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Javier Gomá | Filósofo

“El poder funciona de forma chapucera”

El filósofo Javier Gomá se incorpora a Esade para ampliar sus contenidos humanistas

Carmen Sánchez-Silva
Javier Gomá, filósofo y director de la Fundación Juan March.
Javier Gomá, filósofo y director de la Fundación Juan March.Samuel Sánchez

El filósofo Javier Gomá Lanzón (Bilbao, 1964) llega con un nuevo discurso a las escuelas de negocios, que tras las críticas recibidas durante esta crisis por los comportamientos protagonizados por los directivos que formaron en sus aulas, están reforzando el carácter humanista de sus enseñanzas. Esade ha fichado a este profesional que se define como “filósofo mundano”, para responder a lo que Gomá llama “sed de explicaciones de las cosas que nos hacen humanos. El amor, el dolor, el envejecimiento... El hombre necesita una interpretación del mundo”, sostiene. “Y las personas de las escuelas de negocios, que tienen una demanda educativa mayor que el resto, también demandan más explicaciones de la vida”.

El nuevo profesor visitante de Esade es crítico con la Universidad, de la que dice que ha pretendido tener el monopolio del conocimiento y ha perdido sus energías creadoras. “No favorece un pensamiento creador”, afirma. De ahí que haya preferido colaborar con un centro de formación de directivos, “donde España está en los primeros puestos del ranking mundial, al revés que las universidades, lo que es un indicativo de la calidad de su docencia”. Para el filósofo y ensayista, “Esade será un test de mundanidad para mi propia filosofía, que me servirá para convertir lo orgánico en sistemático”.

“La evolución pone demasiado acento en hacer profesionales, pero debería contribuir a hacer ciudadanos”, piensa. Esa es su intención. Gomá cree firmemente en que actualmente vivimos en el mejor momento de la Historia Universal, pero “se ha instalado un sentimiento catastrofista en España, en Europa y en el mundo sobre que estamos ante la inminencia de un colapso” del que el filósofo echa la culpa a los creadores de opinión, periodistas y escritores, que se han comportado de manera frívola, vertiendo opiniones cortoplacistas y aportando una visión de la crisis que no ha sido culta, que ha carecido de perspectiva histórica. “El opinador tiene que hablar de los riesgos en las épocas boyantes de la economía y de la esperanza en épocas de crisis”. Por eso está empeñado en divulgar su idea optimista del mundo.

Desde su punto de vista, “el éxito de la democracia como proyecto colectivo no tiene precedentes. Ha producido un increíble progreso moral, tecnológico, científico y económico”, dice consciente de que este progreso está conviviendo actualmente con la angustia individual que produce la mala situación económica y la pérdida de derechos de los ciudadanos.

“Necesitamos un ideal para que política y economía no invadan todo”

Lo que ha llevado a una visión cainita de la sociedad. “El recelo de las instituciones y de las empresas se ha instalado en la gente, en un exacerbamiento provocado por la crisis. Y por el dolor. El mal reparto del dolor”, dice.

Gomá cree que necesitamos un ideal colectivo, hoy en día que las reglas de la economía y la política lo invaden todo. “Cuando parece que la fidelidad al objeto de tu reflexión es lo de menos porque las leyes del poder, basadas en el amigo-enemigo, se han generalizado en todos los ámbitos de la vida”. Y el ideal que el filósofo ha desarrollado se basa en el tradicional concepto de ejemplaridad, tal y como ha escrito en su último libro, “un concepto al que se aspira y nunca se realiza, pero que sirve para promover el progreso social. Es la búsqueda de esa perfección la que activa a la gente”.

Gracias a ese ideal se puede llegar a obtener un pensamiento crítico, que es otro de los objetivos que plantea “en una sociedad que se está volviendo más criticona que crítica”. “Los escándalos de corrupción son una prueba de que ese ideal existe por contraste con la realidad. Cada vez nos escandalizamos más ante ellos. Exigimos más transparencia y somos más intolerantes con ellos debido al dolor”.

