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El jefe de Telecom Italia rechaza vender sus filiales

El presidente del operador italiano prefiere ampliar capital y no desinvertir en Latinoamérica El pacto en Telco podría dar a la española control sobre los principales operadores de la región

Un hombre habla por su móvil, ante una tienda en Roma.
Un hombre habla por su móvil, ante una tienda en Roma.STRINGER/ITALY (REUTERS)

La operación de Telefónica en Italia se complica al otro lado del océano. El punto más delicado del acuerdo logrado por la española para aumentar al 70% su participación en Telco —la sociedad instrumental que es el primer accionista de Telecom Italia— no está resultando el rechazo patriótico a la operación (“Italia, en liquidación”, titulan los periódicos), sino los problemas de competencia que puede encontrar en Brasil y Argentina. Sobre todo, después de las declaraciones realizadas en el Senado por Franco Bernabe, el presidente de Telecom, en las que rechaza disminuir su presencia en Latinoamérica: “No es factible a corto plazo, porque supondría una fuerte disminución de la proyección internacional del grupo y de sus perspectivas de crecimiento”.

Vender en Brasil o Argentina sería, según subraya la prensa económica italiana, como matar a la gallina de los huevos de oro de Telecom Italia. El presidente de Telecom, quien asegura que se enteró “por los periódicos” del acuerdo entre Telefónica y sus socios en Telco, defiende que lo que el operador italiano necesita es “un aumento de capital". "Y ahora se dan las condiciones”, sostiene, pero insiste en que recortar su presencia en Latinoamérica tendría “inevitables repercusiones negativas”. La cuestión es que en Brasil Telecom controla TIM Brasil y Telefónica posee la empresa Vivo. Si se tiene en cuenta que, como advirtió Franco Bernabe en el Senado, la presente operación otorgará a Telefónica el control de todo el paquete accionarial de Telco —convirtiéndose en el socio de referencia del operador italiano—, en Brasil pueden surgir problemas de competencia. El propio Gobierno de Dilma Rousseff ya ha advertido de ello.

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A esta eventualidad parecía estar dirigida un párrafo del comunicado sobre la operación que cursó la empresa presidida por César Alierta: “El acuerdo aporta estabilidad al accionariado de Telecom Italia, manteniendo la independencia de la compañía. Telefónica se ha comprometido con sus socios a no elevar su participación en Telecom Italia y a seguir absteniéndose de participar o influir en aquellas decisiones que afecten a los mercados en los que ambas compañías están presentes”.

La operación, en cualquier caso, ha desatado una tormenta política en Italia que, lejos de amainar con las horas, se hace más virulenta. Aunque el primer ministro, Enrico Letta, ha intentado templar los ánimos dando una de cal y otra de arena —“es necesario recordar que Telecom es una sociedad privada y estamos en un mercado europeo, pero no podemos perder un sector estratégico como la red”—, la cuestión toca directamente el orgullo nacional.

A quienes denuncian que Italia está siendo desguazada —y encima para beneficio de los españoles— se unen ahora quienes advierten de que la operación de Telecom podría poner en peligro nada más y nada menos que la seguridad nacional. Giacomo Stucchi, presidente de Copasir (el comité parlamentario para el control de la seguridad y los secretos de Estados). "El control de Telecom por los españoles de Telefónica pone en serios problemas la seguridad nacional, por cuanto la red de Telecom es la estructura más delicada del país, a través de la cual pasan todas las comunicaciones de los ciudadanos italianos, también las más reservadas”, ha dicho Stucchi.

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