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Los reyes de la carne son de Brasil

JBS-Friboi se define como el mayor productor del mundo y apunta a crecer en los emergentes

Thiago Ferrer Morini
Una planta perteneciente al grupo JBS en Rosario (Argentina).
Una planta perteneciente al grupo JBS en Rosario (Argentina).DIEGO GIUDICE (BLOOMBERG)

Una repentina crisis geopolítica internacional ha abierto una oportunidad de negocio para la brasileña JBS-Friboi, la empresa que más carne vende en el mundo. El mismo día que Rusia prohibía la importación de alimentos frescos de la UE, Estados Unidos, Canadá, Australia y Noruega, el Gobierno de Vladímir Putin levantaba las restricciones sanitarias a 90 productoras cárnicas brasileñas, abriendo aún más el gigantesco mercado ruso para los productos sudamericanos. En 2013, Rusia fue el destino del 5,7% de las exportaciones del grupo, un negocio de 670 millones de dólares (500 millones de euros).

Esta oportunidad surge tras un revés: el fracaso de las negociaciones por parte de la división estadounidense de JBS-Friboi para comprar su rival Hillshire Brands, especializada en salchichas, por 5.600 millones de dólares (4.200 millones de euros). Al final, Hillshire fue adquirida por la mayor rival de JBS en Estados Unidos, Tyson, pero el grupo brasileño no salió con las manos vacías de la operación: se quedó con la división de pollo en Brasil y México de Tyson por 575 millones de dólares.

La creciente clase media de los países emergentes ve en el consumo de productos cárnicos un símbolo de estatus. Esto ha hecho que el mercado global de la carne bata récords año tras año. Según la previsión del Servicio de Agricultura Exterior del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, en sus siglas en inglés), en 2014 se producirán 58,2 millones de toneladas de bovino en todo el mundo, un 0,2% más que el pasado año a pesar del descenso de la cabaña ganadera en EE UU —el mayor productor mundial— por las condiciones meteorológicas. El mercado exportador ha crecido un 14% desde 2009.

Fuente: JBS y elaboración propia
Fuente: JBS y elaboración propiaC. AYUSO

JBS es una de las empresas que pretende aprovecharse de ese crecimiento. La corporación brasileña se apoya, sobre todo, en su posición en las regiones productoras: América y Australia. "Solo hay que ver el mapa mundial de la producción de alimentos para saber por qué estamos donde estamos", señaló el director de Relaciones con el Inversor de la empresa, Jerry O'Callaghan, en una teleconferencia este mes de marzo. "El déficit de alimentos en Oriente Próximo, África y Asia está creciendo. Eso indica un comercio creciente en el que participamos de forma muy activa".

La empresa afirma estar presente en 22 países y vender en 150. El mercado exportador responde por el 27% de las ventas del grupo. China, sobre todo, es el mercado soñado por todo el sector del bovino. Con una industria nacional cuestionada por sucesivos escándalos sanitarios y que crece a un ritmo muy inferior a la demanda, las importaciones del gigante asiático no dejan de crecer. Según prevé la USDA, en 2014 China (incluyendo Hong Kong) importará 475.000 toneladas de carne de vacuno, un alza del 19% con respecto a 2013. China ya fue el destino del 21,2% de las exportaciones del grupo el año pasado, el mayor de sus mercados exteriores.

La historia de JBS-Friboi, fundado en 1953 como Casa de Carnes Mineira, empieza realmente el 4 de abril de 1955, el día en el que el entonces candidato a la presidencia de Brasil, Juscelino Kubitschek, prometió en un mitin que construiría una nueva capital para el país sudamericano. A 400 kilómetros de allí, en Anápolis, en el Estado de Goiás (centro del país), los dos hermanos Batista Sobrinho verían en esa decisión una oportunidad de negocio. Gracias al hambre de carne de Brasilia, la nueva capital, a solo (para la zona) 150 kilómetros de Anápolis, los hermanos convirtieron su modesta firma de distribución cárnica —que recibe el nombre de uno de ellos, José, ya fallecido— en un negocio boyante.

No fue una expansión sencilla. Las restricciones al comercio internacional, las deficiencias sanitarias y de transporte y la ultrarregulada industria cárnica del país sudamericano limitaron la expansión del grupo al mercado local.

Hasta que, en la pasada década, el Estado brasileño decidió seguir el ejemplo de otros países emergentes e incentivar el crecimiento de campeones nacionales, grandes empresas orientadas al mercado exportador, a través de la llamada Política de Desarrollo Productivo. Otras empresas del sector cárnico brasileño, como Marfrig, también se han beneficiado de esta política.

En 2005, la empresa salió al exterior con la compra de las operaciones de la cárnica estadounidense Swift en Argentina. Dos años más tarde se haría con la propia Swift, lo que le permitiría participar directamente en los mercados estadounidense y australiano.

Pero la gran entrada en Estados Unidos se produjo en 2009, cuando JBS se hizo con el 64% de Pilgrim's Pride, la segunda mayor productora de pollo en Estados Unidos —que estaba en suspensión de pagos— por 800 millones de dólares . La compra permitió a JBS seguir diversificando sus operaciones, yendo más allá del bovino. "El santo grial para la compañía es tener una posición en el negocio avícola, bovino y porcino", señaló el analista Ken Shea, tras la oferta por Hillshire. En total, según Bloomberg, JBS ha invertido 17.000 millones de dólares en la construcción de su negocio global.

El Estado brasileño es el segundo accionista de JBS, tras la familia del fundador

El resultado de esa expansión es un imperio con unos ingresos de 92.900 millones de reales (28.615 millones de euros). Pero esa década de compras ha pasado factura al grupo, sobre todo en lo relativo a su endeudamiento. Al cierre del ejercicio 2013, la deuda neta de JBS ascendía a 23.748 millones de reales, un 102,7% de su capitalización bursátil.

El Estado brasileño es el propietario de gran parte de esa deuda, al respaldar el crecimiento de la empresa a través de la compra de títulos. Eso también se refleja en la composición del capital. El Estado es el segundo accionista de JBS, tras la familia Batista: un 25% de los títulos son propiedad de la división de participaciones del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y el 10% está en manos de la Caja Federal de Ahorros. A 31 de diciembre de 2013, el 35% de las acciones del grupo tenían un valor de mercado superior a 2.600 millones de euros.

En 2007 JBS salió a Bolsa en São Paulo y, tres años más tarde, ampliaría capital en 1.600 millones de reales (en la época, alrededor de 700 millones de euros). En 2009, el grupo llegó a presentar la documentación para sacar a Bolsa en Nueva York a su filial estadounidense por 2.000 millones de dólares. La oferta fue retirada después de que el BNDES comprase deuda de JBS por valor de 3.500 millones de reales (1.550 millones de euros de la época). La Fiscalía Federal llegó a abrir una investigación sobre la operación, pero fue archivada a los cuatro meses. Pilgrim's Pride, basada en Colorado (EE UU), sí cotiza en el Nasdaq estadounidense.

La elevada deuda obliga a dar prioridad al desapalancamiento. La empresa se ha propuesto crecer diversificando su línea de productos, apostando por derivados cárnicos (como salchichas, albóndigas, enlatados y congelados). Las últimas compras en Brasil, las de las empresas Seara y Massa Leve —esta última especializada en pastas frescas— apuntan a ese objetivo. Pero, sobre todo, JBS apuesta por las sinergias de la consolidación de sus operaciones, tanto en el país sudamericano como en Estados Unidos.

Además de su presencia en el sector de la carne, la empresa también fabrica derivados de su producción como cuero, colágeno y, en Brasil, biodiesel a base de sebo bovino.

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