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Hollande trata de frenar la gran multa de Estados Unidos al banco BNP

Washington acusa la entidad francesa de violar embargos a varios países

El presidente francés, François Hollande, ayer tras la reunión de gobierno.
El presidente francés, François Hollande, ayer tras la reunión de gobierno.ALAIN JOCARD (AFP)

La tensión diplomática entre París y Washington ha alcanzado niveles que empiezan a recordar a los meses previos a la Guerra de Irak. La razón es que la justicia estadounidense amenaza con imponer una multa de 10.000 millones de dólares (7.300 millones de euros) al banco francés BNP Paribas, acusado por la fiscalía de Manhattan de haber violado los embargos a Irán, Cuba y Sudán entre 2002 y 2009. El martes, el presidente francés, François Hollande, llamó a la Casa Blanca para defender ante Barack Obama la causa del banco francés, según informó The New York Times.Obama y Hollande evocarán el espinoso asunto el próximo jueves, víspera del 70º aniversario del Desembarco de Normandía, aseguró por su parte una fuente diplomática francesa.

Las autoridades estadounidenses y los responsables de BNP están negociando una solución pactada al contencioso, pero las durísimas exigencias de Washington y la posición enrocada del banco dificultan un acuerdo. Además de a tener que pagar la multa, el banco francés se arriesga, en caso de ser declarado culpable, a no poder hacer transacciones en dólares, e incluso a no ejercer más en Estados Unidos. Para el grupo galo sería una condena letal, ya que la mayor parte de sus beneficios procede de ese país.

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Las autoridades de EEUU desean además castigar individualmente a los empleados del banco que participaron en las operaciones prohibidas; según The Wall Street Journal, han exigido a BNP que despida a una docena de personas. Hablando de las violaciones de las normas penales por parte de las entidades, el responsable del regulador bancario de Nueva York, Benjamin Lawsky, ha dicho que los culpables “deben ser multados, despedidos, encarcelados y despojados de sus bonus”.

El caso, que empezó a ser investigado en 2007 gracias a un chivatazo anónimo recibido por la fiscalía de Manhattan referido al embargo a Sudán, se ha ido complicando con el tiempo por la falta de colaboración de los responsables del banco con los investigadores. BNP presentó en 2008 una investigación interna que culpaba a su filial de Ginebra, encargada de financiar cargamentos de materias primas con destino a los países embargados. Y desde 2012, el banco ha multado, cesado o cambiado de puesto a 30 empleados de ese departamento, incluido a su jefe, Olivier Thomann. Pero sin precisar el motivo.

El gobernador del Banco de Francia, viajó recientemente a Nueva York

El choque cultural ha contribuido a enmarañar las cosas. Los fiscales norteamericanos han mostrado su irritación y perplejidad al revelar que el banco invoca los cinco años de prescripción del delito para proteger a sus empleados y negarse a realizar despidos. En vista de la falta de avances, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noer, viajó la semana pasada a Nueva York y se reunió con el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance. Noyer hizo ver a Vance que las multas anunciadas tendrían “repercusiones terribles” no solo para la BNP, el mayor banco francés y el segundo de la Zona Euro, sino para todo el sistema financiero galo.

Ayer, el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, estimó que las cifras que manejan los fiscales son “desproporcionadas, nada razonables” y añadió que, si se acaba imponiendo esa sanción, “sería una decisión injusta y unilateral, y crearía un problema muy serio y muy grave a la economía francesa”.

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