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El escándalo de las tarjetas fantasma de Caja Madrid en ocho titulares

Las claves de lo sucedido con los consejeros y ejecutivos de la entidad y sus gastos

Estos son los titulares del escándalo de las tarjetas de Caja Madrid que ha provocado una cascada de dimisiones entre los partidos y sindicatos.

Los consejeros de Caja Madrid gastaron 15,5 millones con tarjetas ‘fantasma’: El escándalo se destapó el miércoles, 1 de octubre, cuando se publica un informe de Anticorrupción incorporado al caso Bankia y elaborado por la dirección actual de la entidad. El documento revela que 86 consejeros y directivos de la antigua caja tenían tarjetas de crédito opacas. Con estas tarjetas, entregadas a los 65 consejeros que ha tenido Caja Madrid desde 2003 y a la veintena de altos cargos de Bankia desde su creación en 2011 hasta 2012, se gastaron 15,5 millones de euros entre 2003 y mayo de 2012. Algunos las siguieron usando tras su cese (leer más...).

Tarjetas VISA de Caja Madrid.
Tarjetas VISA de Caja Madrid.PAUL HANNA (REUTERS)

De ropa a dinero en los cajeros: Los dueños de las tarjetas que escapaban a la contabilidad oficial de la caja compraron ropa o alimentos y pagaron viajes, hoteles y restaurantes con ellas. Lo más llamativo es que un tercio de los 15,5 millones corresponde a extracciones de efectivo en cajeros, lo que no deja ningún rastro. Entre los directivos, el que más gastó fue Ildefonso Sánchez Barcoj, con 484.200 euros. Entre los consejeros fue José Antonio Moral Santín, vicepresidente de la caja nombrado por IU y que supuestamente cargó 456.500 euros entre 2003 y 2012 (Consulte el gráfico...).

“Nos dijeron que todo era legal”: Los consejeros recuerdan que el secretario del consejo, Enrique de la Torre, que también figura en la lista de usuarios, fue quién les entregó la tarjeta. Algunos de los implicados, que piden el anonimato, aseguran que De la Torre les aseguró que todo era legal y que la VISA era similar a la que se entregaba a los directivos y ejecutivos como tarjeta para asuntos de representación. Estos últimos, por cierto, disponían de dos tarjetas: una opaca y otra declarada con la que sufragaban los gastos relacionados con su actividad en la caja. La teoría de que todo era correcto choca con el hecho de que el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, y tres directivos más han devuelto el dinero usado (leer más...).

UGT y CC OO piden explicaciones a sus consejeros: Horas después de destaparse el caso, los partidos, que nombraban a los consejeros en función de su peso en el Gobierno de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, y los sindicatos y patronal, que también estaban en el consejo, reaccionan exigiendo a sus representantes explicaciones (leer más...).

Pablo Abejas, en 2009.
Pablo Abejas, en 2009.Kiko Huesca (EFE)

27 del PP, 15 del PSOE y 5 de IU: En la lista completa de los cargos de Caja Madrid afectados por el escándalo hay dos exministros (leer más...).

Las dimisiones se suceden: 48 después de publicarse la noticia, ya van más de media docena de políticas y sindicalistas que han cesado en sus cargos. Entre ellos destacan el jefe de gabinete del secretario de Estado de Hacienda, José María Buenaventura, o el histórico de CC OO, Rodolfo Benito (leer más...).

"Todo el mundo las conocía, pero estamos en un teatro": Uno de los dimisionados, Pablo Abejas, exdirector de Economía de Madrid, revela que las tarjetas tenían un límite que en su caso llegó a ser de 29.000 euros, que la creó la dirección en 1998 y que el Banco de España la conocía (leer más...). 

Hacienda investiga las tarjetas en las empresas del Ibex: La Agencia Tributaria anuncia una investigación masiva. El problema que se deriva del uso de este tipo de tarjetas es que estaban al margen de la cuenta de gastos de representación de la caja. Tampoco estaban recogidas en los contratos de los consejeros ni en los estatutos de la entidad, de ahí la calificación de fantasma. Desde 1992, la legislación establece que todos los gastos personales que realice un directivo con una tarjeta de empresa se consideran retribución en especie. Según expertos fiscalistas, si la empresa no pide justificantes de los gastos, se pueden considerar personales, ya que no hay constancia de dónde y por qué se ha gastado ese dinero. Y si son personales, hay que declararlos como remuneración (leer más...).

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