Crece la desigualdad social, un hecho ante el cual el filósofo rechaza “la teoría de la conspiración, de que las clases poderosas quieren subyugar a las mayorías. El poder funciona de forma chapucera. Solo busca perpetuarse en él”. Y, sin embargo, afirma: “Mientras el suelo de la pobreza ha subido, me repugnan los sueldos de determinadas personas. No puede haber una diferencia de 20 a 2.000 entre los salarios más bajos y los más altos. No comparto que el capitalismo permita que el poder de facto de una empresa se ponga el salario a sí mismo. Hay que domesticar al monstruo. Porque si el capitalismo no está sometido a reglas, lo ocupa todo”.

En su opinión, la democracia exige ciudadanos críticos, no resignados. Es el mejor sistema que existe si se tiene una visión culta. “En la modernidad se ha mirado al futuro y ahora ha llegado el momento de mirar al presente, a nuestro éxito sin precedentes como sociedad, y tenemos que cuidar lo conseguido. Porque los progresos morales son reversibles, no son firmes”. Y por eso Gomá es partidario de las costumbres que la modernidad ha rechazado. “Hemos despreciado su importancia socializadora, que hay que recuperar”.

Nuevos profesores refuerzan las escuelas de negocios

Algunas escuelas de negocios aseguran que su vocación ética y humanista nació con ellas. Pero hasta esas instituciones han reforzado sus claustros y sus programas de negocios con contenidos humanistas tras los devastadores efectos de la crisis en la imagen de sus antiguos pupilos y de ellas mismas.

El Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) ha contratado a siete nuevos profesores, tres expertos en filosofía, dos en sociología y ciencias políticas y otros dos especialistas en ética y buen gobierno; además de poner en marcha el primer máster en banca responsable del mercado con 22 profesores nuevos, según su director general, Álvaro Martínez-Echevarría. A su juicio, el efecto que tiene este nuevo planteamiento en sus alumnos directivos “choca un poco al principio”, aunque “en las encuestas que realizamos, los profesores de estas materias siempre se encuentran entre los más valorados por los alumnos. Un dato muy satisfactorio, pues el alumnado de IEB está buscando una formación eminentemente técnica y ajena a estas materias filosóficas y humanistas”.

IEB ha contratado a algunos profesores de IESE, donde “nuestra misión desde siempre nos hace tener una visión humanista de las empresas y los negocios”, señala su secretario general, Fernando Peñalva. La escuela tiene cátedras y cursos específicos de ética. Y su forma de fortalecerlos tras la crisis se ha basado en crear un comité interno para comprobar si los profesores cumplen esa misión. “Vamos a medir lo que hacemos”, dice Peñalva, que duda de la efectividad de la contratación de profesores de humanidades, teniendo en cuenta la necesidad de experiencia real, no teórica, de sus programas académicos. IESE sí ha contratado a algún profesor visitante.

IE Business School, que antes de la crisis se ocupaba también de los contenidos humanistas, explica Joaquín Garralda, su decano de ordenación académica, “los hemos reforzado en todos nuestros másteres y apreciamos un creciente interés de los alumnos. Pues la historia es la que mejor ayuda a explicar las cosas”. Las humanidades y la responsabilidad social corporativa (RSC) han ganado dimensión y una mayor dedicación horaria”, añade.

En Deusto Business School la RSC ha sido un contenido transversal desde su nacimiento. “Hemos hecho de la sosteniblidad una dimension básica de nuestra enseñanza acompañando a la ética”, dice Manuel Escudero, su director general. Este año la escuela ha potenciado las humanidades con un módulo de pensamiento crítico liderado por filósofos.

La Universidad Europea de Madrid también ha incluido este curso en todas sus enseñanzas la formación en sostenibilidad medioambiental, socio-cultural y económica como contenido curricular.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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