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Repsol pagará un dividendo extraordinario de 1.300 millones

La compañía propondrá al consejo de administración el reparto de un euro por acción La decisión tiene lugar tras el éxito logrado al hacer efectiva la indemnización por YPF

Miguel Jiménez
El presidente de Repsol, Antonio Brufau.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau. EFE

Repsol quiere que el amargo contencioso con Argentina por YPF acabe dejando un sabor dulce en la boca de sus cientos de miles de accionistas. Por ello, la compañía propondrá al consejo de administración el pago de un dividendo extraordinario de un euro por acción con una parte de los fondos logrados como indemnización por la expropiación del 51% de la compañía argentina, tal y como ha informado en exclusiva EL PAÍS y ha confirmado después la petrolera en un comunicado remitido a la CNMV. Esa cifra equivale a 1.324 millones de euros y sigue dejando a la empresa en una cómoda situación financiera, con músculo suficiente para realizar inversiones cuando se concrete alguna de las oportunidades que ya analiza.

La decisión no se tomará hasta que se reúna el consejo de administración de la compañía este miércoles en su sesión ordinaria de cada mes, según las fuentes consultadas. El pago de un dividendo extraordinario es una operación que verían con buenos ojos los principales accionistas de la compañía, según fuentes del mercado.

Según los datos más recientes disponibles, los incluidos en el folleto continuado registrado por Repsol en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), CaixaBank controla un 11,82% del capital, por lo que le corresponderían unos 157 millones de dividendo. Al 9,3% en manos de Pemex (parte del cual lo ostenta a través de derivados) le tocarían 123 millones. El grupo constructor Sacyr recibiría unos 122 millones, y otros 83 millones irían a parar a Temasek, el fondo soberano de Singapur, por su 6,26%. El resto de accionistas se repartiría los restantes 840 millones de euros, aproximadamente.

El pago de un euro bruto por acción implica casi un 5% de rentabilidad en relación con la cotización actual de la petrolera en Bolsa, de 20,25 euros por acción. Supone en la práctica duplicar el nivel de retribución anual de la compañía. El Consejo de Repsol debe decidir el momento del pago. Una posibilidad es hacerlo coincidir con el abono del dividendo complementario del ejercicio 2013, aprobado en la junta de accionistas del pasado 28 de marzo. El abono del dividendo complementario está previsto para mediados de este año por el equivalente a 0,50 euros por acción, a cobrar en efectivo o en acciones.

Al 11,82% que posee CaixaBank le corresponderían unos 157 millones

Como complemento a la retribución de los accionistas, la junta aprobó una reducción del capital social de la compañía, mediante la adquisición de acciones propias por un máximo del 2,05% del capital, para su amortización, a través de un programa de recompra de acciones propias con una inversión máxima de 500 millones de euros.

La reforzada posición de liquidez de la empresa y su bajo nivel de endeudamiento han llevado a las agencias de calificación crediticia a mejorar su opinión sobre la compañía. También los analistas bursátiles han mejorado sus valoraciones una vez que Repsol ha conseguido hacer efectiva la indemnización por YPF.

Ha sido el éxito al lograr una indemnización por la expropiación del 51% de YPF y hacerla efectiva en metálico lo que ha permitido a la empresa plantearse ese gesto hacia los accionistas. La petrolera que preside Antonio Brufau hizo balance el viernes pasado de los fondos conseguidos en su salida de YPF. Con la venta de toda la cartera de bonos argentinos, Repsol ha obtenido unos ingresos de 4.997,2 millones de dólares (más de 3.600 millones de euros), quedando extinguida la deuda de 5.000 millones de dólares reconocida por Argentina.

Además, el ingreso total por la venta de la participación del 12,34% en YPF que no fue expropiado, ha sido de 1.311,3 millones de dólares. En total, 6.308,5 millones de dólares (algo más de 4.600 millones de euros) que refuerzan la posición financiera de Repsol y permiten a la empresa presidida por Brufau destinar algo más de la cuarta parte de esa cantidad (un 28,6%) a un pago extraordinario a sus accionistas sin dejar de lado lo que es su prioridad: realizar inversiones para el crecimiento de la empresa.

La prioridad de la compañía petrolera sigue siendo realizar inversiones para crecer

En la conferencia con analistas de presentación de los resultados del primer trimestre de este año, el director financiero de la compañía, Miguel Martínez, insistió en que la empresa exige una rentabilidad del 8% a las inversiones que acometa y en que busca oportunidades en países industrializados, miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Repsol busca activos o empresas que estén en producción y que, por tanto, puedan aportar de inmediato flujo de caja operativo.

“Si lo encontramos, iremos a por ello. Y si no, seguiremos pendientes de crecer de forma orgánica, que es lo que tenemos ahora mismo”, dijo hace unas semanas Miguel Martínez a los analistas. La empresa ha estudiado posibles oportunidades de inversión en Noruega y en Norteamérica.

En la misma presentación, al ser preguntado por la posibilidad de un dividendo extraordinario, Martínez declinó contestar y dijo que era una decisión que tenía que tomar el consejo de administración. La cita para hacerlo es este miércoles.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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