_
_
_
_
_

Frutas liofilizadas y embolsadas

Casual Fruit prevé facturar 400.000 euros con la venta de aperitivos sanos

Roselyne Chane y David Ferreres, fundadores de Casual Fruit.
Roselyne Chane y David Ferreres, fundadores de Casual Fruit. P. V.

Roselyne Chane y David Ferreres estaban cansados de unas carreras profesionales que les obligaba a estar continuamente viajando y sufriendo una circunstancia que, a la postre, sería la más importante en el desarrollo de su proyecto emprendedor: comer mal en estaciones de ferrocarril, aeropuertos… o delante del ordenador. Ambos trabajaban para una multinacional de diseño de envases para la industria cosmética y estaban hartos de comer emparedados y frutos secos. Según Roselyne, “por aquel entonces, lo más sano que podíamos comer era una pieza de fruta, pero había que pelarla, te manchabas las manos… Una alternativa era la fruta deshidratada, pero en cuanto la pruebas te das cuenta que hay mucha pérdida de sabor respecto a una fruta de verdad. Además, en España no había nada de nada”.

Después de valorar diversos proyectos, esta pareja de emprendedores decidió ponerse manos a la obra. “Vimos que había un nicho de mercado para snacks elaborados con ingredientes sanos y fáciles de consumir mientras te mueves”, explica David. Y así es como nació Casual Fruit, una firma especializada en la elaboración y comercialización de aperitivos de fruta troceada, liofilizada y texturizada con extractos de maíz para que sea crujiente.

Los snacks de Casual Fruit son 100% saludables, dice Roselyne, “los hacemos sin aceites, azúcares, conservantes, lactosa ni gluten. Para conseguirlo, estuvimos 18 meses haciendo pruebas de proceso y de sabor. Al final nos decidimos por la liofilización, que consiste, básicamente, en congelar la fruta, trocearla y extraer el agua mediante un proceso de alta presión”. La compañía se dirige a “una clientela urbana formada por personas activas. También a niños, deportistas y a todo aquel que, por regla general, pasa mucho tiempo fuera de casa y necesita cuidar su alimentación”, explica Ferreres.

Perfil

Roselyne Chane, originaria de la Isla de La Reunión, es abogada y gran cocinera. Estudió Francia, EE UU y Australia y trabajó en nutrición y cosmética antes de montar Casual Fruit con David Ferreres, economista que trabajó 16 años para multinacionales como directivo.

Es él quien reconoce que la experiencia de mercado fue lo que hizo cambiar a la compañía su estrategia empresarial inicial. “Al principio pensamos que lo mejor sería dirigir nuestros productos hacia un público femenino, por eso comenzamos a venderlo en farmacias, y a través de Internet, en bolsas de 27 gramos. El año pasado modificamos nuestra estrategia comercial y el diseño de producto. Ahora vendemos también en formato de bolsillo y a través de muchos más canales”, continúa David.

Chane y Ferreres apostaron desde el primer momento por un producto de calidad, lo que, evidentemente, lo hace más caro. Para Roselyne, la incidencia de los costes de producción en el precio final es inevitable, “el proceso de fabricación que utilizamos es el único capaz de garantizar la conservación óptima de las propiedades de la fruta y su integridad molecular, que es la que permite que el organismo la asimile correctamente”. David añade que, en el desarrollo de los productos de Casual Fruit se invirtieron “unos 240.000 euros. Este año esperamos cerrar con una facturación de 400.000 euros”.

Todas estas inversiones se hicieron con la clara intención de fiar el futuro de la compañía al mercado exterior. “La primera experiencia en el extranjero la tuvimos en Francia. Luego vinieron otros mercados como Japón, Portugal o Finlandia”, indica David. Precisamente, sobre la llegada de Casual Fruit a los mercados nórdicos, Ferreres reconoce que “desde el principio tuvimos claro que teníamos mucho potencial en los países del norte de Europa, donde no es fácil acceder a fruta de calidad y donde ya hay hábito y mentalidad de consumir fruta transformada y complementos vitamínicos".

Casual Fruit elabora sus productos en un fábrica de Badajoz, fábrica que está viendo crecer su familia de productos. Comenzaron por las variedades de piña, manzana y frutas del bosque… a las que, hace algunos meses, se unieron gazpacho y multifutas. Ya son también vegetales. Y habrá más.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_