_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Derrota de los ultras

La sentencia a favor del fondo de rescate hunde la doctrina Blessing, primer gobernador del "Buba"

Xavier Vidal-Folch

Adiós al legado de Karl Blessing. Blessing fue un alto cargo del Reichsbank (adjunto al gobernador Hjalmar Schacht) y del Ministerio de Economía con Adolf Hitler.

Luego, en 1958, como primer presidente del Bundesbank (Buba) exhortó al canciller Konrad Adenauer a rechazar “cualquier plan de financiación de países europeos”. Y a negarse a toda cooperación europea que “pudiese involucrar la petición de apoyo alemán a operaciones (...) costosas”, relata Harold James en Making the monetary union, (Harvard, 2012), una joya.

El Tribunal Constitucional alemán validó el martes, rotundo, el Mecanismo de Estabilidad Europeo, o sea, el Fondo de Rescate. Y pues, la financiación solidaria para restaurar las economías de los países europeos en riesgo de quiebra: siete llaves a la herencia Blessing. Aleluya para Europa y la Alemania europea. Derrota de la armata brancaleone de 37.000 ultraderechistas, nacionalistas e izquierdistas despistados que firmaron su impugnación.

Karslruhe les da por tierra, mar y aire. Dirime que sus quejas contra el riesgo de que el Fondo erosione la competencia presupuestaria nacional son “inadmisibles”, y que las pocas admisibles son “infundadas”. Les opone una doctrina clave: el hecho de “transferir decisiones presupuestarias esenciales” a una instancia supranacional o internacional “no infringe el principio democrático”, si se hace en cuantías “razonables” y no causa “perjuicios irreparables” a las generaciones futuras. La autonomía presupuestaria nacional puede ser “restringida”, aunque “no suspendida”.

Y es el Bundestag quien debe evaluar el alcance concreto de esos requisitos en cada caso, de modo que las transferencias o garantías realizadas al Fondo, adicionales a las ya comprometidas, no pueden ser automáticas ni ilimitadas, sino sujetas a la aprobación del Parlamento. Esa condición fue aceptada por los socios y para todos los socios en una declaración interpretativa, el 27 de septiembre de 2012, así que no hay irresponsabilidad posible. De paso, Karlsruhe también valida, contra los omni-impugnantes, la reforma del Tratado de Lisboa (TFUE), que añadió a su artículo 136 la vía libre específica a ese Fondo de Rescate.

Es la sexta vez que Karslruhe resuelve litigios sobre la construcción europea. Eso, si contamos que la del 12 de septiembre pasado —en la que rehusó la medida cautelar de prohibir al presidente de la RFA la firma de la constitución del Mecanismo, y exigió que todo dinero añadido a los 190.024 millones de la cuota alemana fundacional pasase por el cedazo del Bundestag— viene a ser parte de esta. Le queda un recuelo pendiente: la decisión sobre la validez de la compra de bonos públicos por el BCE, que remitió al Tribunal de Luxemburgo en una decisión procesalmente europea pero con argumentos materiales muy contrarios: veremos. El resto, de momento, bien: Europa, 6; ultras, cero.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_