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ALIANZA PACÍFICO

La integración de la Alianza del Pacífico traspasa las fronteras comerciales

De izquierda a derecha, los presidente de Perú, Ollanta Humala; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Juan Manuel Santos, y México, Enrique Peña Nieto, miembros de la Alianza del Pacífico, firmaron el Protocolo Adicional para la liberalización de bienes, servicios e inversiones entre los Estados miembros, en el marco de la VIII Cumbre de la Alianza Pacífico, en Cartagena de Indias (Colombia).
De izquierda a derecha, los presidente de Perú, Ollanta Humala; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Juan Manuel Santos, y México, Enrique Peña Nieto, miembros de la Alianza del Pacífico, firmaron el Protocolo Adicional para la liberalización de bienes, servicios e inversiones entre los Estados miembros, en el marco de la VIII Cumbre de la Alianza Pacífico, en Cartagena de Indias (Colombia).EFE

La Alianza del Pacífico, que nació como un mecanismo de integración comercial, busca ampliar su radio de acción a asuntos políticos y sociales tras conseguir en solo dos años su meta de liberalizar el comercio entre Chile, Colombia, México y Perú, los cuatro países miembros.

La VIII Cumbre de la Alianza, que terminó el lunes en la ciudad colombiana de Cartagena con la firma de un Protocolo Adicional al Acuerdo Marco por medio del cual se eliminan los aranceles para el 92 % de los bienes y servicios que circulan en el bloque, marcó un "hito" en esa estructura propuesta en abril de 2011 en Lima y concretada en junio de 2012 en Cerro Paranal (Chile).

Pese a que falta desgravar el 8 % del comercio entre los cuatro países, lo que se hará gradualmente en los próximos años, distintas autoridades consideran que se han cumplido "con creces" y en un tiempo récord los objetivos que llevaron a la creación de la Alianza y que es hora de ampliar y profundizar ese mecanismo de integración.

Además de la libre circulación de bienes, servicios y capitales, la Alianza ya ha conseguido avances en la libre circulación de personas mediante la supresión de visados de turista entre sus miembros, una exigencia que tenía México para los nacionales de Perú y Colombia.

Perú, por su parte, eliminó la exigencia de visado de negocios para los tres países socios.

En la Cumbre de Cartagena los cuatro cancilleres firmaron además un acuerdo de cooperación consular para dar asistencia a los ciudadanos de los Estados miembros en terceros países, iniciativa que entrará en vigor en 30 días.

Esto encaja dentro de la política de cooperación e integración de la Alianza en materia diplomática, que se ha concretado en el uso compartido de embajadas en varios países.

Los cuatro comparten la de Ghana, mientras que Colombia y Chile, que ya habían pactado hacer lo mismo en Marruecos y Argelia, acordaron en Cartagena que también lo harán en Azerbaiyán y en la representación ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París.

El modelo de las embajadas compartidas será aplicado también por Colombia y México en Singapur, así como en Vietnam, donde lo harán Colombia y Perú.

"Nuestra determinación de avanzar hacia la integración profunda, de ser mucho más que un tratado de libre comercio, se ha traducido en acciones y decisiones que están impactando positivamente las vidas de nuestros ciudadanos", dijo en Cartagena el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

También en la cumbre que acaba de terminar, los cuatro países incluyeron en el protocolo adicional el inicio de un proceso de intercambio de información y homologación de sistemas para el control de los precios de los medicamentos.

El objetivo de esa medida es poder bajar el costo de los medicamentos que pagan los ciudadanos, algo que tendrá un impacto directo en el bolsillo de los usuarios de los sistemas de salud.

La integración amplia que buscan los países miembros se extiende también al campo de la educación con una plataforma de movilidad académica y estudiantil que otorga becas a estudiantes que cursan estudios en cualquier otro país miembro.

Este matiz social que quieren darle los países miembros a una Alianza que nació como una expresión del libre comercio puede quebrar las resistencias que el bloque todavía encuentra en algunos sectores que ven en la iniciativa un interés puramente económico y empresarial.

El toque social de la Alianza puede ser fundamental para que mantenga su dinámica integracionista en momentos en que se avecina un cambio de Gobierno en Chile, donde el 11 de marzo asumirá la presidenta electa Michelle Bachelet, en teoría menos afecta al libre mercado que el mandatario saliente, Sebastián Piñera.

El presidente peruano, Ollanta Humala, dijo el lunes en Cartagena que la Alianza del Pacífico es un "proyecto ambicioso" y que aunque se han hecho grandes progresos en lo comercial, falta lo más difícil, que es poner en práctica lo pactado.

En cualquier caso, el hecho de que 29 países de cinco continentes ya hayan sido admitidos como observadores y que uno más, Costa Rica, haya firmado en Cartagena la declaración para iniciar el proceso de adhesión como miembro pleno indica que la Alianza del Pacífico es una iniciativa bien encauzada que, como dijo Santos, se ha convertido en "la niña bonita" que muchos quieren cortejar.

Jaime Ortega Carrascal

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