendo. Junto a la significativa ausencia de atención a la rehabilitación (con escasa incidencia en los precios de vivienda en términos agregados) no se presta apenas atención a cuáles son las viviendas que incrementan los precios, qué mercados empiezan a sufrir de nuevo la inflación de activos y cuales se encuentran sumidos en una profunda desvalorización. Lo "signos de recuperación (de precios) parecen ignorar la contraparte de los desahucios, las hipotecas underwater, o, ya que hablamos de precios el hecho de que, entre los años 2008 y 2011 la mediana del valor de la vivienda principal para el decil superior de renta se ha incrementado en más de dos veces, mientras que la de los dos deciles inferiores se había reducid en un tercio o que el diferencial de precios de vivienda entre barrios "ricos" y "pobres" de Madrid pasó del doble en el año 2006 a cuatro veces en el año 2013.

¿No deberíamos preocuparnos de otras cosas: de los que han perdido sus viviendas, de los que tienen hipotecas que superan el valor de sus casas, de los jóvenes que no encuentran una solución para crear sus propios hogares...?

El incremento constante y veces desorbitado de los precios de vivienda no solo ha estado en el origen (y ha sido causa) del desorbitado endeudamiento de las familias, sino que está en la base de los profundos desajustes de nuestra economía.

Así que ¡dejemos de celebrar el crimen!

Francisco López Groh es urbanista y miembro del Club de Debates Urbanos.

Julien Mercille . The Role Of The Media In Propping Up Ireland's Housing Bubble. SE Journal 2013

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