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Hacienda exige 122 millones a una multinacional holandesa por fraude

La inspección ha levantado actas al grupo de Marcilla, Hornimans y Natreen

Cristina Delgado

La Agencia Tributaria española reclama a la matriz del café Marcilla o el té Hornimans, la holandesa Douwe Egberts Coffe & Tea Southern Europe, un total de 122 millones de euros en concepto de impuestos atrasados, intereses de demora y dos multas millonarias por fraude fiscal. Hacienda llevó a cabo dos investigaciones fiscales sobre las cuentas de la empresa, antes parte del conglomerado Sara Lee. Las pesquisas, que abarcan los ejercicios de entre 2003 y 2009, consideran que la compañía dedujo indebidamente gastos financieros que le permitieron sortear pagos millonarios en su factura con el fisco español. La multinacional batalla en los tribunales contra la decisión española, porque sostiene que tenía derecho a las deducciones.

La primera investigación, que comenzó en 2007 y se llevó a cabo sobre las cuentas de 2003 a 2005, concluyó que la compañía había evitado pagar 50,5 millones de euros del impuesto de sociedades. Además, la Agencia Tributaria le exigía 14 millones en concepto de intereses por esa deuda y le impuso una multa de un millón de euros. Debía pagar también otros 373.000 euros para regularizar sus pagos de IVA. La compañía recurrió los pagos de esos impuestos, primero ante el Tribunal Económico Administrativo Central, y después ante la Audiencia Nacional, donde sigue pendiente de sentencia.

En cuanto a la segunda investigación, hace referencia a los ejercicios de 2005 a 2009. De nuevo, la Agencia Tributaria acusó a la compañía de evitar el pago de impuestos multimillonarios en España. Le reclamó en total 39,7 millones de euros por el impuesto de sociedades y otros 8,9 millones en intereses de demora. Además, según consta en el informe de auditoría de sus cuentas de 2012, la firma PwC recuerda que en mayo de 2013 la compañía recibió la resolución del segundo expediente sancionador, que le impone una nueva multa económica, en este caso, de 7,7 millones de euros. Douwe Egberts Coffe & Tea Southern Europe también ha recurrido estos pagos.

La multinacional batalla en los tribunales contra la decisión española

La compañía presentó en 2010 avales frente a Hacienda por los 64 millones de euros correspondientes a la primera inspección y pagó en 2012 los 48,6 millones reclamados en la segunda investigación. Aun así, mantiene su pelea en los juzgados. Un portavoz de la empresa explica que el caso hace referencia a las deducciones que la empresa aplicó por haber creado en Barcelona la oficina regional para todo el sur de Europa. Al abrir esta sede en España, trasladó a este país las sociedades de los países vecinos, lo que supuso una carga económica importante, para lo que pidió un préstamo intergrupo. La compañía consideró que esa carga financiera podía deducírsela del impuesto de sociedades, igual que el alquiler del edificio que arrendó en Barcelona para sus trabajadores. Hacienda, sin embargo, pone en duda esa operación y le exige 122 millones de euros. La compañía se muestra confiada en que finalmente podrá defender su derecho a estas deducciones y está dispuesta a llegar al Supremo.

No es la primera vez que la multinacional holandesa batalla con Hacienda por el pago de impuestos en España. En 1997 ya sufrió una inspección fiscal sobre la contabilidad de entre 1990 y 1993. La sociedad peleó hasta el Tribunal Supremo, pero finalmente tuvo que pagar 11,3 millones de euros por irregularidades, también en el impuesto de sociedades.

Y España no es el único país que tiene a la empresa bajo la lupa. Según el informe de gestión de 2012, mantienen también litigios con el fisco francés, que inspeccionó sus cuentas de 2008 a 2012. La filial gala de la multinacional ha acordado pagar para regularizar su situación 1,7 millones de euros en total, aunque parte de la negociación sigue en curso.

No es la primera vez que la multinacional holandesa batalla con Hacienda por el pago de impuestos en España

La organización societaria de la antigua empresa de consumo Sara Lee parece hoy un laberinto. La compañía, compuesta por distintas familias de productos, ha sufrido continuas mutaciones desde los noventa. Divisiones que cambiaron de manos, marcas que pasaron a la competencia y escisiones. En 2011, el gigante estadounidense Sara Lee se partió en dos. Una de esas mitades, que aglutinaba marcas de infusiones y cafés, acabó tomando el nombre de una de sus filiales, la holandesa Douwe Egberts Master Blenders 1753, especialista en este sector. Los negocios de Marcilla y Hornimas quedaron primero bajo el paraguas de la sociedad llamada Sara Lee Southern Europe, que ahora ha cambiado su denominación social a Douwe Egberts Coffe & Tea Southern Europe.

Al margen de sus problemas con el fisco, la matriz de Marcilla tiene abierta otra brecha en los tribunales españoles: la compañía reconoce en su informe de 2012 que el 21 de diciembre de 2011 fue demandada por Nestlé, por vulnerar sus patentes de cápsulas de café, ya que Marcilla comercializa monodosis compatible con cafeteras de Nestlé.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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