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Ryanair cambia los aeropuertos secundarios por las grandes capitales

La aerolínea quiere crecer en ciudades grandes con demanda de pasajeros de negocios Ampliará su presencia en Madrid y Barcelona mientras retira aviones de Reus y Girona

La aerolinea Ryanair en el Aeropuerto de El Prat, Barcelona
La aerolinea Ryanair en el Aeropuerto de El Prat, Barcelonajoan sánchez

"No es un cambio de estrategia, es una evolución natural". Así explica Kenny Jacobs, director de marketing de la aerolínea Ryanair, el cambio de rumbo que la compañía de bajo coste ha dado en el último año. Ryanair ya no es lo que era, al menos en buena medida. Para empezar, ha decidido dejar atrás uno de sus signos de identidad, y reduce su apuesta por aeropuertos secundarios frente a las grandes ciudades. Se va a centrar en crecer más en las instalaciones de las capitales importantes de Europa, de manera que en cinco años, concentren la mitad de su actividad.

Ahora transporta unos 90 millones de pasajeros al año, y aspira a superar los 160 millones en 2014

La aerolínea va a recibir 380 aviones en los próximos 10 años, y los irá destinando a sus bases. El consejero delegado de la compañía, Michael O'Leary, afirma que este año han recibido cinco aeronaves y que en 2016 espera tener 40 más. Ahora transporta unos 90 millones de pasajeros al año, y aspira a superar los 160 millones en 2014. La compañía, que se hizo famosa en España la pasada década por extender agresivamente el concepto low cost, tiene previsto ampliar su presencia en Madrid (con 10 nuevas rutas) y Barcelona (una ruta nueva y más frecuencias para las ya existentes). "No pensamos dejar de estar en otros aeropuertos como el de Santander, pero en Madrid y Barcelona las tasas están congeladas y la demanda crece, así que es un buen momento para ampliar nuestra presencia", señala Jacobs.

La estrategia de Ryanair es muy clara en el caso de Cataluña. La aerolínea centró su crecimiento en la comunidad la década pasada en el aeropuerto de Girona, donde aterrizó en 2002. La infraestructura partía de unos 600.000 pasajeros anuales y en 2008 llegó a tener más de 5,5 millones gracias a Ryanair. Sin embargo, la compañía ha ido centrándose en El Prat, donde este año prevé transportar un millón de pasajeros más, mientras que Girona seguirá perdiendo unos 200.000 y Reus otros 100.000.

La irlandesa espera tener este año un millón de pasajeros más en Barcelona mientras en Girona pierde 100.000 viajeros

Michael O'Leary, que esta mañana ha viajado a Barcelona, ha atribuido ese descenso a la "falta de aviones en la flota" y aseguró que cuando se incremente la flota destinará más aviones a su base de Girona. En todo caso, no se prevé un aumento de más de 500.000 pasajeros, por lo que el aeródromo estará muy lejos de su capacidad máxima. "Cuando llegamos a Barcelona todo el mundo pensaba que cerraríamos en Reus o Girona, pero seguimos comprometidos con esos aeropuertos y vamos a crecer", dice el consejero delegado de la compañía.

En su estrategia de reformas emprendida el año pasado, esta aerolínea irlandesa lanzó tarifas para pasajeros de negocios, un segmento en el que aseguran estar teniendo mucho éxito. Estos pasajeros, justifica Jacobs, demandan rutas a aeropuertos principales. También los viajeros de fin de semana, que buscan escapadas dentro de Europa.

¿Tiene algo que ver en la nueva estrategia con que los Gobiernos regionales hayan recortado drásticamente las ayudas que les daban en los pequeños aeropuertos? "No, nada", asegura Jacobs. "Es algo que ya hemos hecho en otros países. En Bruselas, por ejemplo, tradicionalmente volábamos al aeropuerto de Charleroi [a unos 55 kilómetros del centro] y ahora también operamos en Zaventem, el aeropuerto internacional de la ciudad", explica. Igual, recuerda, hacen ahora en Glasgow.

