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El Santander gana un 32% más tras bajar provisiones

Javier Marín, consejero delegado, elude aclarar el futuro de Rodrigo Rato en el banco

Íñigo de Barrón
Ana Botín, presidenta del Banco Santander
Ana Botín, presidenta del Banco Santander

Hace unos años las provisiones para cubrir los agujeros de la crisis golpearon la cuenta de resultados del Santander. Ahora, con los primeros síntomas de recuperación, el banco ha necesitado 1.000 millones menos de provisiones, lo que ha sido clave para que la entidad logre 4.361 millones hasta septiembre, un 32% más que en el mismo periodo de 2013.

El grupo ha reducido provisiones en Brasil, Reino Unido, España, Portugal y Chile. La tasa de morosidad del grupo desciende por tercer trimestre consecutivo y, en España, las entradas de mora de empresas bajan por primera vez desde el inicio de la crisis.

Además, el Santander ha aprovechado las plusvalías obtenidas por la venta de algunos negocios (1.335 millones en total), para cubrir parte de las provisiones, que suman 9.610 millones hasta septiembre. La dependencia que tiene la cuenta de resultados sobre las provisiones se refleja en el hecho de que el beneficio antes de las dotaciones cae un 0,3%.

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El resultado del Santander se ha apoyado en la mejoría del negocio en Reino Unido, que gana un 49,6% más; la división de Santander Consumer, con la que logra 626 millones, un 7% más, y España, donde obtiene unos 600 millones tras descontar las pérdidas de la unidad inmobiliaria. El resto de divisiones, sobre todo en Brasil, México y Estados Unidos, decaen los beneficios.

Javier Marín, consejero delegado, admitió, durante la presentación de resultados, que el ejercicio no está siendo fácil por los bajos tipos de interés y la ralentización de las de la mayor parte de las economías donde trabaja la entidad. Esto les ha llevado a ganar rentabilidad gracias a los menores costes y a buscar un modelo de negocio con menor riesgo, como sucede en Brasil. Donde más ha recortado gastos el Santander ha sido en España, donde el banco ha prescindido de 3.000 empleados y 900 oficinas tras la fusión de Banesto.

Marín afirmó que las claves de la fortaleza del grupo (y de los buenos resultados obtenidos en las pruebas de solvencia del BCE) se deben a que están centrados en la banca comercial y a la diversificación geográfica. No obstante, ahora se enfrentan a un escenario de ralentización de las economías emergentes, así como a una atonía en los países desarrollados. Preguntado por si le preocupaba esta pinza, Marín aseguró que “no” porque creía en la recuperación de los principales países donde tienen filiales, "como México, Chile, Reino Unido y Estados Unidos". Admitió que Brasil “seguirá flojo este año y el 2015”, aunque alabó las medidas tomadas por el nuevo Gobierno. Respecto al crédito, que en España cayó un 5,1%, afirmó que se recuperará para el final de año y cerrará sin descensos. No obstante, apuntó que “ahora es el momento en el que tenemos más líneas de crédito disponibles para las empresas, pero no usan. No es un problema de oferta, sino de demanda”.

Al margen de los números, el consejero delegado soportó cinco preguntas sobre el futuro de Rodrigo Rato, miembro del consejo internacional del Santander, e imputado por el caso Bankia y por el uso de las tarjetas black de Caja Madrid. Marín fue preguntado sobre si no creía que para que los bancos recuperen la confianza de la sociedad, como señaló en un artículo Ana Botín, presidenta del Santander, debían prescindir de los consejeros imputados.

En todos los casos, Marín se remitió a anteriores respuestas de la entidad sobre Rato. En ellas se dijo que se contrató a Rato porque era una persona de valía para el grupo por su experiencia. Marín evitó mencionar su nombre y no realizó ningún comentario más.

Otro de los temas recurrentes de la rueda de prensa fue la corrupción. Marín aseguró que estos casos “son algo despreciable”, una “lacra”, que “hay que extirpar con rapidez y contundencia las manzanas podridas”, y alabó el papel de la policía y los jueces.

Preguntado por el auge de Podemos en las encuestas, que le presentan como el partido más votado, dijo: “Aquí venimos a hablar de economía, no de política”. A continuación, apostilló: “Las encuestas, son solo eso, encuestas”. No obstante, admitió que se reunirían con representantes de Podemos, “como con los de cualquier otro partido”. Marín concluyó que lo que la economía española necesita es estabilidad y más reformas para frenar el paro.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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