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El colapso de una subasta perversa

Desde 2009, el sistema que fija el precio de la luz ha resultado el 82% de las veces por encima del mercado, lo que ha costado cientos de millones a los consumidores

Un operario repara una torreta eléctrica.
Un operario repara una torreta eléctrica. EFE

El capitán Renault está en el café de Rick, en Casablanca.

 —Estoy escandalizado de descubrir que en este local se juega.

—Sus ganancias, señor.

—Gracias. Todo el mundo fuera.

La sucesión de escándalos sobre la subasta eléctrica —conocida en la jerga como Cesur— recuerda esa escena de la película.Porque que la Cesur eleva el precio de la luz no es ningún secreto. No lo ha sido desde que en junio de 2009 el Gobierno del PSOE estableció que esta subasta fijaría la Tarifa de Último Recurso (TUR), la que marca el precio de la luz para 19 millones de consumidores cada tres meses.

Los Gobiernos de PSOE y PP han ignorado los avisos sobre la Cesur

El mecanismo nace para que los hogares no estén expuestos a los vaivenes de mercado. Se buscaba que la luz costase lo mismo durante un temporal de frío o en un periodo especialmente lluvioso. Así, el Ejecutivo creó una subasta virtual, en la que no se puja por la energía sino por el precio. Allí, bancos, fondos de inversión, empresas y otros intermediarios fijan un precio al que se comprometen a suministrar la electricidad. Luego la comprarán en el mercado diario, que sí fluctúa, y se lo venderán a las comercializadoras, que son divisiones de las grandes eléctricas, al precio que fija la subasta. Estas filiales, a su vez, la trasladan a los consumidores a ese precio.

Es decir, los intermediarios apuestan sobre cuánto va a valer la electricidad el próximo trimestre y ese es el precio que pagan los españoles. Si después el mercado eléctrico diario resulta más bajo que lo que marcó la subasta (porque ha habido mucho viento, lluvia, tiempo benigno...), los intermediarios ganan; si el mercado da precios más altos, pierden.

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“Se trataba de que el precio no lo fijaran solo las eléctricas, sino que entrara más gente para que no se manipulara. Esos fondos pueden que ganen algo, pero se pensó que sería peor si el precio lo marcaban las eléctricas, que son las que la generan”, dice una fuente que trabajó en Industria.

La electricidad de los hogares se convirtió así en un producto financiero. Visto con perspectiva, ya se sabe quién ganó. De los 18 trimestres con subasta, 16 han acabado con beneficios para los intermediarios (entre los que están Morgan Stanley, Goldman Sachs, Royal Bank of Scotland y Deutsche Bank). De media, la diferencia entre el mercado al que compraban la electricidad y el precio al que pagaban los consumidores ha sido del 17%, según los datos de la web del OMIE, la empresa que organiza la subasta. Eso supone un sobreprecio que ronda el 6% en el total del recibo.

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El máximo se dio en abril pasado, cuando la subasta Cesur había dado un precio de 45,41 euros por megavatio hora (MWh). Con la demanda hundida por la Semana Santa y en un mes ventoso y lluvioso, la media del mercado eléctrico fue de solo 18,17. Es decir, que esos traders compraron a menos de 20 y vendieron a 45 euros a las comercializadoras, que a su vez la vendían a ese precio a los consumidores. De los 53 meses desde que se instauró la Cesur, solo 10 han dado precios por debajo del mercado (ver gráfico).

“Que la Cesur era inflacionista lo sabía todo el mundo. Es un fenómeno conocido y se da en este tipo de mercados, porque los intermediarios ponen una prima de riesgo como cobertura financiera para no perder dinero”, explica Natalia Fabra, profesora de Economía de la Universidad Calos III. Jorge Fabra, su padre y durante años consejero de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), alertó desde el inicio en votos particulares de que este sistema encarecía la luz: “Habría sido mejor para los consumidores comprar en el mercado diario, a pesar de que este también encarece los costes del suministro”. Estos estiman que el sistema de subastas Cesur ha supuesto alrededor de 1.000 millones al año de sobreprecio para los hogares.

Soria anuncia que el nuevo sistema estará basado en subastas mensuales

Jorge Morales, consultor y productor fotovoltaico, cree que la idea de que no fijaran el precio las eléctricas era buena, pero estuvo mal ejecutada: “Es malo que sea un mercado financiero el que fije el precio de la luz, pero España hizo algo peor: dejó que lo hiciera un mercado financiero a partir de un mercado en el que más del 70% de la compraventa está concentrada en tres empresas”, en alusión a las eléctricas.

El sistema se desbordó en la última Cesur, que fijó un precio de 61,83 euros por MWh, un 29,95% más que el marcado tres meses antes. Es cierto que hay un componente estacional, ya que en invierno la luz es algo más cara que el resto del año. Pero hubo mucho más.

Los intermediarios habían perdido en el trimestre anterior, por segunda vez en cuatro años, y fueron más cautos. Además, el mercado diario comenzó a registrar precios altísimos en cuanto el Gobierno dijo que no pondría los 3.600 millones que había comprometido este año para atajar el déficit de tarifa. Hacienda retiró el dinero en una enmienda en el Senado que se conoció el viernes, 29 de noviembre. El lunes, 2 de diciembre, el precio del mercado alcanzó 100 euros por MWh, un 50% más que el viernes.

Las eléctricas esgrimieron que había un anticiclón que dejaba mucho frío y poco viento. Además, las nucleares de Almaraz II y Vandellòs II estaban paradas por recarga y en los días siguientes Trillo y Vandellòs II tuvieron paradas no previstas por averías [que el Consejo de Seguridad Nuclear considera que están justificadas]. También bajó la producción hidráulica pese a que los embalses estaban al 63,5% de su capacidad frente a un 49,5% un año antes.

Expertos estiman que han causado un sobrecoste anual de 1.000 millones

Aunque eran factores coyunturales, el mercado de futuros subió ese día de 51 a 61 euros. “Los agentes apostaban porque había algún tipo de manipulación en los precios que podría mantenerse en el tiempo”, señala Morales.Con estos antecedentes, el Gobierno no suspendió la subasta del 19, donde reventó el sistema al dar una subida de la Cesur del 29% para el primer trimestre de 2014, lo que supondría subir el recibo un 11% (ya que la subasta solo marca un 44% del total).

Las eléctricas han insistido en que no hubo manipulación en y las fuentes consultadas insisten en que si la hubo fue en los días previos cuando se infló el mercado eléctrico, lo que ayudó a que subiera la Cesur.

Que no es ninguna novedad lo reconoció ayer el ministro de Industria, José Manuel Soria. “Desde hace algún tiempo, la antigua CNE venía sugiriendo que la subasta eléctrica trimestral se cambiara por un sistema de subastas sucesivas”, declaró. Y avanzó que el Gobierno trabaja sobre la alternativa de convocarlas de forma mensual o solapada en el futuro. Al reducir el periodo se reduce la incertidumbre y se supone que la diferencia de precio entre la subasta y el mercado será menor.

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