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El BBVA abandona Portugal

La entidad busca comprador para su filial, abierta hace 23 años, tras perder 133 millones en los tres últimos ejercicios. Desconfía de la rentabilidad futura del banco

Íñigo de Barrón
La sede del BBVA en Lisboa
La sede del BBVA en LisboaFrancisco Seco

La rentabilidad y el ahorro de costes son ahora las claves en el negocio bancario. Después de tres años consecutivos en pérdidas, que suman 133 millones hasta septiembre de 2013, el BBVA ha decidido poner en venta la unidad de Portugal porque no cree en su futuro o, al menos, con los niveles de rentabilidad media que exige a sus inversiones, según fuentes conocedoras del proceso. Este movimiento coincide en el tiempo con el anuncio de Barclays, que ha puesto en venta sus filiales de España, Francia, Italia y Portugal, donde tiene 147 oficinas. Los expertos creen que habrá más movimientos de este tipo en la banca europea.

Llegó a superar el centenar de oficinas, pero ahora tiene 83 sucursales

El banco llegó a Portugal en junio de 1991, cuando el BBV constituyó su primera unidad de negocio, por lo que esta decisión cierra una historia de 23 años. La entidad dijo que no comentaba “rumores del mercado”.

Para crecer, el BBVA fue comprando pequeñas unidades de bancos extranjeros que vendían sus filiales. Así se hizo con las oficinas de filial portuguesa de Lloyds Bank y, más tarde, entre 2000 y 2002 adquirió el negocio y las oficinas de Argentaria (a raíz de la fusión de las dos entidades en España) así como el de Crédit Lyonnais, Midas y la división del Banco Efisa de crédito al consumo.

Algunos analistas consultados destacan que el BBVA no llegó a comprar ninguna de las grandes entidades portuguesas, lo que le ha impedido contar con tamaño y beneficios suficientes como para rentabilizar una operación. Lo cierto es que nunca ha sido fácil adquirir alguna de las grandes entidades: la mayor es del Estado, Caixa Geral, y el resto es de origen familiar o está en manos de un pequeño grupo de accionistas de origen portugués.

Un competidor del BBVA, que pide el anonimato, comentó este miércoles que no entendía el abandono del banco ahora. “Portugal ya ha pasado lo peor, vienen momentos de crecimiento económico”, dijo.

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En los últimos ejercicios, el BBVA ha ido reduciendo su presencia en Portugal. Llegó a tener casi 150 sucursales, pero tras sucesivos cierres en 2012 tenía 87 y en diciembre pasado contaba con 83. Después de este empequeñecimiento, la unidad de Portugal representa el 0,91% de los activos totales consolidados y un 0,56% de los pasivos totales consolidados a 31 de diciembre de 2013, según la memoria de la entidad.

La situación de BBVA Portugal es peculiar porque de hecho, es la única filial que, a diferencia de BBVA Compass, BBVA Bancomer y las filiales latinoamericanas, no tiene financiación propia, sino que es la matriz de España la que le suministra la liquidez. Esta circunstancia hace más difícil conocer la situación real de las cuentas de esta filial ya que no reflejan el coste que le podría suponer financiarse en el mercado.

El BBVA incluye todo el negocio de Portugal dentro de la unidad de España y se gestiona como si fuera una territorial más. Por eso, no desglosa las cifras como las de otros países y es más difícil ver todas las cuentas.

El BBVA desarrolla cuatro negocios en Portugal. Además de la banca minorista general, tiene una gestora de fondos de pensiones, de las que una parte está en gestión de fondos para empresas y otra la de particulares.

También cuenta con una gestora de fondos de inversión, que dedica parte del patrimonio a empresas innovadoras e industriales. BBVA Leasing, constituida en diciembre de 1988, fue un departamento pionero en Portugal, que se constituyó incluso antes del establecimiento del banco. Por último, cuenta con una unidad de financiación inmobiliaria, que ha sido la que más pérdidas ha reportado. Según los datos de 2012, solo este departamento registró números rojos de 728 millones.

La filial portuguesa estaba financiada desde la matriz española

Portugal arrastra una fuerte crisis económica, que le llevó a pedir el rescate a Europa. En los últimos cinco ejercicios, el PIB portugués no ha dejado de retroceder, excepto en 2010 que registró una efímera recuperación.

Esta situación se ha reflejado directamente en la banca. Desde 2007, el sector ha tenido pérdidas en 10 trimestres, siendo los peores el cierre de 2011 y el de 2013. El año pasado, el Banco de Portugal sometió a unas fuertes pruebas de estrés a todas las entidades y les exigió altas provisiones. De esta forma, quiere evitar sorpresas negativas en los futuros test de estrés que realizará el Banco Central Europeo.

No toda la banca española está presente en Portugal. De forma directa, sólo está presente el Santander con su filial Totta, que adquirió en noviembre de 1999. El Santander logró este banco tras una complicada operación con su dueño, António Champalimaud, a través de un canje de acciones del Santander Central Hispano valoradas en 1.578 millones de euros.

El Popular adquirió en 2003 el BNC a la familia Amorim, que cuenta con un importante grupo industrial. BNC estaba enfocado en el negocio inmobiliario, aunque el Popular lo ha transformado en una entidad universal de particulares y pymes. Caixabank tiene una posición relevante en el BPI, el 25% de las acciones, que junto al Santander son los únicos con beneficios en 2013. El Sabadell participa en el Banco Comercial Portugués (BCP), donde tiene una participación en el capital.

Fuente: BBVA y prensa portuguesa
Fuente: BBVA y prensa portuguesaEL PAÍS

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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