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Jesús Sérvulo González
De la Torre advierte que la carga fiscal sobre el trabajo explica la elevada tasa de paro en España.
De la Torre advierte que la carga fiscal sobre el trabajo explica la elevada tasa de paro en España. Samuel Sánchez

Francisco de la Torre (Madrid, 1972) lleva la profesión en las venas. En 1999 sacó la primera plaza de la oposición para inspector de Hacienda. Tardó poco en convertirse en el administrador más joven de una delegación de la Agencia Tributaria de España. Con 28 años dirigía la sede de Reus. Ha sido portavoz de la organización profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), la asociación de altos cargos de la agencia. La crisis lo ha convertido en un testigo de excepción de los nuevos fraudes. Acaba de publicar un libro, ¿Hacienda somos todos? (Debate), donde trata de responder a cuestiones sobre los ingresos tributarios.

Pregunta. ¿Qué le parece la reforma de los expertos?

Respuesta. La propuesta tiene elementos positivos, como la eliminación de los módulos o establecer mínimos en el impuesto de sucesiones. Sin embargo, no es la reforma que necesita España porque no incide suficientemente en la lucha contra el fraude y, sobre todo, porque es no es equitativa.

P. ¿Hacienda somos todos?

R. La realidad es que los impuestos son complicados, pero todos los terminamos sufriendo aunque no los entendamos. Durante la crisis han proliferado muchas propuestas de salida mágicas que no están basadas en los números, sin estudios detrás. Salidas geniales de “esto se arregla bajando 30 puntos el gasto público” o aquellos que piensan que esto se arregla luchando contra el fraude de los grandes defraudadores y “de esto se sale sin esfuerzo”. Cuando se toman decisiones incorrectas al final los sacrificios son más duros.

P. Asegura que la mayor parte de los impuestos los pagan los asalariados.

La riqueza no está en la prima de riesgo, sino en el trabajo”

R. El 51% de la recaudación total procede exclusivamente de las rentas del trabajo y no de la riqueza, ni de los rendimientos del capital, ni de las actividades empresariales. No es que Hacienda no seamos todos sino que algunos somos Hacienda más que otros. La carga fiscal no está distribuida de forma equitativa ni eficiente.

P. ¿Es justo que los trabajadores tengan más impuestos que las empresas?

R. Cargar con tantos impuestos y cotizaciones sociales al trabajo hace que crear un empleo sea extremadamente caro en España. Esto lleva a que tengamos los más altos niveles de paro de la OCDE. Y tiene una consecuencia: somos todos más pobres. La riqueza no está en la prima de riesgo sino en el trabajo. Como decía Adam Smith, la riqueza de las naciones está en el trabajo de la gente que hay en ellas.

P. Con la economía sumergida que tiene España, en torno al 22% del PIB, ¿son suficientes los resultados de la Agencia Tributaria en su lucha contra el fraude?

R. Es el resultado del trabajo de más de 26.000 trabajadores públicos. En un país avanzado se consigue que los ciudadanos contribuyan voluntariamente no a través de actas o liquidaciones. Dado el nivel de fraude, que se debe medir mediante la base imponible de los impuestos, esto es el reconocimiento de un cierto fracaso. Que este dinero haya tenido que entrar por vía ejecutiva, teniendo en cuenta a lo mucho que no se puede llegar...

P. ¿Por qué no se puede llegar?

R. Por muchas razones. Porque es muy difícil llegar a paraísos fiscales, por ausencia de conciencia fiscal y fraude generalizados y porque si dedicamos menos medios que otros países vamos a obtener menos resultados en la lucha contra el fraude.

P. Piden más recursos. Pero, en esta época de crisis, ¿qué es más importante, destinar más dinero a la Agencia Tributaria o a la sanidad y la educación?

R. Creo que la inversión en la Agencia Tributaria se autofinancia. La sanidad y la educación deben, en la medida de lo posible, estar libres de los recortes. Pero si ponemos 300 o 400 millones más en la agencia y obtenemos una recaudación superior, unos 1.200 millones, este dinero adicional podría ir a educación o sanidad e impedir más recortes. Somos los últimos de la clase, a mucha distancia del penúltimo, en medios de lucha contra el fraude.

El 51% de toda la recaudación procede solo de las rentas del trabajo”

P. Dice que “el ejemplo no es la mejor forma de influir en el comportamiento de los demás sino que es la única”, como decía Einstein. Pero casos como el de Bárcenas, Nóos, Gürtel ¿contribuyen a perjudicar la conciencia fiscal?

