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Nanosensores para resultados rápidos

La madrileña Alphasip crea instrumentos que detectan desde arritmias hasta drogas

Equipo de la empresa Alphasip.
Equipo de la empresa Alphasip.

Sensores capaces de medir si hay fatiga cardiovascular o de detectar si hay fatiga cardiovascular, el tipo de placa del ateroma, si hay necesidad de marcapasos, si hay arritmias o medir los impulsos eléctricos. O, si se prefiere, una prueba en saliva para detectar drogas, un alcoholímetro portátil y de alta precisión. Todos estos productos llevan la misma firma: Alphasip, una empresa de bionanotecnología centrada en el diseño, desarrollo, producción y comercialización de dispositivos de diagnóstico médico.

Con su sede situada en el norte de Madrid, aunque con sucursales en Zaragoza (donde nació la compañía) y Boston (EE UU), Alphasip fue fundada en el año 2006 por Miguel Roncales y el doctor Brent Segal, un químico de la Universidad de Harvard con más de 120 patentes en su haber. “Lo conocí cuando vino a la Fundación Bankinter a dar una charla sobre la nanotecnología, una especialidad que a mí siempre me ha encantado. Hablamos de por qué no surgían iniciativas en España en torno a la nanotecnología, habiendo tan buenos investigadores”, relata Roncales. Hoy la compañía factura 2,5 millones de euros.

Radiografía

PERFIL DEL EMPRENDEDOR

Estudió en el reconocido Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef) e hizo un doctorado en investigación de mercados que concluyó en la Universidad de Berkeley.

OBJETIVOS

Seguir trabajando sobre detección de drogas en saliva y tóxicos. También en temas de cardío. Seguir la expansión internacional, con próximos planes en Alemania, Austria y Francia.

Sentado en su luminoso despacho, el emprendedor aragonés empieza por reconocer que ser una persona inconformista fue básico a la hora de convertirse en emprendedor. “Cuando veo que algo no funciona, siento la imperiosa necesidad de arreglarlo”. Así es como, allá por el año 2006, Miguel vio las enormes posibilidades que se le abrían ante sus ojos: “Lo primero que me sorprendió es cómo algunas pruebas diagnósticas tardaban días en ofrecer sus resultados. Además, es que no puedo con el ‘vuelva usted mañana”.

Fruto pues de esa pasión por resolver problemas, “ya que desde pequeño he vivido en mi casa el mundo de la empresa”, surgió Alphasip, una compañía de alta tecnología que habitualmente colabora con instituciones como la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto de Nanociencias de Aragón, el Instituto de Ciencias de la Salud de Aragón, la Universidad de Zaragoza, el Centro Nacional de Microelectrónica-CSIC y el CEEI Aragón. “Quizás uno de los secretos de nuestro éxito es que basamos gran parte de nuestra capacidad de trabajo y crecimiento, de manera especial, en la búsqueda de talento. Para una empresa de nuestras características es muy importante, además de contar con la investigación que se hace en la Universidad, rodearnos de gente que esté ligada al mundo de la investigación y de la ciencia. Siempre tratamos de trabajar con los mejores, da lo mismo dónde estén. Somos muy distintos a las compañías centralizadas”.

A lo largo de la conversación, el vocablo patente brota una y otra vez de labios de Miguel Roncales. “Ser capaces de proteger nuestras patentes, el fruto de nuestro trabajo y esfuerzo, nos da mucha fuerza a la hora de negociar en el mercado”. Esta última afirmación la han aprendido en Alphasip por experiencia propia. Y es que, según Miguel Roncales, “si no fuera por la fuerza que nos dan nuestras propias patentes, a una empresa pequeña como la nuestra le sería muy difícil negociar con las grandes multinacionales con las que habitualmente tratamos. Nunca hemos tenido complejos a la hora de integrarnos en proyectos internacionales, que muchas veces hemos encabezado”.

Las palabras del emprendedor suenan amables, pero firmes. Roncales deja claro que sabe lo que quiere y hacia dónde dirigir a Alphasip. “Cuando eres empresario no vale sólo con intentarlo. Si crees en tu proyecto, en tu idea, tienes que lanzarte. En mi caso, y creo que no soy el único, cuando me he asustado es cuando he cometido más errores”. Además, orgulloso de ser un auténtico aragonés, el emprendedor reconoce que la cabezonería le ha ayudado a seguir adelante… sobre todo cuando las cosas no han ido bien del todo: “El tesón es algo básico en la investigación. Quizás es por esto por lo que en Aragón hay (y ha habido) tan buenos investigadores”, dice con una sonrisa. Para conseguir que estos investigadores puedan seguir trabajando en Aragón y en España. Alphasip lleva invertidos desde sus inicios unos cinco millones de euros en su desarrollo como empresa. “Hemos tenido mucha ayuda pública y poca comprensión del capital riesgo, que no entienden por qué van a invertir 15 millones de euros en un producto que puede tardar 10 años en ver la luz… si la ve”. En ello trabajan más de 30 personas.

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