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La socimi URO ultima su descafeinado estreno en Bolsa

La sociedad inmobiliaria que controla 1.150 oficinas del Santander cotizará en el MAB Solo colocará en el mercado acciones por valor de menos de dos millones de euros

Cristina Delgado

La sociedad cotizada de inversión inmobiliaria (socimi) URO Property se estrenará en el mercado alternativo bursátil (MAB) en los próximos días. La firma tiene solo un activo: 1.150 locales ocupados por oficinas del Santander, pero le otorgan uno de los paquetes de activos más elevados del sector, que se eleva a cerca de 2.000 millones de euros. Sin embargo, su salida a cotización será descafeinada: nadie tocará la campaña cuando se estrene en el parqué y solo colocará acciones por valor de cerca de dos millones de euros, menos del 2% de su valor total. La compañía, actualmente controlada por la banca tras la reestructuración de su deuda, se desmarca de sus anteriores gestores, entre ellos, Oleguer Pujol, actualmente imputado por fraude.

Con su salida a Bolsa, explica la empresa, no pretende conseguir capital, sino consolidar su funcionamiento como socimi, un tipo de sociedad nacida para funcionar en Bolsa y a cambio dispone de ciertas ventajas fiscales. La compañía ya ha entregado sus papeles para comenzar a funcionar en el MAB, y está pendiente de las autorizaciones definitivas, que espera que lleguen como máximo la próxima semana.

La banca controla más de la mitad de las acciones de la socimi, tras convertir parte de su deuda en participaciones

El principal atractivo de esta socimi son los ingresos fijos que recibe, ya que las oficinas bancarias que posee le generan unas rentas por el alquiler de cerca de 125 millones de euros al año. El Santander vendió los locales con un contrato de alquiler a largo plazo, en general, a 25 años.

La socimi, sin embargo, arrastra un importante lastre: su deuda se eleva a cerca de 1.400 millones de euros. Es herencia de su nacimiento. URO está ahora controlada por la banca, que posee más del 55% de sus títulos (el Santander tiene el 24%, CaixaBank casi el 15% y BNP Paribas el 8,81%. Las entidades convirtieron la deuda en participación cuando la compañía culminó su reestructuración el año pasado tras sus problemas económicos.

La empresa saldrá al MAB, pero con muy poca liquidez. Dos millones de euros en acciones, que suponen menos del 2% de su capital, será lo que fluctúe en el mercado. En total, tendrá un valor de mercado de 260 millones. El objetivo en los próximos 12 meses no es ampliar capital ni comprar otros activos para diversificar su cartera. La actual cúpula está centrada en lograr una reestructuración de sus 1.400 millones de euros, para reducir los intereses que paga.

Fuentes de la empresa también señalan que hay un inversor que se ha interesado por comprar parte de su cartera de oficinas. Señalan que se trata de cerca del 15% de los activos, las 1.1550 oficinas bancarias, que suponen cerca del 30% de toda la red de sucursales del Santander.

A medio largo plazo, una vez terminen de enderezar la situación de la compañía, el objetivo quizá si pase por salir de compras y, para ello, la empresa no descarta buscar más inversores, y dado su tamaño, incluso dar el salto al mercado continuo.

La sombra de Oleguer Pujol

La compañía asegura que se ha reestructurado por completo y que Deloitte certificó que el origen de sus fondos es lícito

Sus antiguos dueños, Atisha Holding, tienen hoy solo el 21% de las acciones. La empresa ha estado rodeada de polémica, ya que bajo su anterior nombre, Samos, está directamente vinculada a los negocios de Oleguer Pujol, el hijo de Jordi Pujol, actualmente imputado por delito fiscal y blanqueo de capitales. Fuentes de la compañía, sin embargo, señalan que Pujol fue uno de los antiguos gestores, pero no propietario de importancia, ya que su inversión no superaba los 68.000 euros.

Oleguer Pujol estuvo en la compañía en el momento de la compra de las oficinas del Santander, que se adquirieron en 2007 mediante un crédito de más de 2.000 millones. Los activos comprados, tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, sufrieron una depreciación, y debido al enorme apalancamiento en la compra, la compañía se vio ahogada por las deudas. Hasta que la banca tomó el control y convirtió parte de la deuda en acciones.

En la empresa añaden que, tras la reestructuración el año pasado, ninguno de los anteriores gestores (tampoco Oleguer Pujol) está en URO, que ha cambiado todo su consejo y su cúpula directiva. Su presidente es ahora Carlos Martínez Campos, expresidente de Barclays España. El consejero delegado, que comenzó a ejercer en enero, es el británico Simon Blaxland.

La compra de las oficinas y el crédito concedido para la operación de 2007 están siendo investigados por Anticorrupción, en el marco de la imputación de Oleguer Pujol. Fuentes de la empresa, sin embargo, señalan que no se ha provisionado nada por estos hechos, ya que consideran que no afecta al negocio actual. Deloitte realizó un informe en el que confirmaba que Pujol no mantenía actualmente ninguna participación en la firma y que no hay orígenes irregulares en el capital de la socimi.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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