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Alemania afila el acero

ThyssenKrupp recorta las expectativas de Acerinox y refuerza las de ArcelorMittal

Un trabajador en una de las factorías Arcelor Mittal en Ostrava.
Un trabajador en una de las factorías Arcelor Mittal en Ostrava.VLADIMIR WEISS (BLOOMBERG)

Entre el paraíso perdido y el dulce hogar de Alabama. Dos operaciones corporativas de ThyssenKrupp han agitado en las últimas semanas el mercado mundial del acero, agrietado por la profundidad y duración de la actual crisis, y han hecho mella en las expectativas —que no en los resultados, que ya eran malos— de las dos grandes siderúrgicas que cotizan en Bolsa española: Acerinox y ArcelorMittal.

La primera ha recibido como un jarro de agua fría el retorno al sobredimensionado club europeo de productores de acero inoxidable del grupo alemán a los pocos meses de haberlo abandonado.

La segunda ha vuelto a engordar su elevada deuda con la adquisición, en alianza al 50% con la japonesa Nippon Steel & Sumitomo Metal, de la fábrica del gigante alemán en EE UU, aunque el precio pactado no haya sido malo.

En ambos casos llueve sobre mojado. Han mejorado sus resultados en los nueve primeros meses de este año, pero siguen contabilizando grandes pérdidas en el caso de ArcelorMittal (976 millones de euros, frente a 338 millones de ganancias en igual periodo de 2012) o magros y menguantes beneficios (7,3 millones de euros y un recorte de casi el 16% en los resultados de Acerinox).

Los elevados costes de la electricidad que soportan ambas en sus plantras españolas castigan sus resultados y en el caso de alguna instalación concreta han contribuido a su cierre.

A la vuelta del verano, sin embargo, mejoraron sus expectativas a ojos de numerosos analistas por la evolución de sus negocios y del marco económico. Si los signos de mejora que se aprecian en EE UU y Europa se consolidan en los próximos meses, argumentaron los expertos, Arcelor y Acerinox, por su diversificación y por el carácter cíclico de sus negocios, estarán entre los grupos más beneficiados por la nueva situación.

Acerinox, que registró entre enero y septiembre una caída del 13,6% en sus ventas (3.038 millones) y de más del 10% en su resultado bruto de explotación (156,6 millones) por la caída de los precios del níquel (un 9,3% en el tercer trimestre con respecto al segundo) y de la demanda de los distribuidores, apunta como signo de esperanza, sin embargo, la evolución reciente del mercado.

En los últimos meses ha habido una leve recuperación del consumo de acero inoxidable en Europa, que hasta septiembre creció un 1,1%; un incremento más vigoroso, del 4%, en EE UU, y un sostenido ritmo de crecimiento en Asia y, sobre todo, en China.

Los responsables de Acerinox adelantaron en octubre a los analistas que esperaban una generación positiva de caja en el cuarto trimestre y acometer con ello recortes adicionales a su deuda.

Quitando hierro a los resultados

Acerinox, que acaba de hacerse con un contrato de suministro de barras para un gran proyecto de infraestructuras de transporte en Alberta (Canadá), asegura que el pasado julio ha marcado un punto de inflexión en sus resultados. Destaca, además, que su capital circulante y su deuda financiera neta (840 millones) se han reducido a 30 de septiembre en 447 millones y 253 millones respecto a igual periodo de 2012.

Y señala que la mejoría que ha registrado en su margen de ebitda se debe al impacto positivo de su Plan de Excelencia III 2013-2014, que ya ha logrado el 60% de sus objetivos y que supone un ahorro de costes recurrente anual de 36 millones de euros.

El otro grupo siderúrgico, ArcelorMittal, registró al cierre del tercer trimestre pérdidas por importe neto de 143 millones de euros, lo que supone una mejora del 70,4% respecto al mismo periodo de 2012. Su cifra de negocio alcanzó entre julio y septiembre los 14.550 millones de euros, con un recorte del 0,4%, y su ebitda creció un 18,5% hasta situarse en 1.269 millones de euros.

La multinacional logró reducir en el tercer trimestre un 22,3% las cargas por impagos, hasta 75 millones de euros, mientras que asumió depreciaciones por unos 841 millones de euros, en línea con el dato del año anterior. Su deuda neta a 30 de setiembre alcanzaba los 17.800 millones de dólares (13.185 millones de euros), un 9,8% más que en el trimestre anterior.

La consolidación del sector europeo del acero inoxidable y el recorte de su capacidad productiva eran uno de los pilares del incipiente optimismo de Acerinox.

