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Los expertos ven obstáculos en la aplicación del plan fiscal de la OCDE

Señalan que EE UU determinará el ritmo de desarrollo de las normas sobre multinacionales

Jesús Sérvulo González
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, en Cairns (Australia)
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, en Cairns (Australia)DAVE HUNT (EFE)

Como estaba previsto, el comunicado final de los ministros del G20 asume las primeras recomendaciones de la OCDE contra las prácticas fiscales de las multinacionales para esquivar al fisco. También dio por hecho que el sistema de intercambio automático de datos fiscales estará listo, como tarde, en 2018. Pero los expertos advierten que al desarrollo del plan le aguardan dificultades.

“Esto no es normativo. Son recomendaciones cuya aplicabilidad depende de la voluntad de los países”, explica Ranses Pérez-Boga, presidente de la organización de inspectores de Hacienda (IHE). Pérez-Boga cree que pueden surgir discrepancias con el acuerdo de multilateralidad, con el que la OCDE trata de evitar la revisión de miles de pactos bilaterales para adoptar estas recomendaciones. “Creo que esto será más lento porque los países que sean más rigurosos en su aplicación se producirá una fuga de multinacionales a aquellos que tarden más en incorporarse”, explica el presidente de IHE, que echa en falta la creación de un equipo internacional de inspectores tributarios para regularizar la situación de las grandes corporaciones.

“Cambiar la estructura de la fiscalidad internacional es muy complicado”, desliza Javier González Carcedo, socio de PwC. A falta de adaptar las legislaciones tributarias locales, sí cree que las nuevas directrices de la OCDE “cambiarán la interpretación de los convenios que tienen suscritos los países”. González Carcedo subraya que está pendiente desarrollar iniciativas muy importantes como la definición y valoración definitiva de los intangibles (derechos de propiedad intelectual y patentes) y medidas especiales que permiten a un país establecer una tributación mínima sobre una actividad. “Pero eso lo veremos a finales de 2015”, añade.

Reticencias en EE UU

En la misma línea, fuentes gubernamentales se muestran satisfechos con este documento “intermedio” de la OCDE pero remachan que los trabajos no concluyen hasta el próximo año. “Creo que es un viaje sin retorno pero la velocidad y la relevancia de la implantación dependerá en buena medida del papel de Estados Unidos”, apunta Ramón López de Haro, socio de Deloitte Abogados, quien advierte: “Hay quien en EE UU piensa que estas medidas están pensadas para quitar la hegemonía a las multinacionales americanas”, agrega. Según la agencia Bloomberg, destacados legisladores republicanos, como Dave Camp y Orrin Hatch, han mostrado ya su rechazo al plan de la OCDE porque llevaría a subir impuestos “de manera desproporcionada” sobre las multinacionales estadounidenses.

Las principales compañías tecnológicas, como Google, Apple, Amazon, Microsoft, Facebook y muchas otras, son estadounidenses, pero el proyecto de la OCDE también afecta a las grandes corporaciones europeas.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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