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Columna
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Europa se estanca

Con las exportaciones perdiendo fuelle, nuestro sector industrial volvió a destruir empleo

Se han publicado datos de PIB del tercer trimestre en Europa. La eurozona creció un 0,1% trimestral, lo cual fue una sorpresa negativa y la lectura del desagregado no ayuda a mejorar las expectativas. Francia e Italia siguen con ligeras caídas del PIB. Y el consumo privado de Francia y Alemania está estancado. Más preocupante es que las exportaciones del área, incluyendo Alemania, se hayan estancado el pasado trimestre. El comercio y el crédito mundial está estancado, los emergentes, principal destino de exportaciones europeas el último año, pierden fuelle y además sus divisas se han depreciado con fuerza contra el euro durante el verano.

En España hemos tenido sorpresas positivas por el lado de la demanda interna y turismo. El verano turístico ha sido excepcional y el principal contribuidor a que se estabilice la destrucción de empleo. Más confusión hay en los datos de exportaciones. Mientras el INE dice que aumentaron el pasado trimestre, el Ministerio de Economía, usando datos de Aduanas, dice que cayeron con fuerza. Los datos de Aduanas son más coherentes con el comercio mundial y nuestro entorno y también están estancadas desde principio de año.

Con las exportaciones perdiendo fuelle, nuestro sector industrial volvió a destruir empleo en el tercer trimestre. La producción de automóviles crece, por lo que el resto de sectores están sufriendo duramente la apreciación del tipo del cambio del euro. De hecho, desde 2011, nuestro tipo de cambio real frente a los países OCDE está estancado. Eso implica que todos los sacrificios de bajadas de salarios y destrucción de empleo para mejorar la productividad y los márgenes de nuestras empresas se los ha comido la apreciación de nuestra divisa.

La bajada de tipos del BCE de principios de mes permitió un alivio temporal sobre el euro, pero ya ha vuelto al mismo nivel. Por tanto, sin cambios o estímulos adicionales a los actuales no queda claro cuáles van a ser los pilares de la supuesta recuperación de la economía europea en 2014. El acuerdo de la SPD con Merkel sobre salario mínimo en Alemania es una noticia positiva para el conjunto del área. Pero Merkel no destaca por cumplir sus promesas y no entraría en vigor en el mejor de los casos hasta 2015.

Las encuestas anticipan un resultado desastroso en las elecciones europeas. Bajísima participación, antieuropeistas, fascistas, etcétera. ¿Qué se puede hacer? Hay que poner a la economía a crecer con mucha más intensidad de la prevista. El BCE ya no tiene margen de tipos de interés y debe explorar caminos más heterodoxos como han hecho el Banco de Japón o la Reserva Federal. No solo hay que depreciar el tipo de cambio, hay que concretar el plan para frenar la intensa restricción de crédito de pymes y acelerar el proceso de stress test para eliminar la incertidumbre cuanto antes de cuáles serán las necesidades de capital de los bancos europeos. Las pruebas anteriores fracasaron y el BCE tiene una bala de plata que debe aprovechar.

Para esto hará falta dinero público y el Fondo Europeo debe estar preparado. Además, peores perspectivas de comercio mundial deberían llevar a Europa, como ha hecho China, a aprobar medidas para reactivar la demanda interna. Un plan de inversión transitorio, intenso y concentrado en los países en depresión será determinante.

En España confiamos todo a la reforma laboral, a la devaluación competitiva, a los fondos buitres y a la providencia. Nuestras pymes son detrás de Grecia las que denuncian mayor restricción de crédito, nuestro mercado hipotecario ha retrocedido 20 años y el déficit del Gobierno central supera el de 2011. Pero hemos puesto el cartel: “No molestar, elecciones europeas”.

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