Sin embargo, y como han titulado en uno de sus informes sobre Acerinox los analistas de Banco Sabadell: “Sin Terni no hay paraíso”. Tras la compra de la italiana Terni por Thyssen (su anterior dueño) a Outokumpu (su anterior comprador) se ha perdido, según estos expertos, una importante oportunidad de concentración empresarial en Europa que hubiera permitido plantearse un mejor escenario de precios y rentabilidad. Ahora, tras lo acontecido, recomiendan a sus clientes la venta de este valor.

Al mercado no le ha gustado que Outokumpu haya vendido Terni a ThyssenKrupp y no a Aperam, dicen los expertos de Metagestión, y subrayan que esta operación provoca una mayor oferta, ya que antes de producirse había tres jugadores principales en el sector y ahora son cuatro.

La venta de Terni y de VDM a Thyssen a cambio de la cancelación de un crédito que mantenía el vendedor, Outokumpu, con el grupo alemán por 1.200 millones de euros y para cumplir además con las condiciones impuestas por las autoridades europeas de la competencia para dar el visto bueno a la fusión prevista del grupo nórdico con Inox, es una mala noticia para Acerinox y para su sector, dicen en Ahorro Corporación.

JP Morgan incluye a Acerinox, y es la única compañía española en una reciente lista de valores a evitar por los inversores en 2014 porque considera que la demanda de acero se va a estancar en Europa, lo que unido a otros factores puede deprimir el precio de este producto, y porque su revalorización en Bolsa ya recogía en octubre y noviembre, en su opinión, mejoras significativas de su ebitda en el año próximo.

En la otra gran siderúrgica cotizada en España, las últimas pérdidas pesan menos sobre sus expectativas. “Hemos dejado atrás el suelo del ciclo y espero que el ebitda en la segunda mitad (del año), cuyos datos suelen ser comparablemente más débiles, sea al menos igual que en la primera”, ha señalado Lakshmi N. Mittal, presidente y consejero delegado de ArcelorMittal. Aunque las condiciones siguen difíciles, están mejorando, y somos “cautelosamente optimistas en relación con 2014”, añadió.

Los analistas, que en muchos casos han visto mejores resultados (o menos malos) al término de septiembre de los que ellos preveían en Arcelor, han elevado el precio objetivo y las recomendaciones que otorgan al valor.

Expertos de Renta 4, por ejemplo, dicen que los resultados del tercer trimestre de Arcelor “superaron las previsiones del consenso a nivel operativo y cumplieron en pérdidas netas”. Los analistas de Credit Suisse subrayan, por su parte, que “después de más o menos tres años de bajadas de beneficios, aparece ahora, por fin, una mejora”.

ArcelorMittal “tiene un gran margen para mejorar los resultados a medida que el entorno macro vaya recuperándose poco a poco”, señalan en Bankia Bolsa.

Para Moody’s, World Steel Association y Banco Santander, esta siderúrgica puede ser la compañía más beneficiada por la mejoría que prevén en el sector del acero europeo.

El grupo con sede en Luxemburgo, que vendió en octubre por 267 millones de dólares un 6,64% de su participación en la empresa turca Erdemir y que anunció en noviembre la reapertura de su tercer alto horno en Brasil (cerrado hace un año) debido al mejor tono de la demanda de acero tanto en EE UU como en Europa, ha recibido también los parabienes de muchos analistas a su recientísima adquisición de la planta estadounidense de ThyssenKrupp.

“Sweet home Alabama”, simulan entonar los analistas de Credit Suisse, en una nota sobre la adquisición, a través de una joint venture constituida al 50% con Nippon Steel & Sumitono Metal, de la totalidad de las acciones de la división estadounidense de ThyssenKrupp, TK Steel USA, por 1.550 millones de dólares (unos 1.100 millones de euros).

Se trata de una planta de procesado de acero situada en Calvert (Alabama), con una capacidad total de 5,3 millones de toneladas, incluyendo laminados en caliente y frío, acero inoxidable y líneas de acabado. “Reconocemos que Calvert es deficitaria y lo seguirá siendo este año y el próximo, pero su rentabilidad mejorará sustancialmente durante los próximos dos ejercicios”, explican los analistas de Credit Suisse.

“Valoramos favorablemente que la compra” de la planta de Alabama se haya cerrado a un precio situado en la parte baja del rango previsto (1.500/2.000 millones de dólares)”, señalan analistas de Renta 4, “y que se haya realizado a través de una joint venture, lo que permite que el impacto en la deuda sea reducido”.

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