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La nueva medición del PIB revela que la recesión fue más intensa

El retroceso real entre 2008 y 2013 alcanza el 7,3%, frente al 6,7% estimado hasta ahora

Alejandro Bolaños

El nuevo producto interior bruto (PIB) que aflora de la revisión estadística impulsada por la Comisión Europea no solo refleja un nivel mayor de actividad y empleo en las últimas dos décadas. O incorpora por primera vez una valoración de actividades ilícitas, como la prostitución y la droga. También, que la recesión sufrida por la economía española entre 2008 y 2013 fue más intensa de lo estimado hasta ahora. Con el nuevo sistema contable, el retroceso real del PIB en el peor lustro de la historia reciente alcanza el 7,3%, frente al 6,7% que el Instituto Nacional de Estadística (INE) había calculado antes.

Hace una semana, en un encuentro informativo para explicar los cambios en la medición del PIB, fuentes del INE ya adelantaron que los datos apuntaban a una recesión más intensa, pero con un perfil similar al descrito hasta ahora. La reconstrucción de la serie del PIB desde 1995 hasta 2013, publicada el viernes, corrobora esta recesión agravada (un 9% más intensa que la estimación anterior), pero también matiza la percepción de como ha sido la crisis española.

El retroceso económico tras el colapso financiero internacional de 2008 fue, con esta nueva medición, más suave: el PIB descendió en 2009 un 3,6% (frente al 3,8% estimado antes) y se estancó en 2010 (-0,2% en el cálculo anterior). A falta de conocer los nuevos datos del resto de países de la UE (Eurostat, la agencia estadística de Bruselas, los publicará este mes), lo que sí se confirma es que el descalabro que siguió a la quiebra de Lehman Brothers tuvo menos impacto en el PIB español que en el de otros países europeos. No ocurrió igual con el empleo.

La crisis de deuda provocó una caída más abrupta de lo calculado antes

La nueva aproximación estadística al PIB, sin embargo, refleja un descenso mayor de lo estimado hasta ahora cuando la crisis internacional fue más europea, y española. En 2011 (-0,6% frente a un avance del 0,1%) y 2012 (-2,1 frente a -1,6%), las tasas anuales del PIB resultan ahora más negativas. Son los años en los que las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda de varios países europeos, y del propio euro, cortan de raíz las expectativas de una recuperación. Y en los que la respuesta concertada con Bruselas (rescate de la banca, ajuste presupuestario y reforma laboral) acentuó la recesión.

Habrá que esperar a una nueva publicación del INE para comprobar si la variación trimestral del PIB —que es la que marca la definición más extendida de recesión— esquivó los números rojos en alguna ocasión en este lustro crítico. Pero de haber sido así, sería de forma muy puntual. A toro pasado, la estadística refleja que los llamamientos al optimismo en el paso de 2010 a 2011, sintetizados en la expresión brotes verdes, apenas se tradujeron en avances efímeros del producto interior bruto.

En el lustro, se perdieron 3,5 millones de empleos a tiempo completo

La nueva serie estadística refleja un PIB mayor, con diferencias que escalan desde los 15.000 millones de euros en 1995 a los 35.000 millones en 2010, para luego volverse a achicar como consecuencia de la recesión más abrupta entre 2010 y 2013. “Los datos iniciales tienden a minusvalorar los años de expansión y a reflejar caídas menos intensas en los periodos de crisis”, explicaron fuentes del INE en el encuentro de la semana pasada.

La revisión corrige esa tendencia. En ella, además de la novedosa valoración económica de la prostitución y el tráfico de drogas —que añadió un 0,85% al PIB de 2010, año base del nuevo sistema estadístico—, se incorporan cambios metodológicos, como que el gasto en investigación, desarrollo e innovación se contabilizará a partir de ahora como inversión y no como consumo intermedio (1,17% del PIB de 2010). En el aumento nominal del producto interior bruto pesa también el efecto de incorporar el censo de población de 2011 y la nueva forma de cálculo de la balanza de pagos, que afecta a la estimación de exportaciones e importaciones.

El efecto de la nueva contabilización en el empleo es menor. Como ocurre en el PIB, los niveles de ocupación que refleja ahora la estadística son mayores, y la caída estimada en los años de crisis, más acentuada, pero las diferencias son más suaves. En los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, la destrucción de empleo acumulada entre 2008 y 2013 alcanzaría ahora los 3,5 millones de trabajos, frente a los 3,4 estimados antes.

En lo que sí hay un radiografía distinta es en como varía la remuneración por asalariado, que para 2013 presenta ahora un avance del 1,7%, frente al 0,7% que se estimaba antes. En esa diferencia en el aumento del coste laboral, juegan los cambios estadísticos, pero también el impacto del trabajo a tiempo parcial.

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