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La Bolsa china se abre al mundo

Shanghái y Hong Kong ultiman un programa para simplificar las inversiones foráneas

David Fernández
Panel con las cotizaciones de las empresas de la Bolsa de Shanghái
Panel con las cotizaciones de las empresas de la Bolsa de ShangháiALY SONG (REUTERS)

El próximo mes de octubre está previsto que entre en funcionamiento un programa piloto que tendrá un gran impacto en los mercados financieros internacionales. Se trata del proyecto conocido como Shanghai-Hong Kong Stock Connect. “Es un nuevo canal de acceso a un mercado enorme mediante el cual los ahorradores de China podrán comprar acciones cotizadas en la Bolsa de Hong Kong. Además, a partir de ahora los inversores internacionales tendrán más fácil comprar títulos de compañías chinas”, resume Alfonso Martín, encargado en Citi de proporcionar información a sus clientes sobre las posibilidades de inversión en este continente.

El acuerdo entre las Bolsas de Shanghái y Hong Kong supone un paso más en el proceso de liberalización de los mercados financieros emprendido en los últimos años por el Gobierno chino al permitir un acceso más directo de los capitales extranjeros. Hasta ahora, los inversores internacionales solo tenían una exposición limitada a la compra de acciones chinas, inicialmente con el programa en dólares QFII (Qualified Foreign Institutional Investors), en vigor desde el año 2003, complementado posteriormente con el RQFII (Renminbi QFII) a partir del ejercicio 2012. Se trata de vías de inversión complejas, limitadas en dinero y dirigidas solo a una determinada clase de inversores.

“Este programa facilitará que nuevos tipos de inversores como los hedge funds y los pequeños ahorradores, que hasta ahora tenían restringida su entrada a la Bolsa china, puedan beneficiarse del potencial de crecimiento de las compañías locales”, según Martín. “Muchos clientes querían invertir en Asia, pero no tenían los conocimientos necesarios y se encontraban con muchas barreras. Ahora, con esta tercera vía, cualquier tipo de inversor que dé una orden a un broker de Hong Kong podrá ejecutarla”, añade este experto de Citi.

Un gran salto adelante

El proyecto Shanghai-Hong Kong Stock Connect tendrá consecuencias en el mundo financiero. Para empezar, creará un gigante bursátil. La capitalización de las compañías cotizadas en ambas plazas financieras suma 5,5 billones de dólares, lo que significa de facto crear la tercera mayor Bolsa del mundo, por detrás de Nueva York (NYSE) y el Nasdaq.

En la Bolsa china hay dos grandes tipos de acciones. Los títulos A son de compañías chinas locales denominadas en renminbis, y negociadas principalmente entre inversores locales. Por su parte, las acciones H representan compañías chinas reguladas por leyes chinas, pero cualquier persona puede realizar transacciones con ellas y cotizan en Hong Kong. Las primeras suelen cotizar con descuento frente a las segundas, y ahora ese diferencial tenderá a estrecharse.

Además, esta iniciativa será clave para integrar a las acciones de clase A chinas en algunos índices globales, lo que daría mayor liquidez al mercado. La gestora de los índices MSCI ha iniciado los trámites para incluir en su índice de Mercados Emergentes parte de las acciones A chinas.

Hasta ahora, el programa QFII exigía un memorando de entendimiento entre China y el país de origen del inversor para poder comprar acciones locales. Con el nuevo canal este requisito desaparece. Además, SH/HK Stock Connect no exige obtener licencia alguna, mientras que los otros dos programas establecen protocolos burocráticos bastante complejos. El nuevo canal de acceso al mercado chino también se regirá por unas cuotas máximas de inversión, pero, a diferencia del QFII y del RQFII, tendrá límites en el ámbito del mercado, y no del inversor. Además, la iniciativa acorta el tiempo que un inversor debe esperar para comprar acciones, puesto que no tendrá que aguardar cuatro o cinco meses para pedir una cuota como sí ocurre con el QFII.

El programa SH/HK Stock Connect tendrá dos direcciones: inversiones dirigidas hacia el mercado chino o Northbound, e inversiones de chinos hacia el mercado de Hong Kong (Southbound). En el primer caso, los ahorradores internacionales podrán comprar y vender títulos de las empresas integradas en los índices SSE 180 y SSE 380, es decir, 568 compañías chinas que representan el 90% de la capitalización del mercado y el 80% del volumen de negociación. En el sentido Southbound, los chinos tendrán acceso a 266 compañías cotizadas en Hong Kong, que suponen el 82% de la capitalización total del mercado.

En el caso de las cuotas máximas de inversión, las inversiones cross-border tendrán un límite máximo agregado y una cuota diaria. En el caso de los usuarios de la vía Northbound, la cuota será de 300.000 millones de renminbis (unos 48.000 millones de dólares), con una cuota diaria de 13.000 millones de renminbis o 2.000 millones de dólares. Para los chinos que inviertan en Hong Kong la cuota agregada será de 40.000 millones de dólares, y la diaria de 1.700 millones, aproximadamente. Los expertos de Citi creen que, a medida que el programa se vaya consolidando, las cuotas en ambos sentidos también se ampliarán.

En cuanto a la tipología de inversores, la vía Northbound no tendrá ninguna limitación. En cambio, para los inversores minoristas de China que quieran negociar títulos cotizados en Hong Kong se les pedirá tener un mínimo de 500.000 renminbis (80.000 dólares) en una cuenta corriente.

“El coste de las transacciones todavía no se sabe, pero no creo que sean muy diferentes de los gastos que supone invertir en Wall Street”, según Martín.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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