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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

CEOE, ¿habrá una tercera vía?

Rosell anunciará su candidatura espoleado por la irrupción de Garamendi. Queda abierta la posibilidad de que se presente otro aspirante

Miguel Ángel Noceda

La decisión de Antonio Garamendi de presentarse a la presidencia de CEOE el 17 de diciembre ha barrido casi todas las hojas que ponían “no” en la margarita que Juan Rosell asegura que está deshojando. Es decir, a estas alturas se da por seguro que ya hay dos contrincantes en el campo de batalla, por mucho que ambos digan que todavía quedan algunas incógnitas por despejar. Rosell asegura que no lo dirá hasta el 5 de noviembre, fecha de la próxima junta directiva, aunque probablemente lo adelantará por la evolución de los acontecimientos. Entre ellos, que Garamendi hará oficial su candidatura el miércoles, cuando le dé el visto bueno la junta directiva de Confemetal, patronal de la que es tesorero.

El caso es que la irrupción de Garamendi, cuando sus opositores buscaban una alternativa entre representantes del gran empresariado, le ha despejado muchas incógnitas. Queda abierta, no obstante, la posibilidad de una tercera vía, que dependerá de cómo se den las primeras puntadas y de la reacción de los grandes grupos, que de momento parecen más proclives a Rosell porque desconfían de las personas que arropan a Garamendi, a su juicio representantes de una vieja guardia que no quiere perder poder.

Rosell parece partir con mayoría. Sus defensores destacan que uno de los avances fue el inicio de la modernización, que quieren que ejecute de forma definitiva. Asimismo, que haya limitado los mandatos e impuesto un Código Ético, añadiendo transparencia, introduciendo auditorías y renovando cargos y amortizado otros muchos, lo que le ha originado muchos enemigos que ahora le quieren desplazar. Y aunque recibió críticas inicialmente por su postura híbrida sobre Cataluña, posteriormente rectificó manifestándose en contra de la independencia, reflejando así el sentir mayoritario de la empresa catalana y española.

La cena de la alternativa

El pasado martes Antonio Garamendi invitó a cenar en el Club Financiero Génova a Juan Lazcano (presidente de la patronal de la construcción CNC), Javier Ferrer (Confemetal), José Manuel de la Riva (de la tecnológica Ametic), y los dirigentes territoriales Ángel de Nicolás (Castilla La Mancha), Javier González de Lara (Andalucía) y Juan Pablo Lázaro, vicepresidente primero de la madrileña CEIM y director del selecto centro madrileño. Garamendi quiso sondear la opinión y salió de allí convencido de que se presentaría, pese a que alguno como Lázaro se ha mostrado satisfecho con la labor de Juan Rosell. Antonio Garamendi, además de tesorero de Confemetal, es vicepresidente primero de Cepyme.

No obstante, el Código Ético se ha visto empañado por los casos de Arturo Fernández y Jesús Terciado, ambos vicepresidentes, que se enfrentan a la Justicia por distintos motivos (uso de tarjetas opacas y las preferentes, en el primer caso, y el presunto cobro a través de sus empresas de fondos de la patronal, en el segundo). Además, en su bagaje lleva los acuerdos para la reforma de las pensiones y el pacto salarial, que se está intentando prorrogar, aunque ha fracasado en la renovación de la negociación colectiva.

Al futuro presidente se le pide que ejecute ese programa de modernización y recoja la sensibilidad del empresariado, que no es otro que acercarse a la vida real y representar tanto a las grandes empresas como a las pymes. Es decir, el que gane las elecciones tiene que ponerse por delante de actuaciones que como lobby hace, por ejemplo, el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) y de cuyo peligro advierten los sindicatos, proclives a que sea una organización interlocutora con los sindicatos y el Gobierno, como ampara la Constitución.

Lo que parece claro es que en las próximas elecciones se puede producir una ruptura en las votaciones en bloque de las distintas patronales. La candidatura de Garamendi está amparada por el presidente de la otrora poderosa organización del metal, Javier Ferrer, que se ha significado en contra de Rosell. Ferrer dio su apoyo a Rosell en las pasadas elecciones y este le nombró vicepresidente; igual que ocurrió con Juan Lazcano, presidente de CNC, la patronal de la construcción, que también le ha dado la espalda. Ambos saben por boca de Rosell que no van a seguir en esos cargos si este renueva. Los dos, además, se han opuesto a los cambios realizados en formación, en los que las patronales pierden poder y dinero en beneficio de academias y centros privados, así como a los acuerdos con las cámaras y las mutuas.

Y, en medio de todo el jaleo, se ha producido esta misma semana la dimisión inesperada de Manuel López Cachero como presidente de Aenor, la patronal transversal de normalización que agrupa a muchos sectores. López Cachero, representante de la patronal eléctrica Unesa, lleva desde 1996 al frente de la organización y hace dos años había renovado hasta 2016 por unanimidad. Precisamente por eso, su marcha, que anunció por carta a los miembros de la directiva, ha causado sorpresa. Según fuentes consultadas, se debe a razones personales y no tiene nada que ver con los movimientos que se están produciendo.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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