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Draghi prevé menos inflación y una leve mejora en el crecimiento económico

El BCE deja los tipos en el 0,25% y aplaza las nuevas medidas de estímulo Los economistas del BCE pronostican una subida de precios del 1,1% en 2014

El presidente del BCE, Mario Draghi, en Fráncfort.
El presidente del BCE, Mario Draghi, en Fráncfort.KAI PFAFFENBACH (REUTERS)

El Banco Central Europeo (BCE) ha corregido a la baja sus previsiones de inflación en la eurozona hasta 2015. Para el año que empieza, los economistas del banco emisor pronostican un encarecimiento del 1,1%, muy por debajo de la tasa de menos del 2% que consideran idónea. Calculan que la inflación se quedará en el 1,4% este año y que en 2015 solo llegará al 1,3%. El presidente de la entidad, el italiano Mario Draghi, ha dicho en su rueda de prensa en Fráncfort que estamos ante “una fase extensa de inflación reducida”. Ha aclarado que el Consejo de Gobierno del BCE es “consciente de los riesgos que entrañan” los periodos prolongados sin inflación. El mes pasado, el banco de bancos europeo redujo por sorpresa los tipos de interés al mínimo histórico del 0,25%, donde permanecen inalterados. Siguiendo la nueva política de comunicación anunciada en verano, Draghi ha dicho sin ambages que los tipos se mantendrán bajos “por un periodo prolongado”.

Para 2014, Draghi ha corregido las previsiones de crecimiento en una décima, hasta el 1,1% del producto interior bruto (PIB). Para 2015, los economistas del BCE esperan que el PIB europeo crezca un 1,5%. La baja inflación y el tímido crecimiento pronosticados sugieren que el BCE mantendrá su política monetaria expansiva, aunque Draghi no ha dado señales de preparar medidas más ambiciosas.

Ha hablado Draghi de tímidos signos de recuperación, pero ha asegurado que el BCE está alerta y dispuesto a combatir la crisis. “Estamos preparados y somos capaces de actuar”, ha afirmado. Según ha explicado, los 23 banqueros del Consejo debatieron la posibilidad de pedir intereses a los bancos que depositen capital en el BCE.

Pero esta discusión, según ha zanjado Draghi ante los periodistas reunidos en Fráncfort, “fue corta y sin entrar en detalles”. Sus defensores creen que estos intereses negativos impulsarían el anquilosado mercado de créditos en los países europeos más afectados por la crisis. Otros creen que los bancos podrían trasladar este nuevo gasto a sus clientes mediante comisiones y recargos. El BCE se limitará, por decimoséptimo mes consecutivo, a no pagar intereses a los bancos depositantes.

Draghi ha asegurado que nadie en el Consejo de Gobierno del BCE había propuesto nuevas rebajas en los tipos. Ha defendido la merma aprobada en noviembre, que “fue una decisión correcta que está teniendo los efectos deseados”. Dichos efectos aún no han alcanzado, según el italiano, todo su potencial. El crecimiento europeo se mantiene muy por debajo del medido en EE UU y Japón, mientras los créditos al sector privado siguen en niveles muy bajos.

Para combatir esta sequía, algunas voces piden que el BCE vuelva a inyectar liquidez en el sistema crediticio mediante préstamos a tres años como los que facilitó en 2011 y 2012. El montante de aquellas operaciones ascendió a alrededor de un billón de euros. Contribuyó a que los bancos salieran de sus estrecheces, pero no agilizó los créditos como se esperaba. Draghi ha dicho que la situación actual no se puede comparar con la de entonces, cuando la inseguridad era “mucho más alta”.

Los mercados financieros han reaccionado con decepción ante la tibieza de Draghi respecto a las medidas para el futuro. El presidente del BCE ha insistido en que conservan una “poderosa artillería” de medidas que podrían aplicarse para evitar el peligro de la deflación o impulsar el crecimiento. Un rato más tarde ha explicado que quiere abandonar el “lenguaje militarista” para describir lo que, esta vez, ha llamado “despliegue” de medidas.

No ha querido Draghi dar su opinión sobre la reciente publicación en España de la carta que su antecesor, Jean-Claude Trichet, envió en 2011 al presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero pidiéndole reformas y recortes en España. “Es un asunto específico del país”, ha dicho.

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