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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Grecia, al mando

Los avances hacia la unión bancaria serán lo más importante para la recuperación de la eurozona

La llegada del nuevo año supone también el inicio del nuevo semestre en la Unión Europea, que a partir de esta semana será presidida por Grecia. Las prioridades de la presidencia griega las definirá el presidente Antonis Samaras en el Parlamento Europeo el próximo día 15, pero de los temas que se esperan en la agenda de política económica (además del desempleo juvenil, la inmigración ilegal o la política marítima, asuntos que interesan especialmente a Grecia) quizá el más importante para la recuperación de la eurozona en 2014 son los avances hacia la unión bancaria, que debería ayudar a restaurar los flujos financieros y reparar la fragmentación que todavía persiste dentro de la unión monetaria.

El acuerdo de la última cumbre europea sobre el mecanismo y fondo de resolución común bancaria está lejos de ser un paso rápido que restaure la confianza en el sistema, pero sí supone un avance importante que deberá ser negociado entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos antes de que este último cierre sus puertas en primavera. El acuerdo final, junto con los exámenes de los balances bancarios y los ejercicios de estrés previos al inicio de la supervisión única por parte del BCE en noviembre de 2014, son quizá los retos más importantes de la política económica europea en la primera mitad del año, donde lo importante es que dé lugar a un mapa bancario recapitalizado y transparente, y que no se produzcan sustos por el camino.

Más allá de la unión bancaria, la recuperación en la eurozona debería asentarse lentamente gracias a un entorno exterior algo más favorable (sin excesos), a una política monetaria laxa (sin haber llegado a los niveles de la Reserva Federal) y a una política fiscal menos austera (pero todavía contractiva).

Otra piedra en el camino en el nuevo semestre europeo afecta directamente a Grecia y puede ser una fuente de conflictos. Tanto Portugal como Grecia quieren volver a los mercados de financiación internacional en 2014. El caso de Portugal aún presenta dudas, pero en el de Grecia es mucho más difícil, y muy probablemente necesitará una nueva reestructuración de su deuda, ahora casi completamente en manos de organismos oficiales (instituciones y Gobiernos europeos, sobre todo). Las posturas, de momento, están enfrentadas: Alemania rechaza de momento cualquier tipo de reestructuración adicional, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que será necesaria para hacer la deuda sostenible, y el propio primer ministro griego ha pedido mejores condiciones para su deuda a partir de abril, cuando se confirme oficialmente que Grecia tiene ya superávit fiscal primario, lo que implica que puede financiar su presupuesto si deja de pagar su deuda. Esto eleva el poder de negociación de su Gobierno, que considera que los ajustes hechos, tanto fiscales como externos, son ya muy elevados, y que de hecho ha aprobado un presupuesto para 2014 sin el acuerdo de la troika. Todo ello, en un contexto político en el que el Gobierno griego tiene una mayoría exigua, y con unas elecciones europeas en las que muchos querrán expresar su descontento, puede generar bastante ruido en los próximos meses.

Miguel Jiménez González-Anleo es economista jefe para Europa en BBVA Research.

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