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La Bolsa para pymes, herida

El MAB es una alternativa a la financiación bancaria, pero el 'caso Gowex' cuestiona su futuro

David Fernández
Panel del Mercado Alternativo Bursátil.
Panel del Mercado Alternativo Bursátil.J. J. Guillén (EFE)

El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) echó a andar en 2008, aunque la primera empresa en cotizar, Zinkia, no lo hizo hasta julio de 2009. La Bolsa española para pymes se hizo a imagen y semejanza de otras plataformas europeas como AIM (Reino Unido) y Alternext (Francia), pero su estreno llegó en un momento muy adverso ya que la crisis económica atravesaba su fase más dura. En un país como España donde el peso económico y la generación de empleo depende en gran medida de las pymes, y éstas a su vez solo practican el monocultivo de la financiación bancaria, un proyecto como el MAB parece vital para que las empresas puedan acceder a fuentes de financiación alternativas. Sin embargo, el fraude de Gowex ha dejado herido de gravedad al MAB. Varias empresas que cotizan en él quieran dar el salto al Mercado Continuo por el estigma que supone.

Tras conocerse que Jenaro García, expresidente de Gowex, se había inventado las cuentas año tras año, mucha gente se pregunta cómo no funcionó ningún cortafuego que atajara el escándalo. La respuesta hay que buscarla en el funcionamiento del MAB. Para facilitar el acceso de las pymes al mercado de capitales, se fijaron requistos de información y supervisión menos exigentes que los que se piden para las compañías que cotizan en el Continuo.

El MAB está promovido por Bolsas y Mercados Españoles (BME) y supervisado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Esta bicefalia, como ha demostrado el fiasco de Gowex, arroja dudas sobre las funciones de uno y otro.

El Gobierno hará cambios para  mejorar el funcionamiento del mercado alternativo

Las pymes desconocen cómo funciona la Bolsa y por eso cada empresa que sale a cotizar en el MAB debe tener un asesor registrado, una especie de lazarillo que la debe guiar por las procelosas aguas del mercado. Estos intermediarios, según el reglamento del MAB, deben revisar la información que sus clientes facilitan. El problema es que los asesores defienden que su labor no es la de auditar las cuentas y ahí viene otro punto débil de esta Bolsa: la mayoría de las sociedades cuentan con auditores pequeños y desconocidos.

El problema de Gowex es el fraude cometido por sus gestores, pero, antes de su estallido, el MAB ya había sufrido varios contratiempos. Dos de los valores que más atención despertaron como Zinkia y Bodaclick están en concurso de acreedores; Nostrum y Negocio fueron expulsados del MAB por carecer de asesor registrado y no facilitar información; Suavitas salió a Bolsa con retrasos en los pagos a la Seguridad Social y a los pocos meses entró en preconcurso.

La última empresa en incorporarse al MAB es Facephi y mañana se estrena Only Aparments. El Gobierno ha prometido cambios para garantizar su buen funcionamiento. Habrá que ver si son suficientes para revitalizar un proyecto que, a pesar de contar con incentivos fiscales, solo tiene 23 compañías, frente a las 3.000 que cotizan en el AIM británico y las 184 que lo hacen en Alternext.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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