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Columna
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¿Presupuesto contra el paro?

El Gobierno podría dedicar todo el margen inesperado a políticas activas de empleo y becas

Xavier Vidal-Folch

¿Qué hará el Gobierno con los nuevos márgenes disponibles en el Presupuesto? Son dos. Uno viene de que el crecimiento económico para 2015, previsto al principio en el 1,2%, se aumentó en abril al 1,8%, lo que incrementará la recaudación. El otro, del nuevo cómputo del PIB, que quizá añada 2.000 millones de euros adicionales.

¿A qué dedicar esos ingresos inesperados? Una posibilidad es aflojar la soga por igual en todos los ámbitos, suavizando la senda de la consolidación fiscal (rigor, austeridad): por ejemplo, aumentando por encima del 10% la reposición de vacantes de funcionarios, en todos los ministerios y organismos. Pero eso no marcaría una verdadera prioridad política: implicaría no usar el presupuesto como cañón Berta.

Otra opción más interesante es destinar todo el margen a una cruzada contra el paro, pues sigue siendo el principal escollo económico y el peor drama social. Claro que la mejor estrategia para crear empleo es que la economía se recupere.

Pero al lado de ella se pueden acelerar actuaciones complementarias. Por ejemplo, las políticas activas de empleo (servicios de ocupación, agencias, formación...) Con un retraso de 27 meses sobre las exigencias de la UE, al fin el 5 de septiembre se dibujó su reforma, con una “estrategia de activación” plurianual, un “plan anual de política de empleo” y un presupuesto para las comunidades autónomas. Menos que modesto: 1.251,2 millones de euros.

Los nuevos márgenes presupuestarios permitirían multiplicar esa dotación. Es urgente. Los servicios públicos de empleos españoles (el SEPE y los autonómicos) están infradotados: 21.400 empleados, por 72.900 el Reino Unido y 110.000 Alemania. Amplíense plantillas solo ahí, para acercarnos a Dinamarca, donde un funcionario atiende a 36 parados, o a Alemania (a 47), en vez de a ¡269!: somos el farolillo rojo, exceptuando a Irlanda (“Estudios económicos de la OCDE, España”, septiembre 2014, www.oecd.org). Pero también hay que saber gastar: de los 200 millones presupuestados por Empleo para las agencias privadas de colocación, en el primer semestre no se había empleado ni un céntimo...

Debería multiplicarse, asimismo, la dotación para la formación profesional (mejor la reglada, vista la corrupción) y para toda la enseñanza. Un ejemplo, las becas y ayudas educativas, pues a más estudios, más empleabilidad. En los dos últimos cursos han sufrido un recorte de 275 millones (bajando a 1.472 millones) (“Datos y cifras. Curso escolar 2014-2015”, Ministerio de Educación, septiembre 2014), y el número de sus beneficiarios ha caído en 693.111.

Otro objetivo: un reciente estudio de la Comisión Europea (IP/14/1025) indica que los jóvenes que estudian fuera gracias al programa Erasmus sufren una tasa de paro inferior a la media en un 23% y tienen la mitad de riesgo de convertirse en parados de larga duración. Incremente José Ignacio Wert el dinero total para esas becas, que ha reducido en un 70%; aumente cada una, de los 143 euros mensuales al promedio europeo de 272; apoye a los padres, los primeros paganos. Benefician en un 46% a hijos de familias sin estudios superiores.

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