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DIÁLOGO SOCIAL

Rajoy intenta reactivar el diálogo social

El presidente del Gobierno recibe a Toxo y Méndez por cuarta vez en la legislatura Acuerdan fijar un calendario, reformar el sistema de formación y hablar de impuestos

El Gobierno está empeñado en que haya una clara diferencia entre la primera y la segunda parte de la legislatura. La primera ha sido la de la recesión, los ajustes, las subidas de impuestos, el rescate financiero, los recortes y las reformas duras unilaterales, sin pactos; para la segunda, el Ejecutivo espera la recuperación. Y con ella ganar margen —Bruselas dejaba poco— para llegar a pactos con sindicatos y empresarios, imposibles en estos dos años. Para eso, este martes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio un primer paso, convocó, junto con la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a una reunión en La Moncloa a los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y UGT, Cándido Méndez, y a los presidentes de CEOE, Juan Rosell, y Cepyme, Jesús Terciado. Del encuentro, al más puro estilo Rajoy, solo se supo al final, por un comunicado conjunto que hablaba de “una nueva etapa” en uno de sus epígrafes.

“Hemos llegado el ecuador de la legislatura y para el Gobierno empieza ser necesario el cariño”, explicaba con otras palabras uno de los asistentes, “nosotros somos proclives al diálogo, aunque hasta ahora se nos ha ninguneado bastante”. En principio, el encuentro iba a ser discreto. Báñez había convocado a sindicatos y empresarios el martes de la semana pasada. Los planes cambiaron el viernes. Empleo propuso emitir un comunicado conjunto al final de la reunión. “La fórmula nos pareció bien. No íbamos a dar boato, sin saber si había base”, explica una fuente conocedora del encuentro.

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La relación de Rajoy con los sindicatos y los empresarios no ha sido nada fácil en esta legislatura. Todas las grandes medidas laborales que ha adoptado el Gobierno (reforma laboral, recortes en prestaciones por desempleo y reforma de pensiones) han sido unilaterales. Con un diálogo escaso y atípico. En lo que va de legislatura, solo ha habido un gran pacto, el de la moderación salarial, y en él, el Gobierno no tuvo arte ni parte. Fue cosa de los agentes sociales. Ese acuerdo, firmado en enero de 2012 y que vence este año, ha sido decisivo en la devaluación interna que vive ahora España para tratar de ganar competitividad. Este martes, en la cuarta reunión con sindicatos y empresarios, el presidente Rajoy reconoció el papel de este pacto. Lo mencionó expresamente. De la reforma laboral, no hubo rastro en la exposición del presidente, explican fuentes próximas a los participantes en la cita.

Para el futuro, en materia salarial, el presidente pidió una reedición del pacto. “Me gustaría que llegarais a un acuerdo”, les dijo. No será fácil. Los sindicatos creen que es hora de que los salarios ganen poder adquisitivo para que la demanda interna tire de la economía; los empresarios piensan que todavía no es el momento, que puede que haya sectores en los que sea posible el incremento, aunque hay otros en donde lo ven imposible.

Pero no fue este el tema que más tiempo ocupó del encuentro, que comenzó a las nueve y media de la mañana y se prolongó durante poco más de dos horas. En su exposición, Rajoy, en un tono lejano al triunfalismo visto en el debate sobre el estado de la nación, desgranó las siete preocupaciones que le atosigan y aprietan la economía española: los test de estrés que el BCE hará a la banca española y cuyos resultados se conocerán en octubre; el déficit, del que está convencido de que no se va a cubrir, aunque vaya mejor; las tensiones cambiarias, por la crisis del rublo ruso; la inflación, que es muy baja; el crecimiento; el empleo neto y el precio de la electricidad, informa Miguel Ángel Noceda. Posteriormente, fijaron la agenda que, según el comunicado, les ocupará en los próximos meses y que tendrán que perfilar a partir de ahora.

En ella, ocupa un lugar destacado la reforma fiscal: “El Gobierno se ha comprometido a promover el diálogo con los agentes sociales en esta materia”. Buena parte de la conversación, calificada de “muy abierta” por otro de los participantes, versó sobre la reforma fiscal. La lucha contra el fraude y la necesidad de generar más ingresos para las arcas públicas fueron temas en los que las partes encontraron un acuerdo.

En la agenda confeccionada este martes, también aparece la reforma de la formación para el empleo, sobre la que las tres partes ya llevan varios encuentros y que será probablemente el primer punto en el que se verán frutos. Según el comunicado, se trata de “favorecer la competencia de todos los agentes, apostando por el uso eficiente y transparente de los recursos públicos”, en una clara referencia a los casos de fraude destapados en los últimos meses, como el último de ellos, el caso Aneri en Madrid.

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