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Ahorra comiendo de temporada

Cuidar el presupuesto para alimentos ayuda a controlar nuestros gastos totales

Un huerto urbano en Jaén.
Un huerto urbano en Jaén.JOSÉ M. PEDROSA

Amoldar el consumo alimenticio a cada época del año. Esa es la base en la que es posible apoyarse para conseguir ahorrar a final de mes. La alimentación es una de las partidas que mayor volumen de gasto tiene en el presupuesto familiar, el año pasado y según el Instituto Nacional de Estadística (INE) se le dedicó el 15,1% de dicho presupuesto, en el que la carne, pan, cereales, lácteos, huevos y pescado tuvieron mayor presencia.

Si nos fijamos en el último dato oficial del Índice de Precios de Consumo relativo a octubre–a la espera de los datos extendidos de noviembre-, destaca que el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas es el grupo con mayor influencia y cuya tasa ha aumentado más de un punto, teniendo una variación mensual del 0,5%. De esta publicación también es importante saber que las parcelas con mayor repercusión positiva en esta tasa mensual del IPC han sido dentro de la alimentación las legumbres, hortalizas y frutas frescas.

¿Cómo ahorrar en la lista de la compra?

Ante un volumen de gasto anual en alimentación como es el de 4.098 euros, cada céntimo que pueda ser ahorrado es importante. Por ello, una de las claves puede estar en los alimentos de temporada.

Escoger los productos frescos que estén en su momento del año en el que más y mejor se producen hace que el precio sea más ajustado. Las frutas, verduras y hortalizas son las protagonistas del ahorro por temporadas. Consumir un producto de temporada repercute directamente en el bolsillo, también en el sabor y en consecuencia en la salud.

Tiene consecuencias económicas positivas para el consumidor porque al ser productos en temporada hay una mayor producción y por lo tanto una mayor cantidad, lo que produce una disminución de costes y finalmente provoca que haya una disminución en el precio. Se consiguen precios más competitivos para los consumidores finales. Consumir alimentos fuera de temporada hace que los procesos de producción y distribución tengan elevados costes y eso se vea reflejado en el precio final.

Tiene consecuencias en el sabor porque los alimentos que son de temporada no necesitan ser producidos lejos del punto de venta y por lo tanto no son recolectados antes de que lleguen a su punto de maduración óptimo para aguantar un largo transporte. Esto provoca que el alimento mantenga sus propiedades nutricionales y su sabor sea el propio de dicho producto.

Finalmente, las consecuencias en la salud vienen de comer productos que sean de calidad y con sus valores nutricionales intactos gracias a su recolección en el momento adecuado.

Además, comprar alimentos en temporada hace que la economía regional se vea reforzada ya que los agricultores logran distribuir todo aquello que han generado. Se apoya la economía nacional ya que los productos suelen ser del país y no se necesita que sean importados de lejanos países.

Tu propia huerta

Si se tiene la posibilidad, quizá es una buena opción tener una huerta propia, en la que se controle desde el principio todo el proceso y pode producir aquellos alimentos que más nos gusten, fijándonos muy bien en cuáles son los productos que mejor saldrán en cada momento del año.

Consumir productos fuera de temporada y fuera de su ciclo natural, incrementa el presupuesto y afecta a las cualidades del propio producto. Por lo que a la hora de hacer la compra y conseguir ahorrar, conviene fijarse en qué alimentos son los que están de temporada en ese momento del año.

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