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La depreciación del euro se alarga tras la victoria de Syriza en Grecia

La divisa europea pierde otro 0,4% frente al dólar en el arranque de los mercados

Alejandro Bolaños
Bolsa de Fráncfort.
Bolsa de Fráncfort.BORIS ROESSLER (EFE)

El primer indicio de como reciben los mercados la contundente victoria de Syriza en las elecciones griegas lo dio la cotización del euro, en paralelo al escrutinio que acercaba al partido de izquierdas a la mayoría absoluta. Los primeros movimientos se produjeron en los mercados neozelandeses y australianos, y los inversores prolongaron la tendencia de las últimas semanas: el euro perdió otro 0,4% frente al dólar, para rondar los 1,115 dólares, frente a los 1,12 dólares que marcó al cierre de los mercados americanos el pasado viernes. Es la tendencia de los últimos meses (se ha dejado más de un 18% frente al dólar en diez meses), extremada desde que el jueves pasado el BCE diera luz verde a un masivo programa de compra de bonos.

La victoria de Syriza había sido anticipada por los sondeos en las últimas semanas, con lo que buena parte de la reacción de los inversores -recelosos de sus mensajes sobre la necesidad de otra reestructuración de deuda- ya está descontada. Las mayores tensiones se produjeron en el paso de 2014 a 2015, cuando el bono griego escaló de nuevo al 10% de interés, por la incertidumbre sobre la convocatoria de elecciones griegas. Una vez que los comicios fueron anunciados y el Eurogrupo optó por dar una prórroga tácita al segundo programa de rescate, la presión sobre los valores bursátiles y los títulos de deuda aflojó algo.

Lo que ha supuesto un claro balón de oxígeno a los principales referentes financieros de la economía griega fue el anuncio, hecho el pasado jueves, por el Banco Central Europeo de una compra masiva de deuda para reactivar la economía. El BCE evitó excluir de este programa de compra a los títulos griegos y chipriota, con una calificación de riesgo demasiado deteriorada para cumplir los requisitos.

El supervisor del euro adquirirá esos títulos siempre que sean de países dentro de un programa de rescate y que cumplan las condiciones estipuladas en ellos. Pero además incluyó una cláusula claramente destinada a facilitar la negociación con Grecia: como mucho adquirirá hasta un 33% de los bonos en circulación de un país, un tope que en el caso griego se sobrepasa en este momento por intervenciones anteriores. Mario Draghi, presidente del BCE, estimó que hasta julio, no se podría reiniciar la compra de títulos griegos.

El líder de Syriza, Alexis Tsipras, interpretó que eso supone facilitar un plazo de seis meses a la negociación con la UE. El segundo programa de ayuda a Grecia acaba este 28 de febrero, y estaban en discusión nuevos ajustes que Tsipras no está dispuesto a aceptar. Todo apunta a que la UE prorrogará unos meses el programa para dar tiempo a la negociación de un tercer paquete de ayudas. Así lo interpretó también el mercado: la Bolsa griega se revalorizó más del 7% hasta el cierre del viernes y el interés del bono griego bajó al 8,4%.

La negociación, en todo caso, no será fácil. El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que se opuso a la decisión del BCE, advirtió este domingo, pocas horas antes de que comenzara el escrutinio en Grecia, que el país heleno "no puede prescindir del apoyo de un programa de ayuda, y un programa de este tipo sólo puede darse cuando se cumplen los acuerdos".

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