R. Sí, sin duda. Hay dos tipos de malos ejemplos que merman la conciencia fiscal y se acaban traduciendo en peor cumplimiento de las antipáticas leyes tributarias. Uno, estos casos más espectaculares que afectan a la clase dirigente que están obligados a dar más ejemplo. Pero, también, el caso del vecino, que dice ¿con IVA o sin IVA?, o el del empresario por módulos, que lleva a su hijo a un colegio muy caro mientras declara lo mínimo y todo el mundo sabe que su restaurante va estupendamente.

P. ¿Qué merma más la conciencia fiscal, estos casos o una amnistía como la de 2012?

R. Es más perjudicial la sucesión continuada de escándalos. Pero son temas que se retroalimentan. La amnistía hace mucho daño porque algunos de los supuestos corruptos con dinero en Suiza dicen: lo he hecho todo estupendamente, pero es que no estoy al día con el fisco y me acogí a la amnistía. Está diciendo que el cumplimiento con el fisco es menos importante que otras leyes.

P. ¿Ha crecido el fraude con la crisis?

R. Desde el principio de la crisis el fraude ha aumentado. Uno puede ver cómo las bases imponibles de los principales impuestos han caído a más velocidad que el PIB y ha ocurrido con todos los impuestos y todos los años. En un primer momento hubo una huida hacía la economía sumergida y el fraude fiscal y en un segundo momento la economía sumergida también sufrió la crisis. Tenemos una recaudación que no remonta, pese a haber subido los impuestos de forma masiva.

P. Dice que el régimen de módulos es un nicho de fraude. ¿Por qué se mantiene?

R. Esa pregunta habría que hacérsela a los responsables políticos. El régimen de módulos no tiene ningún sentido. En la medida en que la gente va pagando con tarjeta de crédito esto se podría reducir y controlar. El fraude en este sector se extendió a sectores que facturan a otros empresarios, lo que supone una pérdida muy superior a toda la recaudación por módulos. Además, se convierte en un nido de facturas falsas y todo esto tiene un coste sideral.

P. ¿Tan frecuente es el fraude de las facturas falsas?

R. El número de ciudadanos que conoce lo de “¿con IVA o sin IVA?” es muy elevado, aunque el fraude pueda ser muy inferior al de las facturas falsas. Últimamente, como las facturas falsas han subido de nivel, afectando a grandes empresas y personas cercanas a la familia real, cada vez es más conocido. La conexión entre la economía sumergida y la oficial en muchos casos es una factura falsa.

P. ¿Cómo explica que haya empresas que solo pagan un 4% sobre sus beneficios?

La sucesión continuada de escándalos merma la conciencia fiscal”

R. Una parte de ellas son multinacionales que operan a través e Irlanda, Holanda u otros países, y luego se llevan el dinero a paraísos fiscales. Contra esto es muy difícil luchar. Es injusto, pero hay que ser maduros para explicarlo. Decir: “Mire, hay un sistema global que permite que una serie de empresas lo tengan más fácil que usted”. Y, como dicen los americanos, “un problema que no tiene solución es un hecho de la vida”. El problema está en que la globalización, especialmente de la tecnología, ha sido mucho más rápida que el sistema fiscal global. Además, hay un sistema de deducciones y beneficios fiscales que originaban que las grandes empresas tuvieran una carga muy limitada y eso hay que cambiarlo. Hay que precisar que las grandes empresas operan en todo el mundo y pagan donde logran los beneficios, luego el 4% es solo por el beneficio español.

P. ¿Hay trato de favor de los clubes de futbol?

R. Durante algunos años hubo una concesión de aplazamientos que no se debería haber dado a los clubes. Pero también hay un trabajo tremendo desmontando fraudes en este sector.

P. ¿Por qué los bancos tienen un tratamiento fiscal favorable?

R. Los activos fiscales diferidos (DTA, en sus siglas en inglés) son más que una cuestión fiscal. Se refiere a la reforma bancaria. Una sociedad necesita un sistema financiero, es un precio de la civilización. Salvar al sistema financiero exige, por una parte, aportar dinero y, por otra parte, dar un tratamiento fiscal especial a las entidades financieras.

P. ¿Hay independencia en la Agencia Tributaria?

R. Lo que hay que subrayar es que la ley fiscal, sea buena o mala, la aplicamos como profesionales con todo el rigor.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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