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Las grandes fortunas se aíslan

Bermudas, Bahamas y Antigua disparan el apetito inmobiliario de los más ricos

Sandra López Letón
El cayo de la Cueva, una isla privada en las Bahamas.
El cayo de la Cueva, una isla privada en las Bahamas.

El apetito inversor de las grandes fortunas ha desembarcado en el sector inmobiliario de las islas. Bermudas, Bahamas, las del Canal, las Fiji o las Caimán son algunas de las más codiciadas por los patrimonios más prósperos del mundo, que buscan tanto islas privadas para disfrute propio —consideradas activos trofeo—, como terceras o cuartas residencias, y oportunidades de negocio.

"En este mercado alternativo existen tres tipos de compradores: los promotores que quieren crear complejos de lujo, ecologistas ricos que trabajan codo con codo con los gobiernos para preservar paraísos de fauna salvaje, y personas con alto poder adquisitivo que consideran que los paraísos urbanos han pasado a ser demasiado convencionales y han perdido su glamour", afirma Salman Madhi, de Deutsche Asset & Wealth Management.

"Si en los últimos diez años las inversiones se han centrado en el mercado inmobiliario de primer nivel de las grandes urbes, en la próxima década se verá un creciente afán por el estilo de vida insular", considera Yolande Barnes, consejera de Savills World Research. La singularidad y las conexiones de transporte con los mercados continentales impulsan esta nueva demanda, pero sobre todo el crecimiento de grandes fortunas. Se prevé que aumenten un 22% en 2018, lo que potenciará el interés por estas propiedades alternativas. La demanda vendrá especialmente desde Asia.

Las Bermudas, donde el precio por una vivienda típica de cuatro habitaciones supera los cuatro millones de dólares (3,1 millones de euros), es la región atlántica que concentra el mayor volumen de propiedades en manos de multimillonarios fuera del territorio estadounidense. Ocupa el primer puesto en la lista de las 20 primeras islas del mundo para los inversores de grandes patrimonios, según el informe elaborado por Candy & Candy, Savills World Research y Deutsche Asset & Wealth Management que analiza el mercado inmobiliario insular.

Las Bahamas, las Islas Vírgenes Británicas y Antigua se sitúan entre las cinco principales y los precios medios por una vivienda de cuatro dormitorios son de 1,3, 2,3 y 1,2 millones de euros, respectivamente. Esto se debe a su proximidad al gran mercado estadounidense, al clima y al ambiente propicio para los negocios. Las Islas del Canal (1,9 millones de euros) son consideradas como el puerto seguro de Europa, ya que los precios del sector inmobiliario han resistido durante la crisis.

Las islas estadounidenses —las del archipiélago de Hawai, los cayos de Florida, Nantucket y Martha's Vineyard—, también destacan en la lista. El mercado de las segundas residencias está boyante y los precios superan los dos millones de dólares (1,5 millones de euros) por una vivienda de cuatro habitaciones. "Cuando se trata de tener propiedades insulares existen muchas motivaciones. Puede tratarse de una compra pasional o por distinción social, del traslado de una empresa u hogar, o de un deseo filantrópico. Las islas pueden ser puertos seguros en tiempos de inestabilidad económica. Los inmuebles que estén situados en territorios insulares estratégicamente vinculados a ciudades de primer orden, pueden costar hasta cuatro veces más que en el continente", explica Barnes.

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Sobre la firma

Sandra López Letón
Redactora especializada en el sector inmobiliario, del que informa desde hace más de dos décadas. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en EL PAÍS. Actualmente, escribe en el suplemento de información económica 'Negocios'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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