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¿Necesita ésto mi coche nuevo?

Los vehículos de hoy en día tienen accesorios que pueden ser perfectamente prescindibles

Thiago Ferrer Morini
Un concesionario en Barcelona.
Un concesionario en Barcelona.GIANLUCA BATTISTA

Entre 2006 y 2012, el gasto medio de los españoles a la hora de comprar un coche nuevo cayó un 61,7%, según el Instituto Nacional de Estadística. Esto no solo revela que los españoles compran menos automóviles: también que los que se compran son más baratos y con menos extras. Solo en 2012, el precio medio de los coches comprados en España (sin contar descuentos) cayó un 5,7%, según la consultora TNS.

Esto es porque la crisis ha llevado a los compradores a mirar con lupa qué es necesario y qué no a la hora de hacerse con un coche nuevo. Obviamente, y gracias a la política de descuentos de las diferentes compañías, es posible hacerse con un coche mejor equipado por menos de lo que cuesta otro más sencillo, pero aun así es buena idea tener en cuenta ciertos factores durante nuestra visita al concesionario.

Atención con las garantías. La mayor parte de los fabricantes ofrece, por una cuantía, una garantía adicional a la ya existente de fábrica. Si estamos interesados, es imprescindible mirar con detalle las condiciones propuestas: no solo cabe la posibilidad de que la cantidad a pagar supere por mucho los gastos de mantenimiento e incluso los arreglos más usuales, sino que también puede que el comprador, si no quiere perder la garantía por la que ha pagado, tenga la obligación de revisar y reparar su vehículo exclusivamente en los talleres oficiales, una práctica que sigue vigente por mucho que la Comisión Europea insista. Además, debemos pensar en cuánto creemos que nos tiene que durar nuestro vehículo: si generalmente cambiamos de coche cada cuatro años, ¿de qué sirve contratar la garantía por cinco?

Cuatro ruedas consumen más que dos. Según el Departamento de Energía de Estados Unidos, los vehículos con tracción a las cuatro ruedas —sea ésta fija o variable— "hacen que el motor tenga que trabajar más y aumentan las pérdidas de potencia por la caja de cambios y el diferencial". Además de complicar la transmisión, son más pesados y, en consecuencia, gastan más. La Asociación del Automóvil británica afirma que un mismo modelo con tracción a las cuatro ruedas consume un 4% más de combustible.

Tráete el entretenimiento de casa. Muchos automóviles ofrecen de forma integrada un navegador por satélite y pantallas de DVD en los asientos traseros. La cuestión es: si ya tenemos un móvil o una tableta que hacen esas mismas funciones, ¿no es más sencillo (y más barato) prescindir de esos añadidos a cambio de un cargador —o dos— incorporado para el teléfono y mejor conectividad Bluetooth o USB?

Las llantas grandes pesan más en el bolsillo. Muchos compradores consideran que un coche con llantas mayores tiene un aspecto más deportivo. Pero las ruedas más grandes necesitan de neumáticos más grandes —y pesados— lo que puede incluso anular el efecto de aligerar el vehículo que puedan tener las llantas de aleación. Aunque, al final, las consecuencias en la factura de carburante sean relativamente pequeñas, las ruedas más anchas también aumentan la posibilidad de aquapláning.

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