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La nueva norma de morosidad perjudica a la banca alemana y a la británica

las nuevas reglas exigirán que se considere moroso todo el préstamo que el cliente deja sin pagar, al margen de lo que se haya provisionado

Íñigo de Barrón

El primer paso para que exista una sola supervisión en toda Europa es que las reglas contables de los bancos sean iguales. Y eso, aunque parezca extraño, está lejos de la realidad. Este lunes, la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) hizo públicas las reglas uniformes para definir qué es un crédito moroso y uno refinanciado, así como las provisiones correspondientes que deben ir a aparejadas. El objetivo es preparar el próximo examen que calibrará la calidad de los activos y que servirá de base a la nueva ronda de test de estrés que tendrá lugar en 2014.

Estas definiciones comunes serán aplicadas tanto por el Banco Central Europeo (BCE) como por los supervisores nacionales cuando examinen los balances de la banca. La EBA espera que este trabajo esté concluido el 31 de octubre de 2014, según informó en el comunicado.

En opinión de Paula Papp, socia de Analistas Financieros Internacionales (AFI), los cambios normativos “elevarán de forma considerable la morosidad de los bancos alemanes y de los británicos porque sus reglas son ahora más laxas que las nuevas de la EBA y que las de la banca española”.

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La clave es que las nuevas reglas exigirán que se considere moroso todo el préstamo que el cliente deja sin pagar, al margen de lo que se haya provisionado. Es decir, si se concede un crédito de 100.000 euros y cuando faltan 50.000 euros por pagar, entra en morosidad, se deben apuntar los 50.000 como morosidad. En España se hace así pero en otros países, como Alemania, Reino Unido y Austria, se descuenta lo que se haya provisionado y la morosidad es menor.

También se fija que si una empresa tiene varios créditos y en uno de ellos deja sin pagar el 25% del importe, se debe considerar como moroso toda la deuda de esa empresa, aunque los demás préstamos estén al corriente de pago. En Alemania, Reino Unido y Austria no se hace así. La EBA ha establecido que los créditos morosos son aquellos con un retraso de pago superior a los 90 días. El supervisor europeo también ha cambiado la forma en la que se debe fijar las provisiones cuando se refinancia un crédito.

Las exigencias del nuevo sistema para considerar moroso un préstamo reestructurado, según Papp, son similares a las que acaba de introducir el Banco de España. “Sin embargo, en Alemania, Austria y Reino Unido, cada entidad establece las provisiones que debe realizar por este tipo de crédito. El supervisor de cada país puede opinar, pero no existe una normativa tan clara como ahora en España”.

Queda claro que las refinanciaciones a deudores con dificultades podrán ser morosas o no morosas, pero no existe la consideración “subestándar”, como en España. Este criterio se utiliza para exigir provisiones cuando la empresa pertenece a un sector de riesgo aunque esté al corriente de pago.

La EBA ha pospuesto la discusión sobre los activos ponderados por riesgo, otro aspecto que perjudicará a la banca alemana.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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