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El abogado extremeño que retó al BCE

Isaac Ibáñez ha intentado que el organismo publique la carta que envió a Zapatero y que éste sí difundió en sus memorias. El letrado acaba de recibir su segundo "no".

Carmen Pérez-Lanzac
El abogado Isaac Sánchez con la documentación remitida por el BCE
El abogado Isaac Sánchez con la documentación remitida por el BCEANDY SÓLE

Isaac Ibáñez, un abogado tardío (empezó a estudiar Derecho a los 35 años), ha intentado en dos ocasiones que el Banco Central Europeo (BCE) publique la carta que envió a José Luis Rodríguez Zapatero en verano de 2011, en plena escalada de la prima de riesgo. Esta semana ha obtenido su segundo “no”.

El Banco central Europeo no hará público documentos que conciernan su comunicación con los Estados. Es el mensaje de la institución que ha vuelto a recibir Ibáñez. En septiembre de 2011 pidió una copia de la carta que enviaron al entonces presidente Rodríguez Zapatero, y que provocó la modificación de la Constitución española sin referéndum y tras pacto entre el PSOE y el PP (el cambio aprobado, que entra en vigor en 2020, marca que el déficit público estructural no supere el 0,4% del PIB y que la deuda pública no esté por encima del 60% del PIB, un objetivo incumplible).

Entonces el BCE contestó que no podían darle copia de un asunto “que era máximo secreto”, según Ibáñez, y que de hacerlo socavarían sus relaciones con los gobiernos nacionales. Ibáñez no se quedó conforme con la respuesta y recurrió al Defensor del Pueblo Europeo.

Dos juristas de la oficina se desplazaron a Frankfort, puesto que —al ser secreta— la carta no se podía sacar del edificio. Tras verla escribieron al abogado explicándo que en la misiva no se hacía referencia directa a la modificación de la Constitución.

Dos años más tarde, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, publicaba el texto enviado por del BCE, que se añadía como un anexo a su libro El dilema. 600 días de vértigo. Zapatero, que no respondió a Mariano Rajoy cuando este le pidió en las Cortes que hiciera público el documento, dijo que haberlo hecho habría supuesto un “riesgo a la estabilidad". “Zapatero no ha mentido nunca en el Parlamento, nunca dijo si tenía o no la carta del BCE”, afirmaba quien fue su jefe de Gabinete, José Enrique Serrano.

Ibáñez, un defensor del acceso a documentos públicos, contaba a EL PAÍS su descontento por la publicación de la carta por parte del presidente sin seguir los trámites marcados para cualquier ciudadano (“Si no los sacó entonces no tiene por qué sacarlos ahora a su antojo. Y si los quiere, tendría que seguir el mismo procedimiento que seguí yo”).

Buscando una carta

5 de agosto 2011. Trichet, entonces director del BCE, manda a los presidentes de Italia y España consejos para frenar la escalada de la prima de riesgo.

23 de agosto 2011. PSOE y PP pactan reformar la Constitución. Mariano Rajoy pide a Zapatero que explique el contenido de la carta. Este no contesta a la pregunta.

5 de septiembre 2011. Isaac Ibáñez escribe al BCE pidiendo copia de la carta que supuestamente Trichet habría escrito a Zapatero.

29 de septiembre de 2011. El Corriere de la Sera publica la misiva del BCE a Berlusconi.

4 de octubre 2011. Ibáñez pide ayuda al Defensor del Pueblo Europeo.

19 julio 2012. Ibáñez recibe la respuesta del Defensor del Pueblo Europeo.

Noviembre 2013. Zapatero publica la carta del BCE en su libro El dilema.

29 de noviembre 2013. Ibáñez vuelve a escribir al BCE solicitando copia de la carta ya publicada por Zapatero.

Enero 2014. El Banco Central Europeo se niega de nuevo a publicar la carta.

Ibáñez decidía entonces escribir de nuevo al BCE y pedir la carta ya hecha pública por Zapatero. “Dicha carta debe ser objeto de acceso dado que parece haber sido hecha pública por el expresidente del Gobierno español, señor Rodríguez Zapatero, a través de su reciente libro de Memorias. La misma, también ha sido reproducida en la prensa”, escribe Ibáñez en su solicitud. “El que suscribe quiere acceder a ella de forma oficial o, en su defecto, que por ese Banco Central se le confirme que lo reproducido en la prensa concuerda con lo remitido en su día por esa institución”.

En su respuesta, remitida el pasado 7 de enero, la institución reconoce que la carta ya es de dominio público, ya que “ha sido divulgada por el expresidente”. A continuación hacen un resumen de la carta: “Como sabe, en esta carta confidencial se tratan cuestiones relativas a políticas fiscales, estructurales y del sector financiero en el contexto del programa de ajuste de España. En particular, se exponen medidas orientadas a asegurar una corrección ordenada de los desequilibrios macroeconómicos, fiscales y financieros, que deberían favorecer un entorno que contribuya en última instancia a reestablecer la confianza de los inversores en la sostenibilidad de las financias (sic) públicas, la estabilidad del sector financiero y las perspectivas generales de crecimiento de la economía española”, dice la institución. Y continúa:“Estas medidas eran, por tanto, esenciales no solo para contribuir a la estabilidad financiera, sino también para apoyar el funcionamiento fluido del mecanismo de transmisión de la política monetaria, cuya importancia es capital para la integridad y eficacia de la política monetaria y para que el BCE pueda cumplir su mandato de manera creíble ante los ciudadanos de la zona del euro y en el interés superior de estos”.

A continuación, la institución informa de que tras consultar —como dictan sus normas internas— “a las autoridades españolas sobre la posible divulgación oficial del documento solicitado", han concluido "de común acuerdo” no publicar la carta por estar protegida.

A continuación justifican la negativa: “Es fundamental que el BCE pueda mantener un intercambio de opiniones franco y oportuno con las autoridades europeas y nacionales de la zona de la manera que estime más eficaz para servir al interés público. Es en interés superior del público que la que la eficacia de ese intercambio de opiniones confidencial no se vea menoscabada por las perspectiva de la divulgación. De lo contrario, la capacidad del BCE para cumplir eficazmente su mandato de política monetaria se vería comprometida y su capacidad para contribuir de manera eficaz a la estabilidad financiera se vería debilitada, lo que contrasta con el interés público”.

El BCE termina su carta lanzando un dardo a Zapatero: “En la decisión de no divulgar la carta también ha pesado el hecho de que fue publicada sin la autorización del BCE ni de las autoridades españolas. Conceder acceso público a documentos confidenciales en razón de que se hayan hecho públicos sin la autorización ni el consentimiento previos de las partes interesadas sentaría un precedente por el cual la institución se vería obligada a aprobar ex post la divulgación de esos documentos”.

“La decisión actual del Banco Central supone un acto de honestidad respecto a su decisión anterior de no revelar el contenido íntegro de la carta por las razones aducidas en su día que vuelve a repetir ahora”, dice el abogado extremeño de la carta recibida. “No quiere sentar un precedente derivado de una anomalía como es la publicación de un documento fuera de los cauces legales”, termina.

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Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

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