Antes muchos grandes aeropuertos no querían a las 'low cost'. Ahora los aeropuertos nos llaman para que vayamos Kenny Jacobs, director de Marketing de Ryanair

Hay otro motivo que, según el directivo de marketing, explica su mayor presencia en grandes ciudades: ahora les quieren allí. "Ahora los aeropuertos nos llaman para que vayamos. Las antiguas aerolíneas de bandera han reducido su actividad, especialmente en vuelos de corto radio, y las ciudades quieren conexiones. Antes muchas no querían a las compañías de bajo coste. Eso ha cambiado. Por eso estamos en Lisboa o Atenas", explica.

Sin embargo, de momento entre los planes de Ryanair para potenciar su presencia en Madrid y Barcelona no está la de unirlas mediante una suerte de puente aéreo. O'Leary apunta que se trata de un "recorrido muy corto" y ha vuelto a recordar la falta de aviones para cubrir ese trayecto. "Hay pocas probabilidades de que eso suceda", ha aventurado. La necesidad de recibir más aeronaves, según el consejero delegado, también explica que aún no estén en condiciones de estudiar la oferta de vuelos intercontinentales.

Estrategia de cambio de imagen

Ryanair no solo está cambiando sus ubicaciones. También ha renunciado a algunas de las prácticas más enervantes para los clientes: ya no exigen viajar solo con un bulto, sino que permiten llevar maleta de mano y un bolso o maletín aparte. "Ese cambio no nos ha costado dinero, y los pasajeros lo han agradecido mucho, sobre todo las mujeres", reconoce Jacobs.

"En el pasado fuimos un poco agresivos a veces", admite el ejecutivo de marketing. La empresa lograba una enorme presencia en los medios de comunicación con las declaraciones y ocurrencias de Michael O'Leary. En España, el ejecutivo irlandés apareció ante los periodistas vestido de torero, lanzó una campaña publicitaria con la imagen de la Reina Sofía y usaba sus comparecencias para lanzar pullas contra el Ministerio de Fomento. Ahora, sin embargo, han suavizado sus modos.

"Nos dimos cuenta de que en rutas donde había otras compañías, ante precios similares, algunos viajeros elegían la otra compañía porque tenían servicios que nosotros no. Ahora nosotros seguimos teniendo los precios más bajos, pero ofrecemos lo mismo, así que los clientes eligen a Ryanair", valora el responsable de markenting de la compañía. Los resultados económicos del tercer trimestre mostraron un cambio importante: mientras en el tercer trimestre del ejercicio anterior registró 35 millones de pérdidas y este año ha ganado 49 millones.

AENA no interesa a Ryanair

Ryanair no va a entrar de momento en el capital de AENA, el gestor aeroportuario español que está a punto de salir a Bolsa. Meses atrás se especuló con la posibilidad de que fuera uno de los accionistas destacados, sin embargo, finalmente no les ha gustado la estrategia. El objetivo de la empresa, señala el director de marketing de Ryanair, Kenny Jacobs, es el económico, y no incrementar el tráfico aeroportuario y traer más visitantes a España, como le gustaría a la aerolínea.

El consejero delegado de la compañía, Michael O'Leary, se muestra disconforme con la operación. "Estamos decepcionados. Se ha realizado como hizo primero BAA, y esta tuvo que dar marcha atrás para que los aeropuertos pudieran competir entre ellos", señala. O'Leary sostiene que el Gobierno central debería haber "privatizado por separado" los aeropuertos, lo que le "habría aportado más fondos".

Aun así, Jacobs dice que espera que el proceso de privatización sea positivo. "Ahora nos mostramos cautelosos a ver lo que pasa. Mantenemos una postura de prudencia", asegura. "No obstante seguimos apostando por España que es un magnífico mercado en crecimiento en el que seguiremos invirtiendo", confirma el directivo.

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