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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Uno de los grandes

Ningún banquero en la historia contemporánea dio un salto tan inverosímil en 24 años

Lo que ha conseguido Emilio Botín desde que tomó el mando del Banco Santander como presidente, en 1986, es realmente único e insólito en la historia de la banca moderna y contemporánea. Puedo decirlo con toda certeza porque, en aquellas fechas, yo era secretario de Estado de Economía y Emilio Botín acudía siempre a los almuerzos que organizaba mensualmente con los entonces llamados siete grandes.

En el momento que Botín toma la presidencia del Santander, este banco era el séptimo de los siete grandes en España, por capitalización bursátil y tras la crisis financiera en Estados Unidos en 2008, en 2010, había conseguido que el Santander fuera ya el séptimo del mundo por capitalización bursátil, un salto gigantesco. Que yo recuerde, no ha habido ningún banquero en la historia contemporánea, tan mundializada y tan competitiva, que haya conseguido dar un salto tan inverosímil, en sólo 24 años.

A pesar del impacto de la crisis económica del área euro y de la crisis de muchas cajas en España en las cotizaciones de las entidades españolas, el Santander ya había vuelto este año al número 10 del mundo por valor en Bolsa (con gran satisfacción por su parte, ya que seguía el ranking mundial cada semana) por detrás de los cuatro grandes bancos de Estados Unidos, los cuatro bancos públicos de China y uno privado más de China que de Europa (HSBC). Hoy, el Santander sigue siendo el mayor banco del área euro y emplea a 195.000 personas, con 14.000 sucursales, en 20 países.

Con esto ya estaría casi todo dicho pero no basta. Emilio Botín trabajaba 12 horas diarias todas las semanas, además de viajar fines de semana continuamente a todos los países en los que operaban las filiales y en aquellos donde había posibilidad de entrar como competidor. Todos los domingos por la tarde preparaba, con todo su equipo ejecutivo, las comisiones ejecutivas de todos los lunes del año por la mañana, que duraban 3 horas. Además, había, entre semana, dos comisiones de riesgos que duraban más de dos horas cada una, más las comisiones de auditoría mensuales y las de nombramientos y retribuciones bimensuales. Los consejeros no ejecutivos del Santander dedicamos unas 350 horas al año al banco, el mayor número de horas de toda la banca internacional.

El nombramiento unánime de Ana Patricia Botín, de 53 años, es un gran acierto ya que ha salido a su padre. Es otra trabajadora nata, incansable y sagaz, con una enorme dedicación a cada puesto que desempeña y, además, añade una gran experiencia internacional e importantes contactos al máximo nivel en muchos países. Se graduó en economía en Bryn Mawr y amplió estudios en Harvard, posteriormente, trabajó siete años en Nueva York con JPMorgan y desde 1988, en el Santander, siendo consejera desde 1989 y posteriormente presidenta de Banesto.

Por último, en muy poco espacio de tiempo, ha logrado cambiar una caja de ahorros hipotecaria (building society) que era Abbey National cuando fue adquirida por Santander en 2004, en un verdadero banco comercial que ya compite con los grandes de la City de Londres. Bajo su liderazgo, Santander UK ha aumentado fuertemente su número de clientes y su cuota de mercado, con productos estrella muy novedosos. El Santander continúa en las mejores manos.

Guillermo de la Dehesa es consejero no ejecutivo y vicepresidente Tercero del Grupo Santander

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