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Las empresas declaran pérdidas globales por primera vez en 2012

Los ‘números rojos’ por 94.500 millones generarán créditos fiscales que reducirán la recaudación

Jesús Sérvulo González

El año 2012 fue un mal año para la economía española. Ese ejercicio, el conjunto de las empresas declararon pérdidas contables a la Agencia Tributaria por primera vez, según la "estadística por partidas del impuesto de sociedades" que arranca en 2004. El Ministerio de Hacienda difundió ayer los datos correspondientes a 2012 cuando las sociedades presentaron unas pérdidas contables agregadas de 94.543 millones de euros, frente a los beneficios de 7.796 millones de un año antes. O las ganancias de 166.178 millones que declararon en 2006 cuando la Gran Recesión que ha sacudió la economía mundial no estaba ni en los sueños de los agoreros. Esta estadística de la Agencia Tributaria muestra los resultados de las declaraciones individualizadas de las empresas y no tiene en cuenta las operaciones de consolidación que después desarrollan las grandes corporaciones.

Ese resultado agregado es la suma de empresas con beneficios de 142.794 millones y firmas con pérdidas de 237.337 millones. Buena parte de las pérdidas contables declaradas por las empresas se convertirán en créditos fiscales que podrán deducirse de los beneficios que obtendrán en el futuro. De esta forma, las bases imponibles negativas lastrarán la recaudación durante los próximos años. Para limitar este efecto, la reforma tributaria del Gobierno endurece la aplicación de los créditos fiscales. Establece un límite general del 60% a la compensación de las bases imponibles negativas. A cambio se elimina el límite temporal para poder compensarlas.

Además, la subdirectora general del IRPF de la Agencia Tributaria, Begoña García, reconoció ayer en unas jornadas organizadas por Deloitte sobre la inspección en las grandes empresas que se presentarán enmiendas a la reforma fiscal para que estas corporaciones no se vean afectadas por la reducción de tipos del impuesto del 30% al 25% que limitaría la aplicación de los créditos fiscales. En cualquier caso aún está por ver que el Gobierno las admita.

Hace dos años, España estuvo en el filo de la navaja. En plena crisis de deuda, la economía española se desplomó un 1,6% lastrada por las pérdidas empresariales, el hundimiento del consumo público y privado y el aumento del desempleo. Ese año, del total de 1.423.076 empresas que presentaron la liquidación del impuesto de sociedades, 1.045.598 sociedades, el 73% del total, declararon bases imponibles negativas, según la estadística de Hacienda. De esas, 651.930 compañías registraron pérdidas directamente.

Esas pérdidas contables correspondientes a 2012 —declaradas por las empresas en julio del año pasado— estaban pendientes de ajustes tributarios positivos (245.221 millones) y negativos (206.425 millones). Entre los positivos, aquellos que aumentan la base imponible, destacan los 73.305 millones por "pérdidas por deterioro de valor en participaciones de entidades no cotizadas". Y otros 37.360 millones por deterioro de valor de créditos derivadas de insolvencia de deudores. Son partidas que aún no eran deducibls fiscalmente, pero que en gran mdida lo serán en un futuro, lastrando aún más la recaudación. Entre los ajustes negativos, los que reducen la base imponible de las empresas, sobresalen los 35.468 millones de exenciones por doble imposición internacional. O los 18.964 millones por el régimen fiscal de las sociedades de tenencia de valores en el extranjero (ETVE) —los instrumentos creados para atraer inversión extranjera con condiciones fiscales muy ventajosas—.

La estadística publicada por la Agencia Tributaria revela que en 2012, del total de empresas que declararon, 1.151.59 eran de reducida dimensión; 24.701 sociedades eran consideradas grandes empresas; 335 entidades de crédito, 399 aseguradoras y 5.472, fueron sociedades de inversión colectiva. Las entidades de crédito declararon unas pérdidas contables netas de 75.562 millones, originadas sobre todo por las enormes provisiones para digerir los excesos por el atracón del ladrillo de los años anteriores.

A pesar de todo, 2012 no fue el peor año para la recaudación del impuesto de sociedades. Ese año, el fisco cosechó 21.435 millones, casi un 30% más que el ejercicio precedente cuando obtuvo 16.611 millones, aunque lejos de la recaudación máxima de 44.823 millones logrados en 2007.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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