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Se imponen las ventas ‘express’

En los últimos dos años se han realizado colocaciones aceleradas de acciones por 8.000 millones. Los inversores extranjeros vuelven a mirar a España con interés

David Fernández
Patio de operaciones de la Bolsa de Madrid
Patio de operaciones de la Bolsa de MadridBALLESTEROS (EFE)

Los inversores internacionales han cambiado su percepción sobre los activos españoles. De no querer saber nada se ha pasado a una fase de normalización donde el dinero foráneo empieza a llegar a la Península. Un claro síntoma de este giro es que las colocaciones aceleradas de paquetes accionariales —conocidas en inglés bajo las siglas ABB de Accelerated Bookbuilding Offer— viven una época dorada. En los últimos dos ejercicios se han realizado operaciones de este tipo por valor de 8.017 millones de euros. La mayor parte de este volumen de compraventas (ver cuadro) se ha realizado este año. El último movimiento tuvo lugar esta misma semana con la colocación del 12% del capital del Banco Sabadell a dos inversores latinoamericanos.

“El auge de las ABB se debe a varios factores. En el lado de los vendedores, el rescate al sistema financiero español lleva aparejada la obligación de que las entidades se desprendan de activos tóxicos y participaciones no estratégicas; por otro lado, muchas empresas o familias realizaron compras muy apalancas de paquetes accionariales, pusieron los títulos como garantía y con la caída de su precio sienten la presión de los acreedores”, describe el vicepresidente de un bróker español que ha participado en varias de estas operaciones. “En el lado de los compradores ha cambiado la percepción de riesgo de España. Además, los precios de entrada son atractivos”, añade este experto.

Aire fresco para la banca de inversión

El mercado primario está seco. La Bolsa española lleva varios años sin estrenos. A la ausencia de OPV hay que añadir que el negocio de fusiones y adquisiciones está lejos de sus mejores épocas. En este contexto, las Accelerated Bookbuilding Offer (ABB) se han convertido, junto con las ampliaciones de capital, en un bocado apetitoso para los bancos de inversión.

“Las OPV son insustituibles. Son la génesis de la renta variable, el comienzo de todo. Sin embargo, el mercado de colocaciones aceleradas es muy dinámico, puede ser rentable, y tiene una especial importancia en España, dado el alto número de participaciones estratégicas cruzadas existentes”, explican desde Bank of America Merrill Lynch. Los bancos de inversión cobran una comisión que puede ser en función del importe de la colocación o intentan manejar el margen del descuento que pactan con el vendedor. A cambio, muchos de ellos se comprometen a asegurar la operación (se quedan con los títulos en caso de no encontrar comprador). “Tampoco es un negocio tan redondo. Los clientes ponen a subasta a los bancos y se quedan con el más barato. Hay gran competencia para un mercado de ocho o diez operaciones al año y algunos bancos están dispuestos a asumir riesgo de balance al asegurar la colocación por poco dinero”, matizan desde Citi.

El repunte de estas operaciones, según Paolo Celesia, responsable de Equity Capital Markets para Iberia de Credit Suisse, encuentra su explicación principalmente en la renovada confianza de los inversores institucionales en los mercados españoles de renta variable. “El contexto político-económico ha recuperado estabilidad: las rentabilidades de los bonos del Tesoro español a diez años se han comprimido notablemente y el Ibex 35 ha subido en torno a un 12% en un año. Todos estos factores han animado a los inversores con participaciones considerables en empresas cotizadas a aprovechar el dinamismo de los mercados para obtener efectivo en unas condiciones atractivas”, argumenta Celesia.

Un alto porcentaje de ABB las han realizado las antiguas cajas: Bankia ha vendido IAG o BME, Liberbank ha salido de Indra y Enagás, NCG de Saycr...; en otros casos las empresas han colocado autocartera para reducir deuda (Telefónica, FCC) mientras que inversores particulares (Familia del Pino, Abelló) han rotado sus carteras. “En los últimos tres años el mercado español había estado completamente cerrado para aquellos que querían desinvertir y había un cierto atasco de operaciones pendientes. Ahora empieza a haber compradores. Creo que esta tendencia va a continuar claramente porque la situación es más estable y todavía siguen existiendo muchos bloques de acciones que se tienen que colocar”, dice Jacobo Llanza, socio de N+1.

Pero, ¿en qué consisten las ABB? Es como si se realizase una minisalida a Bolsa u OPV a la velocidad de la luz. Un cliente plantea a su banco de inversión su deseo de desprenderse de un paquete accionarial relevante (también puede ser a sugerencia de la entidad), el banco visita los principales centros financieros, con especial protagonismo de la City londinense, y plantea la operación a potenciales compradores (fondos de inversión, hedge funds, fondos de pensiones, aseguradoras, bancas privadas...) y se abre el libro de órdenes. De regreso a España se pacta con el vendedor el día en el que se hará la operación. Cuando llega el día D se avisa a los compradores y a la CNMV (siempre con el mercado ya cerrado). En menos de 24 horas se cierra el trato y se comunica al supervisor el porcentaje del capital que se ha traspasado y a qué precio.

“Se elige este sistema y no otro porque, al tratarse de transacciones de gran tamaño absoluto y relativo en comparación con la cotización diaria de las empresas, se tienen que llevar a cabo procesos de venta en bloque de manera ordenada y publicitada, para no afectar a la cotización de la acción, y evitar la sobreoferta de acciones en el mercado, y el consecuente descenso del precio”, explican fuentes de Bank of America Merrill Lynch (BofAML).

En las ABB, para incentivar a los compradores o para dejar margen a la comisión del colocador, se suelen traspasar las acciones con algún descuento sobre el precio al que cotizan en el mercado y este suele oscilar entre el 2% y el 4%. Otra de las características, al igual que sucede en una OPV, es que se establece un lock up o periodo durante el cual el vendedor compromete a no realizar nuevos traspasos de títulos. “Esta cláusula se establece para dar confianza a los inversores compradores, al garantizar que no habrá sucesivas ventas en el corto plazo, dado que la sobreoferta de acciones siempre afecta a la cotización”, según BofAML.

Los expertos tienen clara una cosa: las ABB van a continuar. “La gente empieza a mirar con otros ojos al sur de Europa en general y a España en particular. La Bolsa española está subiendo y los gestores no se pueden quedar al margen de esta tendencia. En el mercado se da por hecho que Bankia saldrá de Iberdrola y Mapfre próximamente y también se especula con que si Repsol vende sus títulos de Gas Natural una parte se haga con este sistema”, reconocen fuentes de Citi desde Londres.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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