Bruselas exige una nueva reforma laboral en España

España sale de la lista negra en la que la UE agrupa a los países con “desequilibrios excesivos”, una suerte de UCI económica en la que figuraba hasta ayer con la única compañía de Eslovenia. Sin embargo, pese a que el Ejecutivo comunitario valoró este miércoles que los ajustes acometidos por el Gobierno de Rajoy han logrado corregir los “desequilibrios” identificados hace un año, no quita el foco sobre los riesgos que aún se ciernen sobre la aún lánguida recuperación española. Por el momento, en un movimiento opuesto al de Italia, el peligro de sanciones desaparece del horizonte más próximo. Pero Bruselas avisa contra la autocomplacencia y pide a España “esfuerzos fiscales sostenidos” para garantizar la sostenibilidad de la deuda; también una segunda reforma laboral que vuelva a rebajar los salarios.

El departamento de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE capitaneado por el finés Olli Rehn identifica dos capítulos en los que España debe mejorar su desempeño: mercado de trabajo —pese a la reciente mejoría en los datos de afiliación a la Seguridad Social, el desempleo aún cabalga por encima del 26%—, y deuda —el conjunto de Administraciones públicas, empresas y hogares aún se mantiene en el entorno del 180%, pese a la caída del 0,6% registrada el pasado año—. En ambos casos, la Comisión destaca su potencial desestabilizador sobre el crecimiento y sobre el todavía maltrecho sector financiero.

La modulación de las recomendaciones de la Comisión para España tiene más que ver con las formas que con el fondo. Después de añadir varias referencias positivas sobre la mejora de las cifras macro españolas, ya habituales en las comparecencias públicas de los comisarios, Rehn se aplicó a fondo en el capítulo de reformas pendientes y recordó que España aún se encuentra bajo “supervisión específica” de Bruselas.

De su receta para salir del bache tampoco se atisban cambios sustanciales respecto a la revisión de 2013: consolidar y profundizar en el ajuste de salarios —que el Ejecutivo comunitario disimula bajo la fórmula de “reformas adicionales en el mercado de trabajo”— y ahondar en las exportaciones como principal fuente de crecimiento. “Hay margen para seguir mejorando la competitividad introduciendo mayor competencia en los mercados de productos y servicios y mediante la contención de los costes laborales”, subrayó Rehn este miércoles.

La sugerencia de la Comisión es explícita: el Gobierno español debe considerar retoques adicionales en el mercado de trabajo “apoyándose en los efectos positivos de las recientes reformas para la flexibilidad interna y la fijación de salarios”. Es decir, Bruselas vería con muy buenos ojos una nueva reforma laboral.

En el apartado financiero, la Comisión pone especial énfasis sobre el endeudamiento familiar, sustentado en viviendas adquiridas a precios muy superiores a los que hoy refleja el mercado inmobiliario. En concreto, Bruselas muestra su preocupación por la “influencia” que el desempleo y la merma en la renta disponible de los hogares pueda tener sobre el lento desendeudamiento, y sugiere que las familias deberían seguir el ejemplo de las empresas españolas y reducir su deuda “a un ritmo más sostenido”.