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La deflación y nuestros ahorros

El IPC bajó un 0,1% en octubre. ¿Qué significa eso para nuestras finanzas familiares?

El que los precios bajen no siempre es buena noticia.
El que los precios bajen no siempre es buena noticia.Jaime Villanueva

“La inflación anual estimada del IPC en octubre de 2014 es del -0,1%”. Así comienza la nota de prensa publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con la información del Índice de Precios al Consumo relativa a octubre. Esto significa que los precios retroceden de nuevo, ya que es el cuarto mes consecutivo que lo hacen, aunque este mes con una caída más moderada que el anterior (en septiembre la caída fue del 0,2%). Esta caída moderada viene motivada por el aumento de los precios en alimentación y bebidas no alcohólicas, según indican desde el INE.

El IPC (Índice de Precios al Consumo) es una medida estadística que recoge la evolución de los precios de bienes y servicios que se consumen en España tomando como referencia una cesta de productos y servicios más habituales en la economía familiar. Consiste en un indicador que refleja el comportamiento de los precios de aquello que se consume y está muy en relación con el salario que cada ciudadano percibe. Es un indicador importante de cara a conocer si existe inflación (subida generalizada de los precios) o deflación (bajada prolongada de los mismos) en el país.

¿Cómo nos afecta?

Como se ha mencionado anteriormente, se trata de un índice que está estrechamente relacionado con los salarios que los ciudadanos reciben. Cuando se da una situación de inflación y los salarios no han subido, el poder adquisitivo de los ciudadanos disminuye. Por ello, el IPC se utiliza como base a la hora de reestablecer los convenios laborales a principios de año. Por lo tanto, si la subida de salarios es menor que la subida de los precios de consumo, se pierde poder adquisitivo,

En el caso de darse una situación como la actual, en la que los precios caen sucesivamente (aunque los expertos no crean que se trate de una situación de riesgo), la actividad económica del país se verá verdaderamente afectada, los niveles de producción se reducirían y el crecimiento de la renta disponible de las familias se vería limitada.

¿Y nuestras inversiones?

Otra de las grandes preguntas es si las variaciones en el IPC afectan a los ahorradores que tienen su dinero invertido en algún tipo de producto. El IPC tiene un efecto sobre el dinero, ya que el valor del mismo puede variar en función del IPC, de ahí la importancia de no dejar el dinero estancado, y mover los ahorros en inversiones que hagan que el dinero se revalorice.

La caída del IPC y por tanto una situación de posible deflación supone una situación “beneficiosa” para los ahorradores ya que el dinero del valor es mayor (al ser los precios más bajos). Un periodo deflacionista prolongado es interesante para un perfil de ahorrador conservador y no tanto para quienes asumen un mayor riesgo a la hora de invertir. Cualquier ahorrador que tiene su dinero en algún producto de ahorro debe tener en cuenta el aumento o descenso del IPC para conocer la rentabilidad real del producto.

Ante una sucesión de meses en los que el IPC sigue bajando, los expertos reclaman que se pongan en marcha medidas que hagan que la demanda de productos y servicios se estimule, ya que se está dando una situación en la que el consumo de las familias se está debilitando. Todo ello implica que el riesgo de una deflación prolongada sea aún mayor. Y si hay algo que hace que el riesgo de deflación sea mayor es que siga aumentando el paro y que los salarios no aumenten.

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